SPAIN MOVING IMAGES FESTIVAL: SECCIÓN OFICIAL CORTOMETRAJES
El Spain Moving Images Festival, consagrado a la difusión del cine asiático en España, inauguró su tercera edición el pasado 22 de Junio en el Círculo de Bellas Artes de Madrid presentando la película El tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas (2010) del director tailandés Apitchapong Weerasetakul. Dentro de su variada programación, la sección de cortometrajes de este 2018 contó con cuatro trabajos a competición y un quinto cortometraje fuera de ella La noria (Phuttiphong Aroonpheng, Tailandia, 2015), que reseñamos a continuación.
Distopía de Bangkok, de Patipol Teekayuwat (Tailandia, 2017)
El premio al mejor cortometraje fue a parar a la obra del director Patipol Teekayuwat por su obra Distopía de Bangkok. Mediante una historia cargada de triste cotidianeidad el director cuenta la historia de dos jóvenes que son obligados, en plena noche, a abandonar el autobús que les conducía a sus casas debido a un ya usual toque de queda. A través de esta peculiar road movie, Teekayuwat juega a entremezclar las muy diferentes personalidades y aspiraciones de sus dos protagonistas con las de la propia ciudad. Una ciudad que se presenta asfixiante, pesada y, sobre todo, sin futuro, sin salida, al igual que el destino de los jóvenes protagonistas; al igual que el destino de toda una generación que quiere volar y no se le permite hacerlo.
Café Togo, de Musquiqui Chihying y Gregor Kasper (Taiwan, Alemania, 2018)
Basado en el texto “With Colonial Love” del activista y también protagonista Abel Amine Mohammed, Café Togo mereció la Mención Especial del Jurado por su atrevida puesta en escena al hablar del problemático renombramiento de calles en Afrikanisches Viertel de Berlín. A través del blanco y negro y mediante la ingeniosa utilización de la pantalla partida, los directores enlazan cuatro historias que se complementan para dar forma a una confusa y peculiar historia –como lo es el propio hecho que se narra– que se va desgranando poco a poco a lo largo de todo el relato. Con un humor a veces absurdo, a veces casi negro, Café Togo pone el foco en las incongruencias de la memoria histórica alemana desde una perspectiva postcolonial y la difícil solución de un problema significativo a quien nadie parece importarle.
Al bajar de las montañas, de Max Duncan (China, Reino Unido, 2018)
Max Duncan nos propone un cortometraje en formato documental que critica la situación precaria de algunas familias en áreas concretas de China. Wang Chang y sus hermanos deben ejercer como verdaderos adultos en su casa de campo, ocupándose de las tareas más arduas y llenándose de responsabilidades a pesar de su edad Sus padres deben viajar a la ciudad para trabajar en una fábrica de auriculares a cambio de una mísera recompensa económica. Reencuentros familiares, testimonios de nostalgia y lágrimas, rodeadas de amplios planos paisajísticos y colores variados.
Song X, de Pathompon Tesprateep (Tailandia, 2017)
Song X se convierte en pura meditación para el espectador que lo visualiza. Su gran sutileza visual y sus imágenes en blanco y negro nos hacen divagar entre la tranquilidad de lo que escuchamos y la fragilidad de lo que vemos. El sonido plagado de naturaleza, calor y fauna se convierte en un mantra lleno de sinestesia. Todo en su conjunto expresa la delgada línea entre la vida y la muerte, una perfecta simbiosis entre el caos y el orden que aparecen en nuestro recorrido por el purgatorio.
La Noria, de Phuttiphong Aroonpheng (Tailandia, 2015)
Producida por el mismo Weerasethakul, La Noria es un angustioso viaje sobre la limitación territorial. Una madre cruza la frontera con su hijo buscando un lugar dónde permanecer a salvo, ansiosa por huir y deseosa por integrarse, debe afrontar diferentes situaciones del día al día cuando de pronto el miedo la lleva a separarse de su hijo. Frustración, instinto y desesperación se hacen eco situando a los personajes en un parque de atracciones, un lugar contrario a este tipo de sensaciones.
