LA CASA DEL DRAGON. T2.
Campanas de guerra
Tras dos años desde el estreno de La Casa del Dragón (House of the Dragon, 2022), la serie creada por Ryan Condal y George R.R. Martin continúa narrando las intrigas palaciegas que atraviesan el vasto continente de Poniente. Esta segunda temporada mantiene los ingredientes narrativos que ya funcionaron en la anterior temporada, excepto por algunas modificaciones estructurales que le ofrecen una nueva identidad. A pesar de estos cambios, mantiene aquella habilidosa expectación sobre las disputas feudales en pro del poder.
Para empezar, ha vuelto a mostrar la eficiente y minuciosa adaptación que sus creadores realizan sobre el material original. Recordemos que la saga literaria Canción de Hielo y Fuego (1996-en desarrollo), a manos de George R.R. Martin, constituyó la principal base adaptativa para la fantástica Juego de Tronos (Game of Thrones, 2011-2019, David Benioff y D.B. Weiss). Sin embargo, el libro Fuego y Sangre (2018), novela escrita por el mismo autor, se remonta 172 años antes de los hechos narrados en dicha saga literaria y escapa de algunos recursos novelístico, tales como los diálogos o la alternancia de capítulos que situaban al lector en el punto de vista de un personaje concreto. En cambio, propuso una narrativa mucho más descriptiva y que recorre largos períodos históricos de la Casa Targaryen. Por lo tanto, la adaptación ha requerido una estudiada selección sobre qué períodos retratar y desarrollar sobre el guion televisivo. Han llevado a cabo una mayor profundidad en sus personajes, sus diálogos, así como una re-estructuración de los sucesos para que funcionen en la pequeña pantalla.
En su primera temporada, la adaptación ya sorprendió por las decisiones elípticas que sobrevolaban a lo largo del reinado de Viserys Targaryen. Esto rompía con la temporalidad más típicamente continuista que mostró la serie madre, coordinada por Benioff y Weiss. No obstante, a pesar de este tratamiento temporal, la incesante disputa por la sucesión justificaba la presentación de la consecuente y aspirante progenie al trono de hierro. Asimismo, ofrecía un variado enriquecimiento de personajes y de perspectivas alrededor del poder y la supremacía. Sin embargo, y tras haber contextualizado los intereses familiares y políticos durante dicho reinado, esta segunda temporada se detiene en los principales protagonistas aspirantes a la sucesión, así como en los prolegómenos de una guerra que augura el título de la obra literaria, fuego y sangre. Esta vez, los vertiginosos saltos elípticos se detienen con el fin de desarrollar, más sosegadamente, las estrategias políticas, las traiciones despechadas y la guerra civil entre los dos bandos enfrentados: los Negros y los Verdes. Estos colores refieren al color de los vestidos característicos de las reinas confrontadas: Rhaenyra Targaryen (Emma D’Arcy) y Alicent Hightower (Olivia Cooke), antaño amigas, pero separadas por los sibilinos y constantes caprichos de sus respectivos consanguíneos que ansían la soberanía.
Más allá de estas decisiones estructurales que otorgan cierta identidad diferencial entre ambas temporadas, La Casa del Dragón continúa el legado estilístico que conformó las virtudes de la serie que la vio nacer. El variado reparto que la compone ofrece unas afiladas interpretaciones a través del hábil control dramático de sus acciones y el ritmo de sus agudos diálogos. Y cabe decir que, en las obras de Martin, cada diálogo abraza ingeniosas sutilezas que enmascaran las astucia, vileza o argucia de los intereses por el poder. Además, a esta fantástica adaptación televisiva, se añade la poderosa y creciente producción que permite un resultado impecablemente rodado. Esto, unido al grandilocuente trabajo de postproducción, expande el alcance de la fantasía medieval a cotas similares de la gran pantalla.
Otro aspecto diferencial entre Juego de Tronos y la Casa del Dragón es el cambio de relación de aspecto. En la primera, un uso 1.78:1, pero en la segunda un 2.00:1. Este cambio de formato, denominado Univisium y propuesto por Vittorio Storaro en 1998, ofrece una relación de aspecto intermedia entre el mundo visual cinematográfico y televisivo. El célebre director de fotografía, consciente de que el recorrido comercial de una película es mucho más largo en la pequeña pantalla que en la gran pantalla, propuso que este formato evitara el recorte agresivo de la imagen cuando es distribuida en televisión. Con esto, se elude la extraña transformación de los planos visuales que, al fin y al cabo, constituyen unidades estéticas con un sentido narrativo determinado. Sirve de equilibrio entre las virtudes cinematográficas y televisivas, por lo que no es de extrañar que este formato sea exponencialmente usado con el crecimiento de la era streaming. Desde hace años, las series de televisión han adoptado el lenguaje cinematográfico y aprovechado (incluso innovado) sus virtudes narrativas, lo cual, acompañado de innovadoras y complejas propuestas sobre el guion, y la participación de grandes intérpretes, justifica una relación de aspecto que mantenga y potencie estos aspectos comunicativos y técnicos. Además, resulta tremendamente apropiado a los valores de producción de una serie basada en la popular obra de George R.R. Martin.
En consecuencia, la segunda temporada de La Casa del Dragón mantiene aquel sabio impulso narrativo que disolvió las dudas previas al estreno de su primera temporada. Si bien esta nueva temporada ofrece su propia identidad por la reformulación estructural, propone un estratégico rumbo creativo que exprime las virtudes del material original y a favor de un prometedor desarrollo bélico y político (en las próximas dos temporadas, ya confirmadas como definitivas). Esta serie continúa siendo una digna precuela de Juego de Tronos, tanto por su vívido legado estilístico como por su compleja red de intrigas políticas, feudales y familiares. Es un definido y complejo estudio moral de personajes que evocan aquella estremecedora afirmación en Juego de Tronos, a través del personaje Cersei Lannister: “Cuando juegas al juego de tronos, ganas o mueres”.
La Casa del Dragón, T2. (House of the Dragon, Estados Unidos, 2024)
Showrunners: Ryan Condal & George R.R. Martin / Producción: HBO, 1:26 Pictures. Distribuidora: HBO Max / Reparto: Emma D’Arcy, Matt Smith, Olivia Cooke, Rhys Ifans, Steve Toussaint, Eve Best, Sonoya Mizuno, Fabien Frankel, Matthew Needham, Jefferson Hall, Harry Collett, Tom Glyn-Carney, Ewan Mitchell, Phia Saban, Bethany Antonia, Phoebe Campbell, Kurt Egyiawan, Abubakar Salim & Clinton Liberty.