EstrenosSitges 2024

STRANGE DARLING

Caballo de Troya

“U = Unspoken Rules [Leyes tácitas]
01 Nunca dejar que un actor actúe el despertarse.
02 Siempre valorar una película de ficción por sus cualidades documentales.
03 Si se muestra a alguien preparando la comida, siempre mostrarlo después lavando los platos.
04 Nunca usar Fratres de Arvo Pärt como banda sonora.
05 Nunca usar imágenes de los campos de exterminio sin datarlas con precisión.
06 Si uno es un hombre y escribe un guión con un personaje femenino, nunca olvidar que uno es un hombre.
07 Nunca olvidar mostrar lo que la cámara no puede filmar.
08 Nunca usar cámara lenta para lograr efectos poéticos.
09 Si hay un nuevo régimen de imágenes en el mundo, nunca olvidar mostrarlo.
10 Nunca hacer primerísimos primeros planos de caras hablando.
11 Siempre hacer listas.”
–’De la A a la Z (o veintiséis introducciones a Harun Farocki)’, en Desconfiar de las imágenes

A JT Mollner le vendría bien leer a Farocki. Su film Strange Darling ha gozado de gran éxito en su paso por festivales, desde Estados Unidos hasta Sitges, donde se proyectó hace tan sólo unos días. Éxito que responde en gran parte a la necesidad de validación del género detrás de una etiqueta de lo “artístico”; algo que el film hace explícito desde un comienzo cuando anuncia, a través de un título, que está “rodado enteramente en 35mm”. Una declaración innecesaria que revela un afán por destacar y que, como es de esperarse, no cumple con lo prometido. El hecho de rodar en película es el caballo de Troya con el que Mollner intenta colarnos una película vacía, idea insuficiente por sí misma para consolidar una apuesta formal. Pero, más allá de los contrastes cromáticos y las texturas que de base brinda la película, ¿qué ofrece Strange Darling? ¿Qué hay realmente en el interior de este artilugio analógico?

Es cierto que la película de Mollner tiene dos cosas a su favor: la banda sonora y las interpretaciones de Kyle Gallner y, en especial, Willa Fitzgerald. Aspectos destacables que, desafortunadamente, carecen de una visión creativa que los impulse. Por ejemplo, las piezas acústicas con ritmos folk compuestas por Z Berg juegan un papel importante en la construcción de una atmósfera ominosa; sin embargo, el elemento sobrenatural que se insinúa en ciertos momentos nunca se llega a desarrollar. Así, lo que es una propuesta musical lograda acaba siendo banal por la decisión de supeditarse a algo meramente anecdótico.

Por su parte, la innegable química entre dos potencias interpretativas del género –a Gallner lo hemos visto en múltiples papeles entre los 2000s y la actualidad, mientras a Fitzgerald se le conoce por las series Scream (Jill Blotevogel, Dan Dworkin y Jay Beatti, 2015-2019) y La caída de la casa Usher (Mike Flanagan, 2023)– se siente abandonada en las imágenes de Mollner, quien graba sus encuentros de la manera menos natural: desde los primeros planos de la conversación en el coche (ver ítem 10 de las leyes de Farocki) hasta un plano final que se sostiene por demasiado tiempo, pasando por una transición sin sentido del color al blanco y negro. Ello sumado a los diálogos inverosímiles y una narrativa no lineal a través de la cual Mollner intenta sostener un guion lleno de agujeros.

Pero ni siquiera ese es el mayor problema de Strange Darling, sobre el cual sostengo un reparo de orden moral. Para ello me remito al ítem 06 de la lista de Farocki: “Si uno es un hombre y escribe un guión con un personaje femenino, nunca olvidar que uno es un hombre”. Y es que la construcción del personaje femenino protagonista exuda male gaze por los poros. En este caso no necesariamente por cómo filma el cuerpo; de hecho podría decirse que es muy cuidadoso en ello. Pero la planitud del personaje, reflejada en sus líneas de diálogo, sus comportamientos y motivaciones, revela unas dinámicas frente a su contraparte masculina que hacen dudar de cuáles son las intenciones reales del director con el giro de guion que propone. Dudas que se disipan en la secuencia en la que dos policías, un hombre y una mujer, se debaten sobre si creer o no a la supuesta víctima de violación. Aquí el hombre se muestra como el único ser racional frente a la ingenuidad de una mujer y la manipulación de la otra, revelando lo que es, en esencia, una película misógina. O, incluso peor, una con falsas pretensiones de discurso feminista. En definitiva, a JT Mollner le vendría bien leer a Farocki. Tal vez así no vuelva a olvidar el lugar desde el que enuncia.


Strange Darling (Estados Unidos, 2024)

Dirección y guion: JT Mollner / Producción: Miramax, No Remake Pictures, Spooky Pictures / Fotografía: Giovanni Ribisi / Montaje: Christopher Robin Bell / Música: Craig Deleon / Interpretación: Willa Fitzgerald, Kyle Gallner, Madisen Beaty, Bianca A. Santos, Steven Michael Quezada, Ed Begley Jr., Barbara Hershey

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