Crítica viralFuera de CampoMusical Contemporáneo

CRÍTICA VIRAL (III): HAMILTON

El musical de Broadway que triunfa en Disney+

Decíamos en nuestra primera columna de Crítica viral que todavía no habíamos tocado el palo de la reseña teatral, pero que todo era ponerse. Bueno, pues vamos a ello. Esta sección nació para bordear los límites de la crítica audiovisual especializada, a veces traspasándolos, y hablar de obras, géneros y formatos sin prejuicios. El estreno de Hamilton en Disney+ es la mejor excusa para volver a circundar esa línea, ya que estamos hablando de una «película» que ha supuesto que las descargas de la app de la plataforma aumentaran un 46% en todo el mundo y un 74% en EEUU durante el fin de semana. Y recordemos que Disney+ es una ventana de exhibición que contiene todos los clásicos Disney, además de las películas de Pixar, Marvel y Star Wars. Si aún no habías oído hablar del fenómeno musical de lo que va de siglo, este dato puede servir para reflejar la repercusión que tiene la obra en el mundo anglosajón. Pero antes de mostrar su impacto en la cultura contemporánea, quizá deberíamos haber empezado por lo básico. ¿Qué es Hamilton?

Simplificando, Hamilton es un musical de Broadway creado por Lin-Manuel Miranda sobre la figura de Alexander Hamilton, uno de los padres fundadores de EEUU y cara del billete de 10 dólares, narrado a ritmo de hip-hop y rhythm and blues. Miranda, estadounidense de orígenes puertorriqueños, protagoniza la obra (además de ser el responsable del guion, la música y las letras) interpretando a Hamilton (que emigró en 1772 desde el Caribe), y el resto del reparto está formado casi en su totalidad por afroamericanos e inmigrantes, lo que se traduce en que George Washington y Thomas Jefferson, por ejemplo, están interpretados por actores de raza negra. Hamilton debutó en febrero de 2015 en el Teatro Público de Nueva York y, debido a su gran éxito, en agosto fue trasladado al circuito de Broadway donde, desde entonces, sigue arrasando en crítica y público. Entre sus reconocimientos se encuentran 13 Premios Tony (Los Oscar del teatro), 1 Grammy al mejor musical y un Pulitzer por mejor drama.

En tiempos del Black Lives Matter, esta versión de la historia de EEUU desde la multiculturalidad, con dardos envenenados a la esclavitud y a la xenofobia, no puede ser más acertada y actual. Es un recuerdo a los orígenes de la nación, formada básicamente por inmigrantes de distintas partes del mundo y sustentada por una mano de obra esclava, que cobra vital importancia ante el conflicto racial actual y el supremacismo blanco del presidente del país (una de las frases más aplaudidas del libreto, «Immigrants: we get the job done *», ya se ha convertido en un lema viral en EEUU a la altura del «Yes we can«). Que Disney haya adelantado su estreno casi 15 meses para lanzarlo justo en este momento no es una casualidad. Tampoco que haya elegido el 3 de julio, un día antes del Día de la Independencia. Eso sin contar con su valor educativo, proveyendo a las minorías de EEUU y a sus profesores una manera divertida y lúdica de aprender sobre la historia de su país desde la diversidad. Pero, además, está el estilo musical elegido, que sobre todo se apoya en el hip hop y el r&b, ritmos creados por afroamericanos y asociados de manera contundente a su comunidad.

La mezcla de personalidades y hip hop ya se había explorado en el programa de YouTube Epic Rap Battles of History, creado en 2010 y activo todavía, donde personajes históricos de toda índole se enfrentan en batallas de gallos con las voces de Epic Lloyd y Nice Peter, los creadores del canal. Pero Lin-Manuel Miranda lo lleva unos cuantos pasos más allá, y no solo por su calidad y variedad armónica, sino sobre todo por su espectacular trabajo con la letra. El texto es históricamente impecable, rima a la perfección sin perder su fuerza narrativa, rezuma pasión, fuerza, ironía y, sobre todo, tiene un flow en la voz de sus intérpretes que ha provocado que millones de angloparlantes, antes de que la obra estuviese disponible digitalmente, y ante la imposibilidad de acudir a verla en persona (las entradas están agotadas hasta el fin de los tiempos), se hayan enganchado a la banda sonora sin necesidad de apoyarse en la parte visual de la obra. Sin duda la composición de las letras es lo más importante de Hamilton, un trabajo titánico de Lin-Manuel Miranda que debe ser tratado con extrema cautela en las traducciones, y que está provocando que casi dos semanas después del estreno del musical en Disney+ todavía no haya subtítulos en español disponibles en la plataforma.

