X-MEN: FÉNIX OSCURA
¿Fin del género?
Mucho se está hablando de que al cine de superhéroes le pasará como al western, que llegará un momento en que perderá peso en taquilla por la sobreexplotación e irá desapareciendo de las carteleras. Que el público acabará cansándose de tanta adaptación comiquera y le dará la espalda al género, apostando por otro distinto. Varios son los críticos y analistas que ya anuncian ese “fin de ciclo” y que, independientemente de cuándo ocurra, después se adjudicarán el logro del “yo ya lo vi venir”, como se hace en la prensa deportiva y en muchos otros ámbitos. Yo no pretendo ser el gurú de nada ni de nadie al pronosticar un cambio que es natural y que no hace falta ser experto para saber que, tarde o temprano, vendrá. Pero si tuviera que apostar por un momento definitivo en el declive del cine de super héroes, X-Men: Fénix Oscura sería mi elección obvia.
Primero, por contexto. La nueva entrega de la franquicia de los mutantes es la última bajo el sello Fox, por lo que su futuro es incierto. Ya venía dando muestras de agotamiento tras bajar el nivel considerablemente en X-Men: Apocalipsis (Bryan Singer, 2016) y sufrir el adiós de su activo más preciado, el Lobezno de Hugh Jackman. Ahora los X-Men llegan a Disney, una productora que no tiene planes para ellos hasta dentro de, al menos, 5 años, y que tratará de introducirlos en un universo cinematográfico que acaba de tocar techo tras 11 años y 22 películas. Será difícil no solo superarse, sino mantener el nivel. Por otro lado, DC-Warner, su competidora directa, viene de vanagloriarse por haber recaudado 360 millones con ¡Shazam! (David F. Sandberg, 2019). Una cifra que no está nada mal, pero que hubiese sido considerada un fracaso absoluto pocos años atrás.
Ignorando estos datos, la segunda razón (y la más importante) por la que considero X-Men: Fénix Oscura un bache importante de los blocksbusters superheróicos es por su total intranscendencia. Simon Kinberg firma un libreto anodino, previsible y trilladísimo, que además ignora varios acontecimientos del final de la anterior entrega. Si a eso le sumamos la falta de carisma de un grupo (y en especial de su protagonista, Sophie Turner) que está años luz de la generación de Jackman, Patrick Stewart, Ian McKellen, Halle Berry y cía., nos encontramos con una cinta que entretiene gracias a sus efectos especiales, pero que no profundiza en nada más. Y mira que es difícil que, con un reparto en el que se encuentran James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence y Jessica Chastain, salga una cinta tan plana. Algo que contrasta, y para mal, con la siempre épica banda sonora de Hans Zimmer, que aquí no pega ni con cola. Otro logro de Kinberg, que además elimina los pocos elementos que sí funcionaban en la franquicia, como las escenas a cámara lenta de Quicksilver o la inclusión de referencias y momentos históricos pasados para ambientar la década en la que se sitúa la acción. Como colofón, cabe destacar que lo mejor con diferencia de la película, la parte final en el tren, es un añadido realizado deprisa y a última hora para sustituir un final que era prácticamente calcado al de Capitana Marvel (Anna Boden y Ryan Fleck, 2019). Es decir, lo único salvable, les salió casi de casualidad.
¿Supone el fin de los mutantes de Fox y la fase post-Endgame de Disney el agotamiento definitivo de un ciclo? Con DC-Warner dando tumbos sin sentido, Fox fuera de la ecuación y Sony compartiendo a Spiderman, todo queda en manos de Disney. Y, viendo lo ocurrido con Star Wars, eso no parece que sea una buena noticia.
X-Men: Fénix Oscura (Dark Phoenix, Estados Unidos, 2019)
Dirección: Simon Kinberg / Guion: Simon Kinberg (Historia: John Byrne, Chris Claremont, Dave Cockrum. Cómic: Jack Kirby, Stan Lee) / Producción: Simon Kinberg, Todd Hallowell, Hutch Parker, Lauren Shuler Donner / Música: Hans Zimmer / Fotografía: Mauro Fiore / Edición: Lee Smith / Diseño de producción: Claude Paré /Reparto: Sophie Turner, James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, Jessica Chastain, Nicholas Hoult, Tye Sheridan, Alexandra Shipp, Kodi Smit-McPhee, Evan Peters, Scott Shepherd.
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