LA MARAVILLOSA SEÑORA MAISEL (TEMPORADA 4)
La reina de la comedia
Si en pleno 2022 todavía hay gente que dice que las mujeres no son tan graciosas, imagínense en la Estados Unidos de 1960. En ese mundo aún más conservador y rancio es donde La maravillosa señora Maisel (2017) intenta hacerse un hueco en el mundo de la comedia. Miriam Midge (Rachel Brosnahan), que colgó el delantal en la primera temporada de la serie y decidió apostar por el stand-up comedy, intenta ahora en la cuarta temporada dejar de ser la eterna telonera y labrarse un futuro como cómica profesional.
En esta última temporada, la directora de la serie, Amy Sherman-Palladino (creadora de las Las chicas Gilmore), nos regala una señora Maisel muy distinta a la que conocimos en 2017. En su primer show Midge arremetía contra su marido Joel (Michael Zegen) por haberla dejado, aunque minutos antes le dijese “me esforzaré más, seré mejor” en un intento de recuperarle. En su última función, la protagonista pregunta retóricamente al público “¿son las mujeres más importantes que Dios?”. Y ella cree que sí, porque finalmente ha logrado desprenderse de ese machismo inherente que poseía en las primeras temporadas debido a la sociedad estadounidense de la época y a su propia familia. En cambio, esta última está llena de protagonistas femeninas que quieren dejar de sentirse insignificantes, que no les basta con ser esposas o madres. Ellas quieren ser médicas, como Mei, la nueva novia de Joel; managers de éxito, como Susie, representante y mejor amiga de la protagonista; celestinas profesionales, como la madre de Miriam; o simplemente tener unas condiciones dignas de trabajo, como todas las bailarinas de striptease donde la señora Maisel comienza a hacer sus shows. Sherman decide empoderarnos y descubrimos (al mismo tiempo que ellas) que las mujeres siempre hemos estado al mando, solo que nadie nos había avisado.
Aunque quizá lo pinte todo demasiado “fácil” en términos de género, la directora se encarga de dotar a la serie del realismo necesario incluyendo un contexto verídico – como la elección de John F. Kennedy como presidente de EE.UU. – o introduciendo personajes auténticos como Lenny Bruce (interpretado por Luke Kirby), famoso cómico estadounidense de la década de los 50-60, y que en esta temporada adquiere mayor relevancia. Se podría decir que Bruce es el “culpable” de que Midge decidiese apostar por este oficio. En el primer episodio de la serie, ella le pregunta “¿amas la comedia?” y una sonrisa de él le basta para adentrarse en este universo. Con una relación similar a la que mantienen Carrie y Mr. Big en Sexo en Nueva York, -como apunta la periodista Alison Stiene en su artículo «Why Midge and Lenny are the Carrie and Big of “The Marvelous Mrs. Maisel”- Bruce reaparece de forma intermitente en su vida, y en esta temporada será para alentarla a dar el impulso necesario a su carrera.
Pero, sin duda, lo que realmente comparten Carrie y Miriam es la cantidad de ropa que tienen en su armario. Desde el episodio piloto la diseñadora de vestuario, Donna Zakowska, ya nos avisa de que la señora Maisel es de esas mujeres que anteponen lo chic a lo práctico. Ganadora de un Emmy a mejor vestuario en 2019 por la serie, Zakowska aporta una de los elementos de puesta en escena más notorios. “Me di cuenta de que, una vez más, un hombre se había cruzado en mi camino y me había jodido la vida. Y, al igual que la primera vez, llevaba un vestido magnífico para la ocasión”, sentencia Midge en el primer episodio de esta nueva temporada, y todo gracias a la diseñadora de Brooklyn. Vestidos llenos de color y sombreros floridos que recuerdan a los usados en los musicales de Jacques Demy, como las Las señoritas de Rochefort (1967) cuyo vestuario corrió a cargo de Jacqueline Moreau. Pero también enaguas, zapatos, joyas, guantes; ambas diseñadoras logran transmitir la vitalidad y optimismo de los años sesenta a través de los colores de las prendas de sus personajes. Una gama cromática que pasa rápidamente de rosa pastel a negro, y que da la oportunidad al espectador de conocer rasgos de la personalidad de los protagonistas. La serie estadounidense, gracias al director artístico Bill Groom, también intenta recuperar en su diseño de interiores y en sus decorados- repletos de detalles- esa Nueva York de mediados del siglo XX, cautivando al espectador con una estética bohemia y nostálgica propia de aquel tiempo.
Además, La maravillosa Mr. Maisel se impregna de ese carácter musical gracias a una banda sonora repleta de grandes éxitos de la época, desde Peggy Lee hasta Frank Sinatra, con los que los personajes a veces parece que “bailan” en escenas grupales con travellings similares a los utilizados en los musicales, lo que aporta un aura de teatralidad entrañable. Este dramatismo propio del teatro, y que también aparece en otra obra de Demy, Los paraguas de Cherburgo (1964), se aprecia en los diálogos de la serie- llenos de ironía y con monólogos atropellados-, así como en la actuación de los personajes, especialmente en la de los padres y suegros de la protagonista, con sus actitudes descabelladas y atípicas de la época. Igualmente, de forma similar a la película del cineasta francés, la cuarta temporada cierra con la protagonista tomando una importante decisión durante una tremenda tormenta de nieve.
Con una quinta temporada -que será la última- ya en camino, La maravillosa señora Maisel se postula como una pequeña joya dentro de la plataforma Amazon Prime para aquellos que sepan apreciar el arte de un chiste bien contado y sobre todo bien vestido.
La maravillosa señora Maisel (The Marvelous Mrs. Maisel, EE.UU.,2017-)
Dirección: Amy Sherman-Palladino, Daniel Palladino, Scott Ellis, Jamie Babbit, Daniel Attias / Guión: Amy Sherman-Palladino, Daniel Palladino, Noah Gardenswartz, Kate Fodor, Sheila R. Lawrence, Jen Kirkman / Producción: Pictures in a Row, Amazon Prime Video. / Fotografía: M. David Mullen, Eric Moynier, Jeff Jur, Alex Nepomniaschy / Música: Eric Gorfain, Sam Phillips / Reparto:
