VALHALLA RISING (2009)
La odisea refniana
Una niebla de color ocre envuelve al grupo de hombres que va viajando en una barca en búsqueda del paraíso que les ha prometido su dios. En cuyos rostros se observa una creciente desesperanza ante la falta de rumbo, en una imagen que pareciera estar representando un momento previo a la debacle retratada en La balsa de la medusa de Géricault. Y lo que desencadena después es, en efecto, equiparable a ese drama humano inmortalizado en el tiempo por la que llegaría a ser una de las grandes obras del Renacimiento francés. “En el comienzo sólo estaban el hombre y la naturaleza…”. Estas palabras sobre un fondo negro -y con una potente música de fondo- abren Valhalla Rising. Una frase que resonará desde el primer plano de la película: un paisaje sobrio y bucólico en el que únicamente se avista una persona, absorbida por la enormidad de las montañas a su alrededor.
En un terreno indefinido entre lo fantástico y lo épico, Valhalla Rising explora esa relación entre el hombre y la naturaleza en una obra en la que el lado salvaje del ser humano y su imposibilidad de domesticación se hacen más presentes que nunca. La película, que llega a salas de cine en España hoy, más de una década después de su estreno internacional, es una pieza indispensable para entender la filmografía de Nicolas Winding Refn como un ensayo en torno a la masculinidad en su expresión más violenta y brutal. Desde la trilogía Pusher (1996-2005) hasta Drive (2011) -el filme que finalmente lo posicionó como el director que hoy conocemos- y sus trabajos posteriores (Sólo Dios perdona, The Neon Demon y Too Old to Die Young), la trayectoria cinematográfica del danés se ha visto siempre marcada por una fuerte presencia de la violencia, del gore, y de una preocupación, cada vez más grande, por la experimentación formal.
Valhalla Rising se ubica a medio camino en esta filmografía, funcionando como un puente entre dos Winding Refn: uno más primordial y minimalista en su forma, enfocado mayormente en el desarrollo de sus personajes; y otro que da cabida a los silencios narrativos para dejar hablar por sí sola a la imagen, cada vez más recargada y expresiva. Más allá de las capas narrativas que la ubican en un contexto espaciotemporal, Valhalla Rising se erige como un viaje sin rumbo fragmentado en seis partes, cuya experiencia de disfrute reside en observar y absorber la ambigüedad que se presenta ante nuestros ojos. Planos largos generalmente envueltos en tonos apagados, pero en los que frecuentemente se escabullen breves implosiones de color que bañan todo de rojo, en secuencias de sueño que no sólo simbolizan ese papel central de la violencia, sino que también anticipan el Winding Refn más reciente y actual. Así, con un ritmo pausado y una limitación en los diálogos -con un personaje principal que no enuncia una sola palabra y tampoco lo necesita-, el director danés da vida al epítome de su odisea cinematográfica. Una obra que, vista en perspectiva, resulta ser la más coherente dentro del entramado que lo ha llevado a crear un estilo propio: uno fácilmente identificable y capaz de dividir a las audiencias con cada nueva adición. Valhalla Rising es tal vez la representación más directa de la violencia en el cine de Winding Refn. Es, a partes iguales, un relato visceral que indaga sobre la naturaleza bestial del hombre y un primer paso hacia una mirada agudizada por la preocupación estética y formal. Una obra en la que, casi como ese rojo intenso en los sueños de One Eye (Mads Mikkelsen), irrumpen una y otra vez los orígenes de un universo refniano que se encuentra en constante expansión.
Valhalla Rising (Dinamarca, 2009)
Dirección: Nicolas Winding Refn / Guion: Roy Jacobsen, Nicolas Winding Refn / Producción: Coproducción Dinamarca-Reino Unido; La Belle Allee Productions, NWR Film Productions, Nimbus Film Productions, One Eye Production, Savalas Audio Post-Production, BBC Films / Fotografía: Morten Søborg / Música: Peter Kyed, Peter Peter / Montaje: Matthew Newman / Diseño de producción: Laurel Wear / Reparto: Mads Mikkelsen, Gary Lewis, Jamie Sives, Ewan Stewart, Alexander Morton, Maarten Stevenson