PRIMAL
Una fractura de fémur y la civilización
Genndy Tartakovsky (El Laboratorio de Dexter, 1996) presenta Primal (2019), donde un hombre y un dinosaurio hembra, sin un objetivo aparente, intentan sobrevivir en un mundo hostil y cambiante. La premisa inicial se basa en la evolución. Es curioso que eligiera como protagonistas a dos seres que, históricamente, se enfrentaron a la evolución con terribles resultados.
La serie de Adult Swim que puede verse en HBO, relata el viaje de un hombre y un dinosaurio hembra por diversos escenarios: travesías heladas, grutas volcánicas, selvas o paisajes fantasmagóricos. El escenario cambiante se utiliza para marcar el paso del tiempo y reflejar cómo los protagonistas logran sobrevivir, llegando a convivir incluso con especies con las que históricamente no coincidieron.
Si hay algo que predomina en la serie es el color rojo. Principalmente se usa para representar la violencia. El rojo tiñe el ambiente para transmitir lo que los personajes sienten, y tiñe también a personajes. Este recurso no se limita a un plano metafórico, de una manera más literal predomina la sangre. El argumento de Primal nos recuerda a la película de Pixar El viaje de Arlo (Peter Sohn, 2015), el film sobre el viaje de un dinosaurio y un niño humano donde se veía sangre por primera vez en la historia de Disney. A pesar de esta similitud, la ambientación de los espacios por los que transitan los personajes de Primal es más propia del Estudio Ghibli, donde el detalle con el que se muestran los escenarios los transforma en originales mundos habitados por criaturas acordes a dicho ambiente: la maleza -roja- de los velocirraptores, la caverna de los hombres mono o el bosque de la bruja de la luz verde.
En la Comic Con de San Diego celebrada en 2019, Genndy Tartakovsky comentó cómo su trabajo anterior en series como Samurai Jack (2001) y Star Wars: Clone Wars (2003) le hizo ver el impacto que producía la ausencia de diálogos en la narrativa visual de las escenas. Por esta razón, en Primal potencia el poder visual sustituyendo los diálogos por gruñidos y rugidos.
¿Cómo afecta la ausencia de diálogos a la trama de la serie? Podría decirse que la intensifica. A parte de otorgarle coherencia, ayuda a reforzar la idea de comunidad entre dos especies, por naturaleza, violenta. Sus nombres son sus armas de combate: Spad y Fang (lanza y colmillo en inglés, respectivamente). Ambos personajes están unidos por la tragedia, una catástrofe personal les impulsa a iniciar su viaje. La serie les cede el tiempo necesario para que el acercamiento entre especies se dé de manera orgánica. Liman asperezas y comprenden que se necesitan para sobrevivir logrando comunicarse entre ellos a pesar de que “hablen diferentes idiomas” (el hombre gruñe y el dinosaurio ruge).
Cuando a la antropóloga Margaret Mead (1901 -1978) le preguntaron cual consideraba ella que era el primer signo de civilización ella respondió un fémur que se había facturado y luego se había sanado. En Primal, tras un duro enfrentamiento, uno de los protagonistas queda convaleciente y dedican un capítulo entero a las hazañas del personaje superviviente que debe mantenerse a salvo al mismo tiempo que cuida de su compañero. La antropóloga explicaba que en el reino animal si enfermas no puedes cazar, ni puedes huir del peligro. Un fémur roto que ha tenido tiempo de curarse indica que alguien se quedó con el herido y lo cuidó.
En esta ocasión un hombre de las cavernas y un dinosaurio superaron la extinción. Con buena nota.
Primal (Estados Unidos. 2019)
Dirección: Genndy Tartakovsky (Creador) / Guion: Genndy Tartakovsky (Creador), Darrick Bachman, Bryan Andrews, Nagisa Koyama, Don Shank / Producción: Oussama Bouacheria, Shareena Carlson, Julien Cheng, Keith Crofford, Erika Forzy / Supervisor de animación: Antoine Antin, Florent Le Corre, Nicolas Capitaine / Montaje: Paul Douglas / Sonido: Timothy J. Borquez, Grant Meuers, Stacy Renfroe / Reparto: Aaron LaPlante, Tom Kenny, Jon Olson, Laetita Eido, Amanda Troop