EstrenosSan Sebastián 2024

LOS ÚLTIMOS ROMÁNTICOS

Madurez tardía

Los últimos románticos. Revitsa Mutaciones - 1

Desde El guardián entre el centeno, de J.D Salinger, las narrativas coming of age con protagonista adolescente se han popularizado tanto en literatura como en películas y series. Sin embargo, las historias sobre madurez en personajes adultos no son tan habituales. Entre las excepciones se encuentra la magnífica Primavera tardía (Banshun, Japón, 1949) de Yasūjiro Ozu, pero desde entonces no son muchas las películas como Los últimos románticos (Azken erromantikoak, David Pérez Sañudo, España, 2024) en la que se cuenta el crecimiento personal de una mujer adulta.

Irune (Miren Gaztañaga) vive una vida heredada de sus padres: reside en la casa familiar y trabaja en la misma empresa en la que trabajó (y murió) su padre. Ahora, que acaba de descubrirse un bulto en el pecho, teme haber heredado también la enfermedad por la que falleció su madre. Anclada en el pasado, la protagonista de Los últimos románticos tiene que encontrar su identidad personal para poder seguir adelante.

Tal y como sucedía en Ane (David Pérez Sañudo, 2020), el primer largometraje del director, Los últimos románticos se vuelve a empapar del realismo del lugar y de las personas en los que ocurre la narración. Amurrio, el pueblo en el que suceden los hechos, sus vecinos, los diálogos, incluso los procesos industriales aparecen en la película de manera sincera y cotidiana. Uno de los elementos en los que se concentra ese realismo es el tratamiento de los idiomas. Irune, de padre euskaldún y de madre migrante española, cambia de un idioma a otro de manera natural y sincera, siendo este un rasgo propio de su identidad, pero también del lugar en el que ocurre la narración.

Pero no todos los elementos son realistas. Así, accedemos a la imaginación de Irune cuando vemos representada su proyección de Miguel María, el operador de Renfe al que llama cuando necesita evadirse. Estas imaginaciones se harán más visibles a lo largo de la película e incluso acabaremos acompañando a Irune y a Miguel María en un viaje imaginario a Lisboa. Aunque Miguel María cada vez sea interpretado por un actor diferente, este elemento fantástico es tratado por el director con cotidianidad. Sus apariciones no rompen con la cohesión naturalista del resto del film, a diferencia de lo que ocurre en Bird (Andrea Arnold, Reino Unido, 2024) donde la fantasía ejerce un contraste con la realidad.

Los últimos románticos. Revitsa Mutaciones - 2

Otro de los elementos que divergen del realismo es la indeterminación en la ambientación temporal. Así, la referencia a Aki Kaurismäki no solo abarca las secuencias de los procesos industriales que pueden recordar, entre otras, a La chica de la fábrica de cerillas (The Match Factory Girl, 1990, Finlandia, Aki Kaurismäki), sino también a la imposibilidad de discernir con exactitud, , como en muchas de las películas del director finlandés, en qué año está ocurriendo la historia que estamos viendo. Algunas de las pistas remiten a finales de los 90 o principios de los 2000, mientras que otras, como la canción Esta noche (compuesta para la película por Beatriz López-Nogales) pertenecen indudablemente a la actualidad. Esto se debe a que la propia protagonista se encuentra todavía anclada al pasado, pero necesita volver a ubicarse en el ahora. Así, poco a poco, tanto el film como Irune van a ir incorporando elementos de la actualidad para ir evolucionando hacia el presente. Por eso, es significativo el baile final y catártico de la protagonista, porque es el momento en el que ella es capaz de avanzar. ¿Y cómo lo hace? De manera no disruptiva, en vez de rompiendo con su pasado, partiendo de él. Por eso, la coreografía de Puesta a punto de los 90 se une con una canción del 2024.

De esta forma, Los últimos románticos nos relata una manera diferente de madurar. Irune crece emocionalmente y se emancipa de manera discreta, pero con valentía. La protagonista de Sañudo, a pesar de vivir bajo la influencia de su pasado, no evita enfrentarse al presente. Aunque tenga miedo de la enfermedad, acude al médico para que revisen su bulto, y aunque su propia situación laboral sea incierta, se pone del lado de los trabajadores despedidos. Cuando Irune se recluye no lo hace por cobardía, sino para encontrar su lugar. Necesita tiempo para recomponerse y tener fuerzas para seguir adelante. Las vivencias de Irune durante la película serán los revulsivos que necesita para poder emprender ese viaje con el que tanto ha soñado. Pero cuando lo hace, no es para viajar a los referentes del pretérito, sino a nuevas metas, donde ser ella misma.


Los últimos románticos (Azken erromantikoak, España, 2024)

Director: David Pérez Sañudo / Guion: David Pérez Sañudo y Marina Parés (basado en la novela homónima de Txani Rodríguez) / Dirección de fotografía: Víctor Benavides / Montaje: Lluís Murua / Directora de producción: Carmen Sánchez de la Vega / Música: Beatriz López-Nogales / Reparto: Miren Gaztañaga, Maica Barroso, Erik Probanza.

 

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