RAISED BY WOLVES
Gestación artificial
Aaron Guzikowski es el creador de Raised by Wolves, pero, ya sea por fortuna o por desgracia para él, es inevitable ligar la serie con el prestigioso nombre de Ridley Scott, quien hace las veces de productor ejecutivo y director de los dos primeros episodios. No se pretende crear aquí una relación gratuita show-director de renombre, ya que algunas de las inquietudes y lugares comunes en la obra del director de Alien, el octavo pasajero (1979) y Blade Runner (1982) son muy evidentes en esta nueva serie de ciencia-ficción. Androides sospechosamente humanos, viajes espaciales y nuevos planetas con peligros ocultos, un universo reconocible que, en el caso de Raised by Wolves, pretende fundamentarse a través de una mitología de fuertes y explícitos ecos bíblicos.
La serie comienza con la creación de una proto-colonia humana en un extraño planeta a cargo de dos androides (Madre y Padre). La misión de dichos androides será criar una nueva raza humana a través del ateísmo y de principios científicos, ya que la Tierra ha sido arrasada por una guerra entre fundamentalistas religiosos y su descreída contraparte. A los problemas de adaptación al medio habrá que sumar la llegada a este nuevo planeta de una enorme arca espacial con los fundamentalistas restantes que ganaron la guerra. Los episodios dirigidos por Ridley Scott establecen con relativa consistencia las bases principales de Raised by Wolves: una constante tensión entre racionalismo y superstición como trampa insalvable, además del conflicto identitario y la inversión de roles tanto desde el punto de vista androide como desde el humano.
A este respecto, el personaje más interesante es el de Madre, en quien podríamos encontrar los ecos más cercanos a Blade Runner, al ser una androide que por momentos demuestra cierta sensibilidad humana, aunque truncada por su propia dualidad interna de diseño. Es ella el ejemplo más palpable de la inversión de roles identitarios que mencionaba, ya que Madre era una terrible y letal androide asesina (denominadas nigromantes) que ha sido reprogramada para ser una maternal cuidadora, lo cual resulta en un vaivén de actitudes contradictorias que la convierten en una especie de protectora dictatorial, siendo Padre el relegado a las tareas del hogar.
La cuestión de la identidad encuentra su paralelo humano en la trama de Sue y Markus, interpretados por Niamh Algar y Travis Fimmel (a la manera de un Ragnar Lothbrok intergaláctico). La pareja, antes atea, se somete a una cirugía plástica radical para asumir la apariencia y las vidas de un matrimonio fundamentalista que tenía reservado su lugar en el arca, para así poder sobrevivir la hecatombe inminente. A priori, este hecho podría haber suscitado cuestiones muy potentes relacionadas con la apropiación de un cuerpo y unas vivencias ajenas, pero, por el contrario, acaba por diluirse y olvidarse en pos de una trama donde el componente humano desaparece progresivamente de la ecuación.
Raised by Wolves, tras los dos primeros episodios dirigidos por Ridley Scott (casualidad o no), comienza a distanciarse de los mismos conflictos que la serie plantea, para ceder mayor protagonismo a los misterios y peligros del planeta, menos interesantes y con intermitentes problemas de presupuesto, donde los personajes sirven como meras piezas al servicio de su universo estético. La pareja de androides no convence en su cuestionamiento humano-artificial, aunque, paradójicamente, siguen pareciendo más reales que algunos de los personajes humanos, demasiado planos para llegar a causar algún tipo de emoción. En consecuencia, nos encontramos ante una serie que cimenta un universo propio incontestable en sus primeros compases, pero se estanca en la necesidad de entretener, eligiendo ponerse del lado de la artificialidad y no de lo humano.
Raised by Wolves (EEUU, 2020)
Dirección: Luke Scott, Ridley Scott, Alex Gabassi, Sergio Mimica-Gezzan / Guion: Aaron Guzikowski (creador), Heather Bellson, Karen Campbell / Producción: Ridley Scott, Jordan Sheehan, David W. Zucker, Mark Huffam / Música: Marc Streitenfeld, Ben Frost / Fotografía: Ross Emery, Erik Messerschmidt, Dariusz Wolski / Diseño de producción: Tom McCullagh, Chris Seager / Montaje: Jennifer Barbot, Michael Ruscio / Reparto: Amanda Collin, Abubakar Sallim, Winta McGrath, Travis Fimmel, Niamh Algar, Jordan Loughran, Felix Jamieson, Ethan Hazzard.