DEADPOOL 2
Vaya locurote
Contando con el mismo equipo creativo de la primera película, David Leitch se pone al frente de la secuela directa de Deadpool, dirigida por Tim Miller. Tras un choque de opiniones entre Miller y Reynolds para realizar la segunda entrega (donde el primero proponía marcar la seriedad y la acción frente al segundo, que abogaba por mantener el humor y el carácter de la primera entrega), el equipo finalmente se posicionó a favor del actor. Fue entonces cuando Reynolds optó por David Leitch, conocido por dirigir películas de acción como John Wick (2014) o Atómica (2017), y por colaborar en otras como Tron: Legacy (Joseph Kosinski, 2010) o Speed Racer (Las hermanas Wachowski, 2008). A pesar del cambio de director y de no contar con la frescura de la primera entrega, la personalidad jocosa del protagonista, las referencias culturales de otras películas, los cambios argumentales bruscos y, sobre todo, el humor negro, siguen siendo las principales características de la película.
Con un prólogo ciertamente inesperado, dinámico, socarrón y ligeramente gore, el antihéroe gamberro protagonizado por el propio Ryan Reynolds vuelve a repartir mandanga de la buena. Esta vez, un niño mutante enfurecido y con ansias de venganza (Julian Dennison) logra enternecer a Deadpool, que intentará alejar al joven del camino del rencor y el sufrimiento. Pero no sin antes ajustar cuentas con Cable (Josh Brolin), una especie de cyborg maduro y de pelo blanquecino que ha venido desde el futuro para aniquilar al niño e intentar cambiar circunstancias temporales que afectan directamente a su vida personal. Esta es la primera aparición cinematográfica de este personaje, un personaje que en los cómics goza de gran importancia y cuya seriedad y carácter colisionan con los gestos y comentarios del protagonista.
Para llevar a cabo su misión, Deadpool está dispuesto a montar su propio escuadrón de súper mutantes al que llamará, burlándose de los X-Men, X-Force. Para ello realiza un casting presencial con el propósito de encontrar a los mutantes con más talento. Todo ese gremio de mutantes dispares y estrafalarios aparecieron por primera vez en la revista New Mutants y originalmente estaban liderados por Cable. La aparición de nuevos personajes como Bedlam, Zeigeist y Vanisher, aportan a la secuela un toque novedoso, resultando peculiarmente llamativa la incorporación de Dominó (Zazie Beetz), una heroína con un poder simple pero efectivo: es un imán para la buena suerte. Este personaje activa el don de la fortuna realizando acciones que, aunque sean arriesgadas, siempre acaban teniendo un resultado favorable. Esta nueva formación de personajes protagónicos deja entrever que tendremos que soportar los chistes turbios del caballero rojizo durante mucho tiempo. Así, los momentos en los que se desprestigia a superhéroes de otras sagas diferentes nos recuerdan que Wade Wilson (aka Deadpool) no está por la labor de dejar de ser el centro de atención, algo propio de su personalidad histriónica y narcisista. Quizás esta sea la razón por la que Deadpool estuvo nominado a los Globos de Oro por mejor protagonista y mejor película porque, aunque el objetivo interno de los personajes en esta entrega es menos potente que en la primera (en la que el antihéroe estaba sediento de justicia por la aberración de su cuerpo), todo es tan perturbador y demencial que cualquier cosa es válida, y eso es lo que hace a Deadpool conservar lo bueno del género al mismo tiempo que evade los estereotipos del mismo.
Deadpool 2 (Estados Unidos, 2018)
Dirección: David Leitch / Guion: Rhett Reese, Paul Wernick, Ryan Reynolds (Cómic: Rob Liefeld, Fabian Nicieza) / Producción: Marvel Entertainment, 20th Century-Fox, Donners’ Company, Kinberg Genre / Música: Tyler Bates/ Fotografía: Jonathan Sela / Montaje: Elísabet Ronaldsdóttir, Dirk Westervelt, Craig Alpert / Producción ejecutiva: Paul Wernick, Rhett Reese, Stan Lee/ Reparto: Ryan Reynolds, Josh Brolin, Morena Baccarini, T.J Miller, Stefan Kapicic, Shiori Kutsuna, Leslie Uggams, Eddie Marsarn, Stan Lee.