SCREAM, QUEEN! MY NIGHTMARE ON ELM STREET
Salir del subtexto
“I’m so scared… He’s inside me… He owns me!”
En una escena de Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy (Jack Sholder, 1985), Jesse, el personaje principal, intenta tener relaciones sexuales con su novia pero se ve interrumpido a mitad de camino porque dentro de su cuerpo hay algo que se lo impide. Ese algo es Freddy Krueger, quien desde el mundo de los sueños ha entrado en su cabeza para apoderarse de su cuerpo y usarlo como conducto para volver a matar en el mundo real. Pero esa fuerza extraña que invade a Jesse, que lo domina a pesar de sus múltiples intentos por reprimirla, si bien toma la forma física del asesino sobrenatural, realmente habla de algo más…
La primera de las seis secuelas que conforman la franquicia -ampliada en con Freddy vs. Jason (Ronny Yu) en 2004 y un desafortunado remake en 2010- no tuvo la recepción esperada en su tiempo, comparado con el gran éxito de Wes Craven que tan sólo un año antes daría vida a uno de los villanos más icónicos en la historia del terror. Pero este rechazo, más allá de las razones de orden cinematográfico que la puedan catalogar como una película menor en la saga, se produjo debido a otro factor: el subtexto homoerótico que los espectadores encontraron en la historia. Un subtexto que, además, no tenía nada de sutil. Desde el primer encuentro cara a cara con Freddy hasta la inclusión de una escena en un bar gay, para el público de la época fue claro el mensaje, y esto provocó un rechazo desde la homofobia. Hacia la película, hacia Jesse y hacia el actor que lo interpreta: Mark Patton.
Lo cierto es que Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy funciona más como una alegoría coming-of-age que como una película de género propiamente dicha. Las pesadillas aquí, más que producir horror, reflejan la ansiedad de Jesse al estar descubriendo quién es y luchando contra ello. Freddy encarna su verdadera identidad que, cueste lo que cueste, debe permanecer encerrada dentro de él. Pero ésta es una lectura a la que se ha llegado únicamente con el paso de los años, al revisitar esta inusual entrada en la saga desde un discurso LGBTIQ+.
Es esto lo que propone Scream, Queen! My Nightmare on Elm Street (Roman Chimienti, Tyler Jensen, 2018). Un documental que reivindica Pesadilla en Elm Street 2 como una película decididamente queer, en contra de lo que sus creadores (en especial el guionista David Chaskin) se negaron a reconocer en su momento. Para esto, el film se centra y gira en torno a Mark Patton, el actor que interpretó a Jesse: la “reina del grito masculina” para la que nadie estaba preparado en 1985. Así, Scream, Queen! parte de una historia individual para plantear una revisión de una película de terror y la manera en que su recepción ha evolucionado décadas después de su estreno. La cámara sigue a Patton en el mundo actual, acompañándolo a convenciones y giras. Un Patton que se ha asumido como ícono queer luego de reconciliarse con Jesse y lo que representó para él, forzado a vivir en el armario durante décadas.
El documental da voz a este actor que vivió en la penumbra por muchos años, tras abandonar su carrera y desaparecer por completo del radar. El film plantea una relectura de una película de terror que a su vez esconde una revisión de la Historia, todo a través de los ojos de un hombre gay. Porque aquí se trasciende el análisis puramente fílmico para abordar problemas propios del contexto histórico en el que la película se inscribe: en concreto, la llegada del VIH y la carga que esto supuso para los actores homosexuales en Hollywood. Es así como una nueva visión de Pesadilla en Elm Street 2 permite apreciarla más allá de sus aspectos formales, recuperando su impacto cultural y la importancia que ha tenido, dentro y fuera del género, en el pasado y en el presente. Scream, Queen! logra reclamar el discurso queer en la película y, a su vez, dar visibilidad a historias personales que, como la de Mark Patton, aún necesitan un cierre y aún necesitan ser contadas.
Scream, Queen! My nightmare on Elm Street (Roman Chimienti, Tyler Jensen, 2018)
Dirección: Roman Chimienti, Tyler Jensen / Guion: Roman Chimienti, Jeff Harden, Tyler Jensen, Justin Lockwood / Producción: End Productions / Música: Alexander Taylor, Lito Velasco / Fotografía: Julian Bernstein, Amber Gray, Tyler Jensen, Sasha Landskov / Montaje: Tyler Jensen