SEMINCI 2019 – SECCIÓN OFICIAL
Tradición y modernidad. La diversidad del cine de autor
Dos ciclos circundaban las tradicionales secciones de la 64 edición de la Seminci, uno dedicado a la emergente filmografía de Georgia y otro a la cinematografía china del siglo XXI. Dos ciclos que encontraron representación en la Sección Oficial si nos fijamos en las raíces de los realizadores. Mientras que And Then We Danced (Levan Akin, 2019, Suecia-Georgia. Mejor actor) exorciza el mundo heteronormalizado de la danza tradicional georgiana para luchar por la diversidad sexual, El huevo del dinosaurio (Öndög) (Wang Quan’an, 2019, Mongolia-China. Espiga de oro y Mejor fotografía) muta del thriller al drama costumbrista de la estepa mongola para incidir en las necesidades sexuales y expectativas maternales de una solitaria pastora.
And Then We Danced
El despertar sexual de Merab y las pruebas de acceso como bailarín profesional a la Compañía Nacional de Danza de Georgia se cruzan en el tiempo. Aunque el proceso es más complicado de lo que parece, ya que el entorno en el que se mueve Merab es homófobo y tendrá que competir con su enamorado. En And then we danced, Levan Akin ataca a aquella tradición anclada en el pasado que es incapaz de elaborar un discurso contemporáneo y así redefinir la danza tradicional georgiana en los términos del despertar sexual de Merab. And Then We Danced tiene tintes de Billy Elliot (Stephen Daldry, 2000) e imágenes que recuerdan a Girl (Lukas Dhont, 2018) y aunque los resultados de ambas no parecen esperanzadores, el proceso es lo suficientemente revelador como para ser tenido en cuenta. (BGL)
Las películas de Akin y Quan’an ejemplifican gran parte de las tramas de esta Sección Oficial: la confrontación entre la tradición y la modernidad. En Arab Blues (Manele Labidi Labbé, 2019, Francia-Túnez. Más en “La primavera árabe en la Seminci”) y The Farewell (Lulu Wang, 2019, EEUU) el conflicto estalla cuando décadas después de migrar sus protagonistas retornan a sus países de origen. La incomprensión ante lo que se encuentran choca con sus miradas occidentalizadas. Dos películas que mezclan lo dramático con lo cómico en diferentes dosis y que sirven de punto de partida para comparar la tradición tunecina con la modernidad francesa o el capitalismo americano con el chino. Mismo detonante utiliza The Father (Kristina Grozeva, Petar Valchanov, 2019, Bulgaria-Grecia), a través de la perplejidad de un hijo ante las decisiones de su padre tras el entierro de su madre, para construir una comedia en torno a las relaciones familiares.
El tema de la familia ambientó otras obras de la sección. En Adam (Maryam Touzani, 2019, Marruecos-Francia-Bélgica. Más en “La primavera árabe en la Seminci”) la unión casual de tres mujeres sirve como palanca de superación de sus miedos y temores para mostrar un potente drama en torno a la maternidad, la familia y la sororidad. En Lara (Jan Ole Gerster, 2019, Alemania) las frustraciones de una pianista salen a la luz ante el triunfo musical de su hijo. Y La vida invisible de Eurídice Gusmão (Karim Aïnouz, 2019, Brasil-Alemania. Espiga de plata y Mejores actriz ex aequo entre las dos protagonistas) que compone dos relatos paralelos, ambientados en los años cincuenta, sobre el amor de dos hermanas condenadas a separarse físicamente, pero a permanecer unidas en sentimientos y pensamientos. La obra brasileña, basada en la novela de Martha Batalha, no es la única adaptación de la sección oficial. El festival fue inaugurado por Intemperie (Benito Zambrano, 2019, España-Portugal), basada en la novela homónima de Jesús Carrasco y se programó El plan (Polo Menárguez, 2019, España), adaptación de la obra teatral de Ignasi Vidal.
