THE WOMAN WHO RAN
En tránsito
Hong Sang-soo es un director de espacios personales y como tal necesita, de manera imprescindible, contar con actores que sostengan en todo momento el estatismo y la estructura de sus espacios. Como en Ozu, los vacíos de Hong no existen sin que antes los llenen y, como en Rohmer, sus cuerpos son inseparables del cuarto que habitan. Como Ozu, Hong hace de su estilo un mundo para seguir investigando sus posibilidades, de forma reiterativa pero siempre nueva y, como Rohmer, navega entre la banalidad new age y la confrontación amablemente violenta del ser humano con sus problemas terrenos.
The Woman Who Ran (Domangchin yeoja, 2020) es la película aparentemente más simple del aclamado director surcoreano. En ella seguimos a Gamhee —interpretada, cómo no, por Min-hee Kim— a través de tres escenarios y de la mano de tres amigas cuyos lugares de habitación son proporcionales en tamaño a la distancia social que tienen con ella. Gamhee les hablará a todas de su matrimonio, alegando que ella y su marido han estado juntos cada día durante cinco años y que este es el primero que pasan separados. Aun con todo, no parece que haya un gran cambio en la personalidad de ella teniendo en cuenta este dato, pero claro, al caer en la cuenta de que no sabemos nada sobre su pasado se abre una ventana hacia modos de interpretación diferentes. ¿Está Gamhee realmente casada? Sea cual sea la respuesta carece de importancia pues si bien la película huye de la interpretación, Hong se basta de su investigación continua y pausada de las formas cinematográficas para llegar a revelar, por momentos, lo extraordinario que subyace en lo ordinario.
The Woman Who Ran no es una película más en la filmografía de Hong Sang-soo y al mismo tiempo sí lo es. En su amplio abanico de “falsas imitaciones” no hay ni una película semejante a la otra y por ello todas se parecen en su unicidad. Su nueva obra sigue mostrando lo liviano mediante la sólida estructura doméstica mientras construye su imagen en dos dimensiones. La repetición, que conlleva la pérdida de balance en el segundo tramo, se recupera con creces en el tercero para dotar a la totalidad de la cinta un sentido casi devocional. Porque en The Woman Who Ran hay un extraño equilibrio entre lo banal y lo importante; entre lo blando y aburguesado de las conversaciones y la realidad que esconden los gestos o los famosos zooms que hacen de poco más que un reencuadre. Porque aquí el cine, elemento esencial del fondo hongiano, es lo suficientemente poderoso como para alejar la cámara de la actriz y abandonarla en la oscuridad de una sala vacía. Ese es el travelling, y no otro, el que aviva el deseo de seguir creyendo en la magia de un arte en creces; donde la forma se manifiesta como último grito esperanzador y llega a hacer temblar la realidad de la imagen.
The Woman Who Ran (Domangchin yeoja, Corea del sur, 2020)
Dirección: Hong Sang-soo / Guion: Hong Sang-soo / Producción: Jeonwonsa Film / Fotografía: Kim Sumin / Música: Hong Sang-soo / Reparto: Kim Min-hee, Seo Young-hwa, Song Seon-mi
Pingback: Lo mejor de San Sebastián 2020. Top 10 - Revista Mutaciones
Pingback: Festival de San Sebastián 2020: Sección Zabaltegi-Tabakalera . Mutaciones
Pingback: El mejor cine de 2020. Votaciones individuales - Revista Mutaciones
Pingback: Crítica de La ruleta de la fortuna y la fantasía (2021). Revista Mutaciones
Pingback: El mejor cine de 2021. Votaciones individuales - Revista Mutaciones
Pingback: Crónica del 59 FICX (2021): Sección Oficial Albar. Revista Mutaciones
Pingback: Crítica de In Water, de Hong Sang-soo. Revista Mutaciones