VIAJE AL CUARTO DE UNA MADRE
Huir para volver a empezar
En Las distancias (2018), Elena Trapé mostraba la cruda realidad de todos los jóvenes que una vez terminada la carrera universitaria ven en emigrar al extranjero, en busca de trabajo, la mejor forma de sobrevivir económicamente. Esta problemática le surge a la protagonista de Viaje al cuarto de una madre (Celia Rico Clavellino, 2018), Leonor (Anna Castillo), que, tras perder a su padre y sin saber muy bien qué hacer con su vida, decide irse a trabajar a Londres y huir así de una realidad que no quiere aguantar, pero para ello tendrá que convencer a su madre Estrella (Lola Dueñas) de que es la idea más plausible.
La joven cineasta sevillana decide realizar un filme intimista donde casi todas las escenas se desarrollan en el interior de la vivienda familiar. Incluso en las escenas en que Leonor está fuera del país, su voz se sigue oyendo dentro de esa casa a través del teléfono móvil, no aparece Londres por ningún lado. Se trata, por tanto, de contar una historia de dos mujeres que quedaron solas y unidas en la vida, madre e hija, a las que soloune una casa cuando sus deseos y necesidades les separan. Una casa como representación de la normalidad de cualquier familia, con sus conversaciones comunes, problemas cotidianos y las madres sacrificadas y sufridas de una misma generación.
Y es que Viaje al cuarto de una madre habla también de la diferencia generacional, de debatirse entre quedarse anclado en el mismo lugar (en el caso de la madre) y el deseo de escapar de allí con la excusa que sea (en el caso de la hija). Pero también habla de la superación de los problemas, de no anclarse en la pena por la pérdida de un familiar y de tratar de recomponerse aunque sea de maneras distintas: una -la hija- huyendo, por así decirlo, y otra entreteniéndose cosiendo trajes para un concurso de baile del barrio y recreándose en la idea de crear una amistad con otro hombre que no sea su marido, en definitiva, dar pequeños pasos para volver a tener una ilusión por vivir. En el fondo de lo que seestá hablando es de salir de la zona de confort. En el primer cortometraje de Celia Rico Clavellino, Luisa no está en casa (2012), la protagonista también era una mujer con circunstancias y edad diferentes a la joven protagonista de esta película pero con una parecida idea en la mente: salir a la calle y respirar aire nuevo, tener experiencias y sensaciones no vividas y enfrentarse a una nueva vida lejos de otra casa que representaba la soledad y, en definitiva, de vivir cosas nuevas lejos de la comodidad de la casa familiar.
Todo este proceso de cambio vital está reflejado con mucha claridad y verdad en todo momento y ello se debe a la gran interpretación de las dos actrices protagonistas: Lola Dueñas y Anna Castillo. En el caso de Castillo asistimos a una interpretación que está dentro de un registro -chica joven entusiasta- al que ya estamos acostumbrados a verla. Por el contrario, Lola Dueñas destaca sobre todo lo demás, porque le da a su papel todos los matices necesarios para que su interpretación sea creíble: se emociona, se ríe, muestra una torpeza con la tecnología propia de la edad de su personaje y es la típica madre que todos podrían tener enganchada a las series y ahí está su mérito, logra que el espectador empatice con esta mujer porque no es algo ni sobreactuado ni sensacionalista, su mirada es común, real y contenida y por ello, emociona.
Viaje al cuarto de una madre ha formado parte de la sección Nuevos Directores del Festival de San Sebastián donde ha conseguido el Premio de la Juventud. En dicho festival, la propia cineasta comentaba en la presentación del filme que se trata de una película pequeña realizada con un presupuesto pequeño, pero es algo que habría que matizar: se trata de un filme humilde que con todo lo que muestra y sabiendo cómo se preparó todo se convierte en algo más grande. Y es que la directora pensó en todos los detalles: la madre de la directora incluso enseñó a Lola Dueñas a usar la máquina de coser, y Anna Castillo tuvo que aprender a tocar el acordeón. Son estos detalles los que marcan la diferencia entre un producto pensado solo para las salas comerciales y otros -como este- en los que la grandeza está presente dentro de un universo tan sencillo como el que ha creado Celia Rico Clavellino.
Viaje al cuarto de una madre (España, Francia, 2018)
Dirección: Celia Rico Clavellino / Guion: Celia Rico Clavellino / Producción: Amorós Producciones / Arcadia Motion Pictures / Canal Sur Televisión / Noodles Production / Pecado Films / Sisifo Films AIE / Música: Paco Ortega / Fotografía: Santiago Racaj / Montaje: Fernando Franco / Reparto: Lola Dueñas, Anna Castillo, Pedro Casablanc
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