EntrevistasGijón 2024

ENTREVISTA A COLECTIVO VIGILIA (L’EDAT IMMINENT)

«Teníamos situaciones cercanas muy similares a las de la protagonista y nos parecía interesante explorar qué pasa cuando no tienes las herramientas necesarias para poder cuidar a la gente mayor»

Entrevista a Colectivo Vigilia Revista Mutaciones 1

Para empezar, ¿cómo comenzó vuestro acercamiento a la película y cómo fue evolucionando en colectivo?

El proyecto nace de nuestro trabajo final de grado en la Pompeu Fabra. En ese momento rodamos un corto basado en una serie de temas que nos apelaban a todos y que compartimos durante unos meses. Nos hizo darnos cuenta de que las relaciones intergeneracionales eran algo importante para cada uno de nosotros, por lo que quisimos trabajar sobre ello. Entonces, en el marco del TFG, desarrollamos un corto sobre este universo que después decidimos producir fuera. Ha sido un proceso muy orgánico.

¿Cómo ha sido la construcción de los personajes y la relación nieto-abuela?

Teníamos situaciones cercanas muy similares a las de la protagonista y nos parecía interesante explorar qué pasa cuando no tienes las herramientas necesarias para poder cuidar a la gente mayor. Este caso de Bruno y Nati es incluso más extremo, porque normalmente son las personas adultas las que tienen que hacer estos cuidados y aquí es la persona joven, así que nos parecía un punto de partida interesante. Cada uno aportamos nuestro granito de arena con nuestras relaciones familiares, con lo que estábamos viviendo con nuestros abuelos y nos resultó muy atractivo como experiencia universal, pensando en que mucha gente podría sentirse identificada.

En la película hay un gran contraste formal, entre este estatismo de Nati en casa y el movimiento que experimenta Bruno como repartidor todo el día fuera de casa en la bici… ¿De dónde surge? ¿Cómo llegáis a esta idea?

Surge de mostrar la casa como un sitio más estable, un espacio de confort, de seguridad para Bruno desde donde ha vivido toda su vida con la abuela y a la vez un sitio de estatismo y de pausa. Por otro lado, el exterior para el barrio representa movimiento, cambio, hacerse mayor, etc. El trabajo de color también fue muy importante para generar este tipo de contraste, Bruno siempre va de rojo, un color que para nosotros representa la sangre y la vida, y queríamos que el piso apareciese con una iluminación y colores más apagados.

Nos gustaría preguntaros acerca de la planificación de las escenas y los ensayos, ¿Cuánto hay de improvisación y de dejar que los propios actores construyan los personajes?

Nosotros escribimos un guion más o menos específico, pero cuando entró Antonia -que es la actriz que interpreta a Nati- todo se puso patas arriba. Ella es una persona muy mayor, tiene 88 años, y no nos planteamos en ningún momento que se aprendiera el guion, así que partimos siempre de poner un contexto, tratar de bocetar en qué momento están los personajes y, a partir de ahí, trabajar cada escena individualmente. Pero claro, ella era como una bomba de improvisación, entonces sí que nos servía mucho que el personaje de Bruno fuera guiando todas estas escenas. Así que en la preparación trabajamos sobre todo su relación; que verdaderamente sintiesen que eran abuela y nieto y creemos que funcionó. También ha sido un proceso complejo en montaje porque no había dos tomas iguales y había que tomar muchas decisiones.

Nos gustaría ahondar un poco más en ese proceso de montaje con tantas tomas muy distintas, ¿cómo habéis procedido?

Normalmente la toma buena era la primera a no ser que quizás no hubiéramos explicado bien la situación de la que parten los personajes. Sí que había una construcción previa, pero después en el montaje se cambió drásticamente. Encontramos otras lecturas de la película y eso fue algo muy importante. Había muchas más escenas que se quitaron y ayudó a que funcionase mejor. Lo fundamental es que el proceso ha sido también una fuente de aprendizaje y de experimentación en todos los sentidos, tanto con los actores, como con la cámara, y claro, el montaje formó una parte importante de esto.

Entrevista a Colectivo Vigilia Revista Mutaciones 2

Nos interesa mucho la idea de pensar el cine en colectividad, y nos gustaría preguntar por vuestra experiencia ¿Cuál es vuestra forma de aproximarnos a este pensamiento sobre el cine en colectivo?

Es complejo, nosotros éramos conscientes de que éramos un colectivo de inicio, pero la idea surge en el seno del proyecto. De repente éramos conscientes de que teníamos una productora, así que buscamos financiación y empezamos a construir. Pero nos surgió la pregunta de qué es un colectivo. ¿Qué referentes hay? Pensamos en cómo estábamos trabajando y todo surgió de forma orgánica, aprendimos mucho en el proceso y nos equivocamos también. Así que no sale de una forma voluntaria el ser un colectivo como tal y saber desde el primer día cómo va, sino que surge como algo muy mutante que ha ido cambiando. Hemos trabajado en equipo repartiendo las tareas y sobre todo confiando mutuamente y respetando cuando hay discusiones sobre algo importante. Ha sido algo muy constante y creemos que no difiere tanto lo que hemos hecho nosotras en la película de cómo se hace el cine en general, si un equipo es bueno se suelen escuchar y suele haber estas sinergias y estas confianzas que hace que el cine sea más horizontal. Percibimos que todas somos creadoras y ojalá todo el cine fuera así.

Como habéis incidido un poco en que había un cierto choque con la industria por ser un colectivo, nos gustaría preguntar cómo os aproximáis a este trabajo en colectividad de cara a la industria, a firmar quién dirige, a tomar decisiones de forma horizontal…

Hay en general una gran reticencia en un principio, porque la gente percibe que al ser un cine en colectivo no existe una mirada, que ya no hay posibilidad de hacer algo que se desmarque de lo canónico, si queremos expresarlo así. Esto resulta difícil a la hora de llegar a ciertos consensos y no siempre pasa, pero hemos tenido esta experiencia en ocasiones. Por otro lado, hemos sido más conscientes del colectivo quizás cuando de repente se publicaba una ficha en algún sitio público, en un festival, o a la hora de distribuir cuando había que rellenar la casilla de quién dirigía y la necesidad a veces de poner solo a una persona. Había que constituir el colectivo, poner un nombre, y de repente eran muchas decisiones en medio del proyecto. Tuvimos que decidir una posición de cara a que fuese más fácil a la hora de negociar ya que es una industria muy jerárquica, y por eso aparece Clara en los créditos generalmente.

Al margen del trabajo de producción y rodaje, nos gustaría preguntaros cómo vivís el cine en colectividad y cómo afecta a vuestro pensamiento esta posición política de establecerse como colectivo cinematográfico…

Es una pregunta muy interesante y seguramente muy difícil también de responder porque en nuestro caso ha funcionado orbitando el proyecto. Entonces en cierto modo no nos hemos planteado ser un colectivo más allá de la película, quizás sí para otros proyectos. Claramente lo hicimos con una perspectiva política de defensa de que la idea era de todas y queríamos que las decisiones creativas fueran comunes. En muchos momentos sentíamos que estábamos haciendo algo distinto, que esto chocaba en cierto modo con muchas concepciones y necesitamos tiempo para reflexionar bien todo. Es una pregunta compleja y quizás en otro momento podamos contestar con más amplitud.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.