Entre las 46 canciones que componen la obra se encuentran auténticos himnos contemporáneos. Alexander Hamilton (1) sirve como presentación del personaje principal y de su dura infancia hasta su llegada a Nueva York. También se adelantan acontecimientos a modo de resumen de lo que va a ocurrir durante el musical, con todos los actores lanzando líneas sobre lo que está por venir. Tirando de puro rap, Leslie Odom Jr. es el encargado de comenzar esta introducción interpretando a Aaron Burr, mejor amigo de Hamilton al principio, villano al final. Se le retrata como alguien falto de pasión, de convicciones y de ideales. Básicamente, un veleta y un trepa, vamos. Sus primeras frases, que son las primeras de la obra, se repetirán recurrentemente en sus apariciones futuras como signo de desprecio.

How does a bastard, orphan, son of a whore and a
Scotsman, dropped in the middle of a forgotten
Spot in the Caribbean by providence, impoverished, in squalor
Grow up to be a hero and a scholar?

En My Shot (3) conocemos a la “pandilla” de amigos y colaboradores de Hamilton, y le escuchamos dando un discurso entusiasta y elocuente en pos de la revolución. Daveed Diggs (Marqués de Lafayette) destaca sobre sus compañeros Okieriete Onaodowan (Hercules Mulligan) y Anthony Ramos (John Laurens) con un carisma que aumentará aún más si cabe con la llegada del segundo acto y su cambio de papel.

Hey yo, I’m just like my country
I’m young, scrappy and hungry
And I’m not throwing away my shot!

La comedia domina las 3 apariciones de Jonathan Groff como un despechado Rey Jorge III cargado de rabia e ironía. En You’ll Be Back (7), What Comes Next (21) y I Know Him (33), Groff, al que hemos visto como el agente Holden Ford en Mindhunter (2017-), entrega una interpretación estática en la que priman las expresiones faciales, y por lo tanto en esta versión con primeros planos se aprecia todavía mejor su gran trabajo. El personaje más divertido de la obra.

When you’re gone, I’ll go mad
So don’t throw away this thing we had
Cuz when push comes to shove
I will kill your friends and family to remind you of my love

El r&b toma relevancia con las voces femeninas. En Helpless (10) y Satisfied (11), los personajes de las hermanas Eliza (Phillipa Soo) y Angelica Schuyler (Renée Elise Goldsberry), en ese orden, describen el hechizo de amor que Hamilton obró en ellas la primera vez que se conocieron. La canción de Eliza es romántica, puesto que ella fue la que se casó con el padre fundador, mientras que la de Angelica es de desamor ante la situación de tener que vivir como la cuñada del amor de su vida (que en un futuro sean fieles a Eliza será objeto de una duda más que razonable). El hip hop deja paso a una tonada melódica, más parecida al trabajo de Miranda en la banda sonora de Vaiana (2016), con las voces de Soo y Goldsberry maravillando por su armonía, su potencia y su sensibilidad.

Helpless!
Look into your eyes, and the sky’s the limit I’m helpless!
Down for the count, and I’m drownin’ in ‘em

Con Guns And Ships (18) confirmamos el potencial de Diggs (Marqués de Lafayette) para rapear con velocidad y con flow, anticipando las brutales batallas de gallos que veremos después, y en el mismo track Chris Jackson (George Washington) hace gala de una voz que se disfruta más en las notas del rhythm and blues que en el hip hop que había practicado hasta entonces. Diggs continuará maravillando con su estilazo en el segundo acto, donde cambia de papel para interpretar a Thomas Jefferson en temazos como What I’d Miss (24) y Washington On Your Side (31). Jackson sin embargo seguirá luciendo vozarrón y emotividad en History Has Its Eyes On You (19) y One Last Time (32).

