THE KING
El peso de la corona
En literatura, la Henriada (o Henriade) se refiere al conjunto de obras históricas publicadas por William Shakespeare y centradas en la figura de los monarcas ingleses que intervinieron en la Guerra de los Cien Años, constando de cuatro partes: Ricardo II, Enrique IV (incluyendo sus partes I y II), y por último Enrique V. Es en esta última dónde la épica shakespeariana roza uno de sus puntos más álgidos al representar sobre las tablas a un individuo que personifica todas las cualidades que ha de tener un gobernante, y que da lugar al monarca por excelencia.
En 1944 Laurence Olivier se encargaba de dirigir y protagonizar la primera adaptación cinematográfica de Enrique V, con una puesta en escena que en su arranque evoca al teatro isabelino pero que a medida que se desarrolla torna en una cinta bélica, de la que cabe señalar el aporte propagandístico destinado a elevar la moral de las tropas británicas en la Segunda Guerra Mundial. Más tarde sería Kenneth Branagh quien tomaría el relevo a la hora de interpretar al monarca inglés a la vez que debuta como director en ‘Enrique V’ (Henry V, 1989), una versión que si bien adapta la historia con mayor realismo histórico que su predecesora, recurre a de nuevo a las tablas para dar lugar a una equilibrada combinación entre sobriedad e interpretación teatral. En The King, David Michôd parece renunciar a estos recursos y desarrollar desde un punto de vista introspectivo la historia de Hal, un joven alejado de las ostentosidades propias de un príncipe, pero sobre el que acaba recayendo -en contra su voluntad- el peso de la corona.
Si bien es cierto que tanto el discurso de la cinta como algunos de sus personajes nacen directamente de la ficción de la obra original, el director de Animal Kingdom (2008) desarrolla una interpretación libre y reflexiva para contar la parte menos conocida de su relato. Es en este punto donde se evidencia la influencia posmoderna de la película, que juega a su favor a la hora de desarrollar el lado humano de los héroes shakespearianos y que, junto a un austero apartado artístico da lugar a una puesta en escena de secuencias memorables. Por momentos, esta combinación se torna en un arma de doble filo para una película que -sin salpicar demasiado al resultado final- revela una cierta vagancia en ella, por lo que no es difícil evadirse de lo que acontece en pantalla para recordar imágenes tan célebres como las vistas en El rey proscrito de David Mackenzie (2018) o en el capítulo Batalla de los Bastardos que recientemente señaló a Juego de Tronos.
Por otro lado, la parte interpretativa, constituída como uno de los pilares fundamentales de la cinta, consta de un reparto coral en el que encontramos la relación entre los personajes de Hal y John Falstaff (encarnados por Timothée Chalamet y Joel Edgerton respectivamente) como uno de los ejes sobre los que se articula el film. Ofreciendo una versión más sosegada y terrenal de Enrique V que la de sus predecesores, Chalamet continúa erigiéndose como uno de los rostros de su generación, junto a un Robert Pattinson del que cabe hacer mención como Delfín de Francia que, si bien dilata por momentos su rol en un villano, encuentra en su corta aparición un rol que quedará para el recuerdo.
The King (Reino Unido, Hungría, Australia. 2019)
Dirección: David Michôd / Guion: Joel Edgerton, David Michôd / Producción: Blue-Tongue Films / Netflix / Plan B Entertainment / Pioneer Stillking Films / Porchlight Films.r / Montaje: Peter Sciberras / Fotografía: Adam Arkapaw / Música: Nicholas Britell / Reparto: Timothée Chalamet, Joel Edgerton, Sean Harris, Robert Pattinson, Ben Mendelsohn, Lily-Rose Melody Depp, Dean-Charles Chapman, Thomasin McKenzie, Tom Glynn-Carney, Edward Ashley, Andrew Havill, Cedric Cirotteau, Ivan Kaye, Nick Wittman, Philip Rosch