Hombres de piel dura
‘Hombres de piel dura’ comienza cuando un cura rural ?antigua víctima de otro sacerdote? pone fin a un romance secreto con Ariel, el joven hijo de un pequeño terrateniente. No porque se arrepienta, sino porque la relación le agobia. Pero Ariel enfrenta la ruptura con arrojo hasta encontrar una comunidad en los peones y machos argentinos donde explorar su sexualidad, renunciando a la condición de víctima. Con estos materiales José Celestino Campusano teje un melodrama que no cae en el vicio de la psicología ni en el exceso burgués de los matices. Mediante una trama rocambolesca y unas interpretaciones amateurs, recitadas cuando no afectadas, desnuda los resortes del melodrama y recupera el camp como herramienta privilegiada del orgullo gay. Para Campusanos es más importante la expresión del deseo que la verosimilitud. Y puede mostrarse solidario hacia todo aquél que desea y sufre alguna forma de represión, incluso los victimarios. Lo que no significa que los excuse, simplemente se entrega a la fantasía de un mundo mejor, donde el deseo homosexual puede derribar los estereotipos y las fronteras entre géneros, físicos (el último novio de Ariel caga por el costado tras recibir un navajazo) y clases sociales. (AH)
Si el festival le dedicó un ciclo al cine islandés en su 62 edición, este año ha incluido dos largometrajes de esta cinematografía a competición The County (Grímur Hákonarson, 2019, Islandia-Dinamarca-Alemania-Francia), la iniciativa individual de una cooperativista contra su propia institución por una causa que considera justa, y Echo (Rúnar Rúnarsson, 2019, Islandia. Mejor director), un collage de microescenas ambientadas en navidad y que compone un puzle de sensaciones e ideas sobre diversos temas.
“En esta sociedad estamos atrapados como el gato” nos decían en una entrevista las directoras de Un gato en la pared (Vesela Kazakova y Mina Mileva, 2019, Bulgaria-Reino Unido-Francia) un drama a cerca de la migración, la xenofobia y las contradicciones del socialismo analizado a través de los ojos de Irina y su familia, migrantes búlgaros en Reino Unido. El choque entre culturas al que se enfrenta Irina articula la trama de la última película de los hermanos Dardenne, El joven Ahmed (Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne, 2019, Bélgica-Francia. Mejor guion. Crítica próximamente), proceso de expiación de los actos delictivos de un adolescente que nos muestra la fragilidad de la juventud.
El huevo del dinosaurio (Öndög)
La aparición del cuerpo desnudo de una mujer asesinada en mitad de la estepa mongola fuerza el encuentro casual de un policía rural y una solitaria pastora. Dos mundos completamente alejados pero, aparentemente, destinados a cruzarse: la inocencia del joven policía virgen y la perspicacia de la pastora. Öndög narra un drama costumbrista sobre la posibilidad de habitar un terreno inhóspito (en el que el ganado debe ser abrazado al nacer), pero también es un alegato al deseo femenino, a la libertad sexual sin dogmas ni presiones para cubrir los estereotipos sociales. Que Wang Quan’an ruede sin un guion prestablecido no quiere decir que no se preocupe por los personajes que retrata, o que las escenas no hayan sido premeditadas. Todo lo contrario. En Öndög resalta la cuidada fotografía de los planos fijos o la puntualización del fuera de foco para mostrar el pudor al sexo, la inquietud por la maternidad o el rubor del cuerpo desnudo. Una composición que estalla en la diplofonía final. (BGL)
Una sección oficial que se ha mostrado solvente y sorprendente, además de lo suficientemente diversa como para poder acercarse al mayor número de espectadores, sin olvidar su apuesta por el cine de autor. Una edición en la que se han mostrado trabajos de varias cinematografías mundiales, en la que se han mezclado artistas consagrados (algunos de ellos ganadores de pasadas ediciones como Hákonarson o Paskaljevic) con nuevos realizadores, en la que se podido alternar entre cine de autor y películas con lenguajes más convencionales, y que ha dado cabida a películas incomodas y transgresoras (como Hombres de piel dura). Una edición que mantiene a la Seminci con pujanza dentro de los festivales clásicos españoles.
Palmarés
- ESPIGA DE ORO. El huevo del dinosaurio (Öndög), de Wang Quan’an.
- ESPIGA DE PLATA. La vida invisible de Eurídice Gusmão, de Karim Aïnouz.
- MEJOR DIRECTOR. Rúnar Rúnarsson por Echo.
- MEJOR NUEVO DIRECTOR. Mounia Meddour, por Papicha.
- MEJOR ACTRIZ. Júlia Stockler y Carol Duarte, por La vida invisible de Eurídice Gusmão.
- MEJOR ACTOR. Levan Gelbakhiani, por And Then We Danced.
- MEJOR FOTOGRAFÍA. Aymerick Pilarski, por El huevo del dinosaurio (Öndög).
- MEJOR GUIÓN. Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne, por El joven Ahmed.
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