REQUENA Y… ¡ACCIÓN! – V FESTIVAL DE CORTOMETRAJES 2018
REQUENA RESPLANDECE
Por quinto año consecutivo, el festival de cortometrajes Requena y… ¡acción! ha tenido lugar en el marco de esta localidad valenciana. De contar con un presupuesto de cero euros en sus dos primeras ediciones, Laura Pérez, directora del festival, y todo su equipo, han conseguido reflotar de la nada un proyecto por el cual han pasado personalidades afines a esta ciudad como el actor Joaquín Climent –El bar (Álex de la Iglesia, 2017)–, el director y ayudante de dirección Julián Núñez –Mujeres al borde de un ataque de nervios (Pedro Almodovar, 1988)– o el ganador de dos goyas Gustavo Salmerón –Muchos hijos, un mono y un castillo (2017)–.
Cada año con más influjo nacional e internacional, Requena y… ¡acción! albergó este pasado fin de semana la proyección de 20 cortometrajes adscritos a la sección oficial entre los que figuraban títulos como Madre (2017), de Rodrigo Sorogoyen, ganador del Goya al mejor cortometraje de ficción en la pasada edición por esta obra rodada casi íntegramente en un único plano secuencia, o Ciruela de agua dulce (2017), de Roberto F. Canuto y Xu Xiaoxi que relata la realidad del colectivo transgénero en China.
La gala inaugural contó, fuera de concurso, con el estreno del cortometraje La sierra (2017) de Guillermo Alcalá-Santaella, presentado por el propio director. Rodado casi íntegramente en la ciudad de Requena, La sierra habla sobre el profundo vínculo que se genera entre algunas personas a partir de la historia de un padre que abandona la residencia para ir a vivir con su hermana a la sierra. Cerrando el acto, el público pudo disfrutar, por segundo año en el festival, con la compañía Vértigo Danza Aérea quienes mostraron un delicado espectáculo de acrobacia en telas.
El segundo día la programación comenzaba con otra selección fuera de la sección oficial, el “Concurso Astoria” –así llamada en honor al viejo cine de la localidad– para cortometrajes rodados en Requena, que propone cada año una temática diferente como forma de potenciar la creación y la implicación con el audiovisual en la zona. Coincidiendo además con el récord de participación al contar con tres títulos diferentes, el tema propuesto fue la reivindicación de los cines que, como el propio Astoria, han visto cerradas sus puertas en los últimos años. Finalmente el premio fue a parar a Rafa Mollá y Chema García por El películas (2018), una historia plagada de nostalgia que hace especial hincapié en el contacto con las raíces. Una especial mención mereció la proyección del cortometraje Incorporel (Carlos Martínez y Adrián García, 2013), presentado en esta misma sección la primera edición de Requena y… ¡acción!, rodado con la técnica de stop motion y que se proyectó en memoria de Carlos Martínez, joven fotógrafo fallecido el pasado año en esta misma localidad.
Presentado por su amigo Toni Novella, importante director de producción y oriundo de Requena, Miguel Alcantud fue el homenajeado de este año por su apego a la ciudad y, por supuesto, por su trayectoria como director en series como El ministerio del tiempo (2015-2017) o Águila Roja (2009-2016) y por ser el fundador de “Microteatro por dinero”. Los asistentes al festival tuvieron la oportunidad de ver el largometraje Diamantes negros (Miguel Alcantud, 2013) donde, a partir de varios casos reales, relata una ficción a través de la historia de dos jóvenes malís que fueron víctimas del sistema futbolístico del que participan clubes tan importantes como el Real Madrid o el Barça. Lo que consigue Alcantud es que el espectador sienta impotencia ante un sistema discriminatorio poniendo especial énfasis en señalar que es un problema endémico de todo el sistema del deporte rey. Cabe señalar que, gracias a la visibilidad que esta película hace sobre el tema, el director consiguió cambiar la legislación para que casos como el de Amadou o Moussa, protagonistas de la cinta, no vuelvan a suceder.
Retomando la Sección Oficial, y además de los cortometrajes ya mencionados y que se encuentran dentro de esta selección, cabe destacar la presencia de Laura Ferrés con Los desheredados (2017), una historia donde el padre de la directora se enfrenta al cierre de su propia empresa contado sin grandes notas melodramáticas en la puesta en escena. Este trabajo ya había conseguido hacerse con el premio de la semana de la crítica en el Festival de Cannes 2017 y un Goya al mejor cortometraje documental en 2018. Por otro lado, Scratch (2017) de David Valero, cuyo estreno tuvo lugar en el festival de Sitges, cautivó al público presente en el Teatro Principal por el peculiar uso de una atmósfera donde destaca la presencia del neón para contar, de manera muy visual, las diferentes caras del bullying.
Finalmente, el jurado, formado por Gerardo León –colaborador y responsable de la sección de cine de la revista Agenda Urbana de Valencia–, Dora Martí –promotora del audiovisual en el Instituto Valenciano del Audiovisual y la Cinematografía– e Irene Anula –actriz de Vampiro (Álex Montoya, 2016) y Vis a Vis (2015), entre otros– otorgó el premio al mejor cortometraje a La disco resplandece (2017) –mención especial en la 64ª edición del Festival de San Sebastián– de Chema García Ibarra por la “manera peculiar de extraer del entorno y de los actores un relato oculto en el espacio social reflejado de forma cierta y verdadera”. No pasaron por alto la oportunidad de conceder una mención especial a Morning Cowboy (2017), de Fernando Pomares, un relato de animación con una arriesgada puesta en escena de líneas negras sobre fondo blanco.
Por su parte, Clara Roquet se alzó con el premio a la mejor dirección por Les bones nenes (2016) a la par que las propias niñas, Nadia Chamorro y Ona Comas, recibían el premio ex aequo a mejor actriz. También en esta ocasión el jurado concedió una mención especial a la actriz Alba José por su papel en Rol (2016) de Hammudi Al-Rahmoun Font, quien, además, consiguió el premio a mejor guion por esta historia donde el espectador va descubriendo junto con los personajes una verdad oculta que solo sale a flote cuando juegan a ser otras personas.
El premio a mejor actor se le concedió al chino Gu Xiang por el ya mencionado cortometraje Ciruela de agua dulce cuyo papel resultó ser su debut como actor. Mientras, el premio a la mejor fotografía y a la mejor banda sonora recayó en McGregor y el neozelandés Rhian Sheehan respectivamente por el documental The Mauritania Railway: Backbone of the Sahara (2017). Dirigido por el propio McGregor, la sobriedad en la narración visual acompaña el pesado transcurrir del tren de mercancías más largo del mundo a través del desierto del Sahara.
Por su parte, la concejalía de cultura y, en su nombre, María José Martín Muñoz, otorgó el premio en honor al fallecido periodista y colaborador del festival Salvador Regües al título La muñeca rota (Daniel León Lacave, 2018) donde cuenta, sin diálogos, el día a día de una niña china que languidece siendo explotada en una fábrica de muñecas.
Finalmente, el premio del público fue a parar al cortometraje de terror 9 pasos (2017), de Marisa Crespo y Moisés Romera quienes, a través de la interacción de un niño con su padre en plena noche y un pasillo a oscuras, consiguen crean un ambiente de tensión que no hace más que incrementarse a lo largo de toda la cinta.
La gala se clausuró el domingo día 3 con la presencia sobre el escenario del grupo italo-español Decanter quien amenizó la velada con canciones que pasaban por versionar desde Amy Whinehouse hasta Adele.
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