SOUTH PARK (T21)
La plaga del «casito»
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Violencia de género entre pre-adolescentes, acoso escolar, suicidio infantil, política exterior norteamericana, drogas en un asilo de la tercera edad, bombas nucleares con millones de muertos… La temporada número 21 de South Park (Trey Parker, Matt Stone) sigue explotando una sus principales características: elegir los temas que nadie, en su sano juicio, elegiría para una comedia de dibujos animados.
Los 10 episodios de esta temporada nos devuelven, como protagonista, al viejo Cartman que todos conocíamos y (en cierta manera) echábamos de menos. Al personaje machista, egocéntrico, sádico, racista y manipulador. Cartman, que mostró en anteriores capítulos un inusitado comportamiento feminista y comenzó una relación con Heidi, vuelve a ser, resumiendo, el pequeño y asqueroso hijo de la gran puta de toda la vida. Su tóxica relación con Heidi, que pasará por varias fases de maltrato psicológico, manipulación emocional y episodios de dominancia machista, servirá para establecer el principal tema de esta nueva temporada: el afán de la sociedad por el victimismo impostado, al mismo tiempo que se ignora e invisibiliza a las verdaderas víctimas. Lo que viene siendo la necesidad de “casito”.
Así, Cartman intenta mostrarse como el verdadero atormentado en esta situación, llegando a amenazar con el suicidio con tal de llamar la atención. Mientras, las amigas de Heidi la sermonean y la ridiculizan por estar saliendo con semejante animal de bellota. Esta trama central se ramifica en cada episodio con diversos casos paralelos de subversión victimista: La white trash xenófoba echa la culpa a los avances tecnológicos por su falta de oportunidades laborales (21×01, White people renovating houses), el padre de Stan abusa de un nativo americano para falsear un test que demuestre que tiene antepasados de una raza oprimida (21×03, Holiday Special), los hombres del pueblo hacen piña para que no se haga una “caza de brujas” contra ellos cuando un miembro del grupo se convierte, literalmente, en una bruja (21×06, Sons a witches) y el propio Eric Cartman apoya una denuncia por discriminación cuando los alumnos de “educación especial” reciben fondos para una investigación escolar (21×08, Moss Piglets).
Por supuesto no falta el personaje que mayor “casito” necesita de toda la serie (y de la vida real). Hablamos de Donald Trump, un personaje al que han vuelto a recurrir tras anunciar que iba a ser ignorado porque “ya no hacía gracia”. Y lo cierto es que tenían razón. Su vuelta coincide con un doble episodio (21×09, Super Hard PCness y 21×10, Splatty Tomato) que sirve para cerrar la temporada de manera bastante pobre, con una reflexión política que, por facilona, resulta impropia en la serie. Además se reciclan ideas de la película de 1999 South Park: Más grande, más largo y sin cortes (Trey Parker), sin venir mucho a cuento, y se parodia a la efusiva celebración de los 80 de Stranger Things (Hermanos Duffer, 2016-?) e It (Andres Muschietti, 2017) con una falta de originalidad preocupante.
A pesar de bajar el nivel en su season finale, el buen nivel del inicio y tramo central de la temporada junto a su renovación por dos años más nos hacen seguir esperanzados por los nuevos capítulos de la que sigue siendo, todavía, la mejor y más ácida parodia americana.
Fran Chico
SOUTH PARK T21 (Estados Unidos)
Dirección: Trey Parker (Creador) / Guion: Trey Parker (Creador), Matt Stone (Creador), Brian Graden / Producción: Trey Parker, Matt Stone, Anne Garefino (Comedy Central) / Música: Jamie Dunlap / Montaje: Gian Ganziano
