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EL AUGE DEL HUMANO 3

Tuve un sueño raro


El auge del humano 3. Revista Mutaciones - 1

Se preguntaba Lucrecia Martel, en una masterclass reciente, el porqué de seguir confiando en los modelos narrativos hegemónicos, basados en una cadena causal que parte de un conflicto, si bien hasta ahora no han generado una gran transformación y no se asemejan a lo que vivimos en el día a día. Desde esta reflexión, la directora llamaba a pensar acerca de un término que pudiese definir mejor nuestra relación con el entorno y con el otro. De manera casi sincrónica, su compatriota Teddy Williams estrenaba El auge del humano 3, en la que proponía un cuestionamiento frontal, ya no solo a dicho modelo narrativo, sino a las formas que lo acompañan.

Así, el director argentino desplegaba un dispositivo puesto completamente al servicio de reflejar la realidad de sus protagonistas, que no es más que la nuestra. Williams se vale de cámaras de 360 grados para trazar largos planos secuencia que acompañan y escuchan a los personajes. De este modo, la angularidad resultante abre una doble vertiente de cuestionamiento de la imagen. En primer lugar, no concibe al sujeto desde otro contexto que no sea el de su relación con el entorno que le rodea, configurando su identidad a través de dichos condicionantes. De hecho, en varios momentos la lente se permite digresiones y abandona a los personajes para mostrar aquello que lo envuelve, los personajes próximos o incluso se deja distraer con el vuelo de una paloma. Por otra parte, este tipo de cámara impide casi por completo la posibilidad de un primer plano; incluso en las ocasiones que esta se acerca más, se cuelan otras caras o elementos de alrededor. Así, el director rechaza un modelo formal que ha imperado en gran parte del cine moderno y que ha sido exprimido sin gran cuestionamiento en el contemporáneo. En los modelos hegemónicos el rostro ha servido siempre como significante, es decir, se ha tratado de narrar, de construir desde él los conflictos que atraviesan las historias. Jacques Aumont consideraba el fin de la modernidad desde la derrota universal del rostro y Williams parece atestiguarlo al generar una propuesta que diluye cualquier intento de concentrar en él alguna posibilidad de referir.

El auge del humano 3. Revista Mutaciones - 2

El resto de los elementos formales orbitan alrededor de este concepto. A lo largo de la filmografía del director flota (a veces casi literalmente) la idea de lo onírico, que de alguna manera se relaciona con la ruptura del modelo narrativo bélico. Las conversaciones vagas que brotan de sus protagonistas sugieren más que afirman. A veces son ininteligibles (“Le gusta hablar en clave” afirma una mujer al inicio de la cinta), tanto por lo que dicen como por no saber muy bien de dónde vienen, perdidas entre los ruidos y conversaciones paralelas. Aun así, se puede extraer por momentos una voluntad generacional en las palabras de sus personajes, en los amigos grabando sus aventuras en Pude ver un puma o en las charlas sobre la precariedad y el trabajo que atraviesan a los jóvenes que pueblan las cintas de Williams.

Las conversaciones arrancan y terminan in medias res, suprimiendo la posibilidad del encuentro entre el espectador y el momento. Este sucede nada más ocurre el corte sin necesidad de elementos accesorios que introduzcan el entorno, dinamitando otra convención más en pos de generar una visión orgánica que se asemeje más a una experiencia real. Más allá de la pantalla, la sucesión de eventos es continua, no existe un corte entre ellos. El único momento en el que puede existir este breve momento de establecimiento es precisamente en el despertar, momento que es utilizado en ocasiones para realizar el corte en la película, en consonancia una vez más con esta idea.

El auge del humano 3, lejos de manidas consideraciones acerca de su posible radicalidad o significados, plantea una posible solución al cine presente. Teddy Williams reflexiona sobre la sociedad a través del lenguaje cinematográfico, traza continuos hilos que atraviesan sus obras, une a los personajes entre ellos y atraviesa la ya desdibujada frontera entre lo filmado y lo real. La búsqueda impresa a la forma y fondo de sus propuestas será quizás el mayor avance lanzado al futuro. Un cine que duda ante un paradigma incierto.


El auge del humano 3 (Eduardo Williams, 2023)

Dirección y guion: Eduardo Williams / Producción: Jerónimo Quevedo, María Victoria Marotta, Eduardo Williams, Nahuel Perez Biscayart, Ico Costa, Meng Xie, Chang Chu-Ti, Chen Chun-Yu, Aline Mazzarella, Matheus Pesanha / Dirección de fotografía: Victoria María Pereda / Montaje: Eduardo Williams / Reparto: Meera Nadarasa, Abel Navarro, Livia Silvano, Sharika Navamani, Bo-Kai Hsu, Ri Ri Yang / Plataforma: Filmin

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