LA HABITACIÓN DE AL LADO
Lo inenarrable
Uno de los lugares a los que vuelve constantemente Cuál es tu tormento, la novela de Sigrid Nunez de la que parte La habitación de al lado (2024), es la forma en la que la protagonista se refiere, en su monólogo interior, al núcleo de importancia del relato, ese momento inminente en que se complete la decisión de su amiga, al que llama lo inenarrable. Ingrid (Julianne Moore), una escritora que trata de comprender la muerte a través de su última novela vuelve a cruzar su camino con una amiga de juventud, Martha (Tilda Swinton), ahora enferma terminal de cáncer, quien le pide compañía en sus últimos días antes de acabar voluntariamente con su vida. De la imposibilidad de poner en palabras todo lo que implica para Ingrid este acontecimiento, surge un punto de desvío fundamental para Almodóvar. Este aborda la adaptación de una novela sobre la escucha por medio de un elemento físico -la habitación- desde el que logra anclar una película que se construye en torno al acompañamiento.
La relación entre Martha e Ingrid (personajes sin nombre en la novela original) se estructura a raíz de dos ejes: espacio y tiempo. La idea de «la habitación de al lado» traduce esa relación de proximidad espacial que aún conserva una distancia prudencial de respeto, necesaria para ambas protagonistas en su proceso emocional individual. Así, Almodóvar genera un aparato formal de acercamiento progresivo entre las dos, encuadrándolas en planos separados en el primer viaje a la casa y evitando que sus miradas se crucen en la súbita vuelta a Nueva York a mitad del metraje. Este acompañamiento, que se manifiesta a través de la pura presencia, toma en determinados momentos un cariz físico esencial: en el beso que Martha le pide a Ingrid, el abrazo en el sofá o el momento en que Ingrid se recuesta al lado de Martha y las dos comparten el plano en total reciprocidad.
El tiempo de la película se mide en una cuenta atrás indeterminada en la que se suprime, nuevamente a través de recursos formales, la sensación de continuidad y la duración lógica de las escenas, tal y como expresa Ingrid en la novela: «Tiempo. Ambas éramos tremendamente conscientes de que se había convertido en un elemento diferente del que era antes de que cruzásemos el umbral de aquella casa». Así, en un súbito contraplano se da un salto temporal y espacial que profundiza en la ausencia de referentes que marquen los límites del intervalo específico en el que se desarrolla el relato, dirigiendo el foco narrativo a la importancia de la compañía y el cuidado. Por cuánto tiempo, se repite Ingrid a sí misma, al hacer la compra para varios días, al poner otra película más en el salón, al caer en un sentimiento de rutina destinado a detenerse de forma repentina.
A través de estos recursos y de la reiterada conversación que mantienen ambas sobre la última escena de Dublineses (John Huston, 1987), La habitación de al lado va transformándose en un relato de fantasmas en el que Martha asume poco a poco su ausencia y se da un delicado proceso de transferencia emocional, por medio del cual Ingrid abraza la comprensión de la muerte de una forma natural. Además, es ella en última instancia quien sirve de vértice de reconciliación entre la difunta Martha y su hija, a través de otro fantástico contraplano en el que descubrimos que es la propia Tilda Swinton quien la interpreta, en una operación similar a la que planteaba Joanna Hogg en La hija eterna (2022). Por tanto, lo inenarrable termina por suceder y Almodóvar concluye una película vitalista en la que la muerte sirve como puerta a una nueva manera de habitar el mundo. Ingrid y la hija de Martha descansan en la misma tumbona en que lo hacían las dos protagonistas y el sol alumbra sus cuerpos. En una escena similar Sigrid Nunez recuperaba a Joyce: «Allí todo el tiempo sin ti: y seguirá por siempre, mundo sin fin».
La habitación de al lado (The Room Next Door, España, 2024)
Dirección: Pedro Almodóvar / Guion: Pedro Almodóvar / Producción: Agustín Almodóvar, Joshua Blum, Lara Costa Calzado, Esther García, Han West / Fotografía: Eduard Grau / Música: Alberto Iglesias / Montaje: Teresa Font / Interpretación: Julianne Moore, Tilda Swinton, John Turturro
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