THE VELVET UNDERGROUND
De espejos e invocaciones
Una atronadora viola resquebraja el sonido: “Venus in Furs” sirve de telonera para presentar The Velvet Underground (2021), película con la que Todd Haynes firma su personal carta de amor a una banda, una época y a todos sus protagonistas. El director británico se estrena así en el formato documental, una nueva forma de ampliar y seguir explorando la relación con la música que ha mantenido desde los inicios de su carrera. En Velvet Goldmine (1998) contaba, sirviéndose de una narración cercana al cuento de hadas, el inicio de la música glam. Años más tarde exploraría las posibilidades del falso documental en I´m not there (2007), película inspirada en la carrera de Bob Dylan. En esta ocasión reúne documentos de archivo, fotografías, videoarte, grabaciones caseras y entrevistas para contar la historia de la banda apadrinada por Andy Warhol y que da nombre al film.
Se dice que el grupo formado por Lou Reed y John Cale hipnotizaba a su audiencia durante sus conciertos y parece que Haynes ha intentado conseguir el mismo efecto aportando ciertos toques de onirismo a su obra. En The Velvet Underground trabaja con la plasticidad de la imagen creando una suerte de puzle o caleidoscopio en el que se entremezclan las dimensiones fílmicas. Como si se tratara de espejos enfrentados (resuena la voz de Nico cantando “I’ll be your mirror”), cada lado de la pantalla partida dialoga con el otro y estos, a su vez, son interpelados por las voces y la música, sonidos que en ocasiones forman parte de ellas y otras veces son voces externas, fragmentos radiofónicos o de otras grabaciones.
Para mezclar este material, Haynes se vale de los esquemas del videoarte y, a su vez, persigue esa esencia que Andy Warhol trataba de capturar en sus Screen Test (1964-1966). En la presentación de cada uno de los miembros de la banda se utilizan los retratos vivientes que el artista realizó de diferentes famosos, entre los que se encontraban los propios integrantes de la Velvet. Haynes los superpone a grabaciones y fotografías, como mostrando el absoluto de los protagonistas del documental.
Todo este collage de documentos de diversa procedencia es entrelazado con nuevas entrevistas que hablan de esas mismas imágenes desde el recuerdo. Fotografías y vídeos que son ahora memoria e historia, conectando los años pasados con el presente. Vínculo que se enfatiza con el eje de las miradas de los entrevistados, como si continuaran viviendo en esas grabaciones; en esa escena de Nueva York, que es marco y contexto para la creación de esta banda única. Imágenes que no solo sirven para contar la historia de un grupo de músicos, el tiempo y la ciudad en la que vivieron, sino que incluso consiguen resucitar su espíritu uniéndolos en esta película para siempre.
Danzando entre la fantasmagoría y el cine experimental, The Velvet Underground obliga de alguna manera a cuestionar la naturaleza de sus imágenes. De dónde vienen, cómo fueron pensadas, concebidas y cómo ahora son reproducidas en el trabajo de Haynes, quien conforma en este trabajo un metalenguaje de música, videoarte y cine. Un cúmulo de ideas renovadoras que cambian por completo el concepto clásico del documental y que erigen esta película como una obra de vanguardia.
The Velvet Underground (Estados Unidos, 2021)
Dirección: Todd Haynes / Guion: Todd Haynes/ Producción: Motto Pictures, Killer Content, Killer Films / Fotografía: Edward Lachman / Música: The Velvet Underground / Montaje: Affonso Gonçalves y Adam Kurnitz / Reparto: Lou Reed, John Cale, Maureen Tucker, Sterling Morrison
