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RIPLEY

Mucho más que un ejercicio de estilo


Patricia Highsmith ha tenido suerte con las adaptaciones cinematográficas de sus novelas. Directores como Hitchcock o Chabrol, entre otros, se vieron atraídos por ellas y, más recientemente, Todd Haynes filmó Carol (2015), basada también en una de sus primeras obras. Su personaje más reconocido, Tom Ripley, ha sido encarnado por actores como Alain Delon, Dennis Hopper, Matt Damon, John Malkovich y ahora Andrew Scott: un elenco notable. Su novela El talento de Mr. Ripley tuvo ya una temprana adaptación (A Pleno sol, 1960) de René Clément y años más tarde otra en 1999, con el mismo título de la novela, de Anthony Minghella, recibidas ambas con razonables buenas críticas y apoyo del público. A pesar de todo, el personaje de Ripley parecía que se escapaba de las manos de sus responsables, ocultaba a alguien inasible y extraño. Quizás ésta haya sido una de las razones, más allá de la mera operación comercial de una obra susceptible de nuevas temporadas, que hayan impulsado a Steven Zaillian a emprender una nueva adaptación.

Steven Zaillian no es un recién llegado a la industria del cine. Guionista de renombre con un Óscar a sus espaldas por el guion de La lista de Schindler (1994), un debut como director (En busca de Bobby Fischer, 1993) muy aplaudido y experiencia en series de televisión como The nigh of (2017), también recibida con elogios. Ahora ha lanzado una miniserie estrenada en Netflix con el título de Ripley (2024). En su calidad de guionista a Zaillian se le supone habilidad para construir personajes, dar importancia a los detalles (un cenicero de cristal comprado al azar) y construir arquitecturas argumentales, pero como director demuestra además talento visual y fluidez narrativa.

Ripley Revista Mutaciones

Lo primero que llama la atención de Ripley (1924) es el formato elegido: una serie televisiva. Ya A pleno sol tenía una duración de 115 minutos. También la película de Minghella necesitó 139 minutos para contar la historia de Highsmith. Zaillian se ha decantado por 8 episodios de una duración entre 40 y 60 minutos, según los casos. Este formato le permite detenerse en la presentación del personaje en Nueva York (primer episodio), donde se muestran muchas de las claves del mismo (manipulador, falsificador, mentiroso compulsivo) y ahondar – en el encuentro con sus amigos en Italia (episodio 2)- en el carácter inquietante del mismo. También le permite prestar atención al lado más oscuro de Ripley (episodios 3 y 5) en los que el sonido diegético (pisadas, golpes secos, ruidos, …), sin el apoyo de la música, muestran todas las dificultades y esfuerzo físico al que Ripley debe hacer frente para resolver sus problemas. El desasosiego del espectador no deja de crecer. Zaillian se aleja de
presentar a Ripley como un pícaro o como un embaucador atractivo. En los dos últimos episodios, sin embargo, da un cierto respiro al espectador, apoyándose en la parte más superficial de la historia, aunque no cae en la tentación ni de perdonar al protagonista, ni de castigarlo moralmente.

La otra apuesta decidida de Zaillian es la elección de un blanco y negro muy contrastado de la mano de Robert Elswit, responsable también de este mismo formato en Buenas noches y buena suerte (2006), además de Óscar por la fotografía de Pozos de ambición (2008). Un blanco y negro asociado a la utilización dramática de la luz con Caravaggio como fuente de inspiración explícita (y algo más lejanamente en el Hopper grabador de su primera época). El claroscuro como seña de identidad de la serie, una combinación de luz y mucha sombra. Un mundo en sombras donde Ripley se mueve con soltura y donde cuál Narciso (en un cuadro de Caravaggio no representado en el film) está constantemente buscando su identidad.

Ripley Revista Mutaciones

La puesta en escena está también permanentemente salpicada de picados, contrapicados y encuadres extremos, del uso de puntos de fuga y la profundidad de campo, como si el personaje estuviera buscando siempre una salida, así como un montaje rítmico de planos fijos – desde el plano general hasta el plano de detalle sin solución de continuidad- con muy escasos movimientos de cámara. Un montaje preciso donde el espectador está preguntándose siempre cuál va a ser el siguiente movimiento del personaje.

La palabra expresionismo aplicada a la serie puede dar lugar a confusión. No hay afán de deformar la realidad, hay intención de trascenderla, de ir más allá. Por buscar correspondencias no estaríamos lejos de El tercer hombre (1949) de Carol Reed: Roma no estaría lejos de Viena, ni Tom Ripley de Harry Lime. Las piezas parecen encajar. Dos personajes sin ninguna moral, insensibles al mal que causan, que simplemente creen que ellos tienen el mismo derecho a disfrutar de los placeres de la vida que aquellos otros que los gozan simplemente por la fortuna de su cuna de nacimiento. No hay un ápice de remordimiento en el personaje de Ripley. Por eso tampoco puede haber empatía en el espectador con un personaje esquivo, sin conciencia y empujado por una pulsión homosexual reprimida.

La fría interpretación de Andrew Scott contribuye a subrayar la visión de Patricia Highsmith que la serie hace suya: no hay fronteras entre el bien y el mal, la maldad es algo intrínseco a la naturaleza humana, no se juzga. Endosar a Highsmith el cliché de una novelista de género negro está fuera de lugar. Estamos más cerca de Graham Greene (autor del guion de “El tercer hombre” y de “El americano impasible”) o de la novela y pensamiento existencialista propia de los años en los que se desarrolla la historia. Y así todo encaja, la serie de Zaillian en este sentido es fiel a la novela no solo en su recorrido argumental, también en su estilo (una tercera persona omnipresente en la vida de Ripley) y en su espíritu.


Ripley (EE.UU., 2024)

Creadores: Steven Zaillian (basada en la novela de Patricia Highsmith) / Dirección: Steven Zaillian / Guion: Steven Zaillian / Fotografía: Robert Elswit / Montaje: Joshua Raymond Lee, David O. Rogers /Música: Jeff Russo / Reparto: Andrew Scott, Johnny Flynn, Dakota Fanning, Eliot Sumner, Maurizio Lombardi, Margherita Buy, John Malkovich, Kenneth Lonergan, Ann Cusack, Francesca Romana Bergamo / Plataforma: Netflix

 

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