Oh, Alexander Hamilton
I have soldiers that will yield for you
If we manage to get this right
They’ll surrender by early light
The world will never be the same, Alexander…

Cabinet Battle I (25) y Cabinet Battle II (30) traen lo que muchos esperaban: las batallas de gallos. Imagina un rifirrafe entre Hamilton (Secretario del Tesoro) y Thomas Jefferson (futuro Presidente de los EEUU) con George Washington de presentador, el resto de la cámara metiendo baza y los participantes lanzándose rimas, insultos y zascas con mic drop incluidos. Suena tan bien como parece.

A civics lesson from a slaver. Hey neighbor
Your debts are paid cuz you don’t pay for labor
“We plant seeds in the South. We create.”
Yeah, keep ranting
We know who’s really doing the planting

En la segunda parte de la obra hay varias canciones que repiten leitmotivs musicales de personajes y situaciones anteriores, pero quizá habría que destacar The Room Where It Happens (28), por su importancia en el desarrollo de los acontecimientos y sus influencias del burlesque, y The World Was Wide Enough (45), el triste y emotivo desenlace final que da un nuevo significado al “no desperdiciaré mi tiro” que se lleva repitiendo toda la obra.

I imagine death so much it feels more like a memory
Is this where it gets me, on my feet, sev’ral feet ahead of me?
I see it coming, do I run or fire my gun or let it be?
There is no beat, no melody
Burr, my first friend, my enemy
Maybe the last face I ever see
If I throw away my shot, is this how you’ll remember me?
What if this bullet is my legacy?

En el primer párrafo hemos puesto «película» entre comillas, porque es debatible que el estreno de Hamilton en Disney+ lo sea. Lin-Manuel Miranda ha declarado en varias ocasiones que no contempla una adaptación al cine, puesto que su obra está pensada para el teatro. Los decorados apenas cambian y las coreografías no destacan, es una obra para ser escuchada, cantada e interpretada en directo. Es por eso que Miranda y Thomas Kail (director) registraron dos de las ultimas funciones en Broadway con el reparto original, en junio de 2016, colocando 9 cámaras y más de 100 micrófonos, y el montaje resultante es lo que ha lanzado Disney+. El trabajo es, más que un largometraje, la realización de un espectáculo en directo, sin diferenciarse apenas de un concierto lanzado al mercado doméstico o de un programa musical como Eurovisión. Lo que aporta a la experiencia teatral son los primeros planos de los actores, los planos detalle y las tomas laterales y cenital, que permiten observar el musical desde ángulos imposibles para el espectador presencial.

Hace ya años que cadenas españolas como Yelmo o Cinesa retransmiten en directo en sus salas obras de teatro y óperas, y si continúan con la programación será porque hay un público que responde a la oferta. Pero, ¿es Hamilton «cine»? Es una pregunta complicada, sobre todo teniendo en cuenta que hay quien no la considerará de esta manera solo por haber sido estrenada en una plataforma digital. ¿Es Hamilton una obra audiovisual a la altura de su impacto cultural global? Rotundamente sí. Y por eso teníamos que hablar de ella.


Hamilton (EEUU, 2020)

Dirección: Thomas Kail / Guion: Lin-Manuel Miranda (inspirado por el libro Alexander Hamilton de Ron Chernow) / Producción: Lin-Manuel Miranda, Thomas Kail / Música: Lin-Manuel Miranda / Fotografía: Declan Quinn / Montaje: Jonah Moran / Reparto: Lin-Manuel Miranda, Daveed Diggs, Renee Goldsberry, Leslie Odom Jr., Chris Jackson, Jonathan Groff, Anthony Ramos, Emmy Raver-Lampman, Jasmine Cephas-Jones, Okieriete Onaodowan, Phillipa Soo, Ariana DeBose, Ephraim Sykes, Neil Haskell, Thayne Jasperson, Andrew Chappelle, Sydney James Harcourt, Jon Rua, Sasha Hutchings, Carleigh Bettiol, Seth Stewart, Betsy Struxness, Morgan Marcell, Austin Smith, Stephanie Klemons.


* Aunque la frase “Immigrants: we get the job done” aparece mencionada en el musical, la canción fue eliminada de la escaleta final y se dio a conocer posteriormente en el álbum The Hamilton Mixtape (2016), un disco que recogía las canciones de la obra (así como algún descarte) interpretadas por diversos artistas internacionales.

Un comentario en «CRÍTICA VIRAL (III): HAMILTON»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.