SCREAM VI
Un nuevo grito
Dentro de lo inagotable de una franquicia que ha construido sus cimientos sobre las bases del metacine, Scream ha tenido que reinventarse una y otra vez a través de los años, con cada entrega apuntando a un comentario sobre el cine de terror, así como a distintas generaciones de cinéfilos: de los que han acompañado la saga desde 1996 a los que se suman a ella más de 25 años después. Scream (2022) suponía para Radio Silence (trío conformado por los directores Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett y el productor Chad Villella) la temida tarea de enfrentarse a un fandom que trata la saga como reliquia (una que superaron con gran éxito insertando el propio fenómeno en su comentario metacinematográfico), así como la oportunidad de hacer un homenaje a Wes Craven, su creador y uno de los directores trascendentales en la consolidación del slasher el siglo pasado. Pero si bien esta quinta entrega era el peldaño necesario para revivir la saga y actualizarla en el lenguaje de la generación Z (siguiendo lo que en 2011 había hecho Scream 4 en clave millennial), en Scream VI Radio Silence se enfrenta a un reto diferente y quizás, incluso, más difícil: seguir manteniéndose fieles al material original, pero haciendo ya de esta su propia franquicia; un balance que, afortunadamente, encuentran a la perfección.
Scream VI sigue, en muchas formas, las reglas de una secuela planteadas ya en Scream 2; de hecho, los guiños, directos e indirectos, de aquella a esta son muchos: desde la presencia de una sala de cine hasta el gesto de salir de Woodsboro y seguir a sus personajes al escenario de la universidad. Pero esta nueva entrega sigue esas reglas para, a la larga, romperlas. Porque, como menciona Mindy, el personaje cinéfilo que sigue los pasos de su tío Randy, esto no es sólo la “secuela de la recuela”; es una franquicia. Y es que el error más frecuente en el que podríamos caer es en considerar a Scream VI como una entrega más de la saga iniciada en 1996, cuando en realidad se trata del comienzo de una saga nueva. Una que ha aprendido a alimentarse de la nostalgia que le permite su propia autorreferencialidad, a la vez que introduce elementos frescos, como la inclusión del cine casero de explotación; algo nunca antes aludido en la reflexión sobre el género y que aquí permite añadir nuevas capas a la saga dentro de la saga, presente en todas las películas desde la segunda.
Pero nada refleja mejor lo anterior que el tratamiento de los personajes en esta última entrega. Mientras Scream (2022) se presentaba como el gran retorno de los amados personajes que no veíamos en pantalla desde hace una década, introduciendo nuevas caras pero manteniendo siempre en mente el impacto de esos ‘legacy characters’, ya en Scream VI se hace claro que nos encontramos ante una nueva generación de protagonistas. Porque si bien se mantiene (y se agradece) la participación de algunos personajes míticos, en esta entrega finalmente los guionistas se permiten desarrollar a fondo los personajes presentados en la anterior, profundizando en las relaciones entre ellos: la de Sam y Tara, hermanas que desafían el concepto tradicional de la final girl (como también lo hicieron Sidney y Gale en su momento), o la de Tara y Chad, la subtrama amorosa que no sabíamos que necesitábamos. Porque, como ellos mismos se apodan -en lo que es una clara declaración de intenciones de los realizadores-, ellos son ahora “the core four” (o “los cuatro protas”); el corazón de una nueva franquicia.
Scream VI mantiene el tono divertido y siempre autoconsciente de la saga, pero se permite también jugar en otros ambientes. Desde la escena inicial hasta las secuencias de persecución (cuyas posibilidades se expanden en el gran escenario que es la ciudad de Nueva York, con algunas de las mejores secuencias en sitios como el metro o una bodega), la sexta entrega es quizás una de las más brutales y, en definitiva, la más oscura (la indagación en la historia de Sam como hija de Billy Loomis deja muchos caminos posibles por explorar), permitiendo a Radio Silence encontrar su propia voz.
Si Scream (2022) era una carta de amor a Wes Craven, Scream VI es la transformación de su legado. Y como bien dice Kirby, “el legado no siempre tiene que ser algo malo”. Quizás esta frase es un guiño a las franquicias que no se cansan de revivir una y otra vez a sus villanos o quizás Bettinelli-Olpin y Gillett se anticipaban a las críticas que inevitablemente hablarían de Scream como una saga agotada. Nada más alejado de la realidad. Porque Scream VI demuestra que siempre es un buen momento para volver a preguntar: “¿cuál es tu película de terror favorita?”, pero también, y sobre todo, que es un buen momento para encontrar nuevas películas de terror favoritas.
Scream VI (EE.UU., 2023)
Dirección: Matt Bettinelli-Olpin, Tyler Gillett / Guion: James Vanderbilt, Guy Busick (Personajes: Kevin Williamson) / Producción: Paramount Pictures, Project X Entertainment, Spyglass Entertainment / Fotografía: Brett Jutkiewicz / Música: Sven Faulconer, Brian Tyler / Montaje: Jay Prychidny / Interpretación: Melissa Barrera, Jenna Ortega, Courteney Cox, Hayden Panettiere, Jasmin Savoy Brown, Mason Gooding, Samara Weaving, Dermot Mulroney, Jack Champion, Liana Liberato,