¿QUIÉN ESTÁ MATANDO A LOS MOÑECOS?
Matando al padre con pistolas de agua
Ante una película como ¿Quién está matando a los moñecos?, también conocida como The Happytime Murders (Brian Henson, 2018), que toma el referente de los Teleñecos y construye una comedia zafia y gamberra a su alrededor, lo primero que uno tiende a pensar es en el deseo de subvertir un icono, de matar al padre. Aunque los creadores de los Teleñecos y padres de Brian, Jim y Jane Henson, siempre los plantearon como una serie de personajes que podían funcionar en un formato específicamente adulto, lo cierto es que la popularización de estos llegó a raíz de su aparición en Barrio Sésamo, el programa infantil que comenzó su emisión en 1969. Así, a lo largo de los 70 y 80, la imagen de la rana Gustavo, la cerdita Peggy y todos sus compañeros se convirtió en un referente de cierta inocencia infantil, marionetas simpáticas que aparecían en ingeniosas películas de humor blanco y tierno o entrevistaban a famosos en la tele mientras cantaban canciones pegadizas.
En ¿Quién está matando a los moñecos? no sale ningún Teleñeco, pero la referencia sigue siendo muy evidente. La película se desarrolla en un mundo en el que humanos y marionetas coexisten como pueden. Las marionetas, o moñecos en la traducción al castellano, son vistos por los humanos como estúpidos trozos de trapo que solo saben cantar y bailar, constantemente humillados y, finalmente, considerados ciudadanos de segunda. Ante el asesinato en serie de los participantes de un antiguo show de marionetas, The Happytime Gang, el protagonista, un moñeco detective que fue en el pasado el primer policía de su clase, se alía con una policía humana para tratar de encontrar al culpable. No hace falta mucho esfuerzo para entender que The Happytime Gang es un trasunto nada velado de The Muppet Show.
Si a esto le sumamos que los Teleñecos son ahora propiedad de Disney, el terreno resulta más que fértil para toda clase de lecturas. Obviamente, el acto de racializar a los moñecos e introducirlos en una película cargada de humor soez, sexo y drogas es la base de esa subversión que antes mencionábamos: coger un icono del entretenimiento infantil, con una marcada carga pedagógica y progresista, y desestabilizarlo llevándolo al extremo de lo políticamente incorrecto, obligando así a mirar al país que engendró dicho icono de una forma diferente a la que (quizá) proponía el original. Pero, yendo incluso más lejos, cabe también pensar en el deseo de Brian Henson de acabar de una vez por todas, o al menos cuestionar, el legado de sus padres, que puede haber acabado por convertirse en una carga imposible de soportar.
Pero nada de todo esto está en ¿Quién está matando a los moñecos? O, más bien, nada de ello se concreta en la película, que prefiere coger la plantilla de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (Robert Zemeckis, 1988) y esparcir ideas sin ton ni son sin que ninguna, absolutamente ninguna, llegue a florecer. De hecho, el concepto de la “escopeta narrativa” (dispara a todas partes, que a algo le darás) parece pensado para esta película, incapaz de decidirse a cualquiera de los niveles. Mientras el guionista Todd Berger se debate interiormente, incapaz de decidir si prefiere el humor soez, la sátira, la parodia o la buddy movie, Brian Henson parece decidido a evitar toda decisión que pueda otorgar a la puesta en escena el más mínimo atisbo de personalidad o profundidad narrativa. Así, cualquier posibilidad de jugar visualmente con los múltiples referentes en el aire (desde los shows televisivos de los 70 al policiaco de los 80 o el noir de los 40) es ignorada sistemáticamente en favor de una estética impersonal que resulta difícil no confundir con desgana.
Al final eso es lo que más sorprende de ¿Quién está matando a los moñecos?, que sus responsables hayan levantado un proyecto tan marciano para luego ignorar todas sus apetecibles posibilidades y que en su lugar hayan confeccionado una película que no respira el más mínimo ingenio, pasión o convicción. La gran paradoja aquí es que, con todo su candor, cualquiera de los apuntes satíricos de los Teleñecos resultaba más vitriólico y gracioso que esta pobre gamberrada, inofensiva a todos los niveles salvo el de la frustración que provoca la oportunidad perdida.
¿Quién está matando a los moñecos? (The Happytime Murders, EEUU, China, 2018)
Dirección: Brian Henson / Guion: Todd Berger / Producción: Ben Falcone, Jeffrey Hayes, Brian Henson y Melissa McCarthy para Black Bear Pictures, Henson Alternative, Huayi Brothers Media, On The Day Productions, STX Entertainment y The Jim Henson Company / Música: Christopher Lennertz / Fotografía: Mitchell Amundsen / Montaje: Brian Scott Olds / Diseño de producción: Chris L. Spellman / Reparto: Melissa McCarthy, Elizabeth Banks, Maya Rudolph, Leslie David Baker, Joel McHale, Cynthy Wu, Michael McDonald, Mitch Silpa