PIERROT LUNAIRE
Reinvención
Atender a la adaptación cinematográfica de Bruce Labruce de Pierrot Lunaire (2014) sobre la obra original de Arnold Schoenberg puede convertirse en un reto visceral acerca de la cuestión del yo en el mundo. El director, cuya obra dedica en especial al queer-punk y a la pornografía, afronta un reto al intentar ahondar psicológicamente en este personaje, existente desde la Commedia dell’arte italiana. Si bien atender a su desarrollo en la pantalla puede ser perturbador y, a ratos, difícil por su montaje desenfrenado, es cierto que gana sencillez y dinamismo en el discurso por adoptar los lenguajes del cine mudo de los años 20. LaBruce es, sin duda, un transformista en el sentido literal de la palabra. Y lo pretende visualizar con el protagonista de la obra, Pierrot. La historia habla por sí sola: quien empezó siendo un personaje enigmático, con aires inquietos y socarrones, de aspecto inmaculado e intocable, ahora se convierte en un joven rebelde, enamorado y rechazado por la opinión pública, recogida en la figura del padre de la novia, dictatorial y prejuicioso.
La decisión de Schönberg en 1912 de escoger a una mujer para interpretar a Pierrot le sirve como excusa a LaBruce para tratar visualmente el concepto de ‘transexualidad’. Ya no solo por pleno exhibicionismo, como dejó claro el compositor vienés. En la película, se vive una auténtica metamorfosis cargada de un mensaje de libertad sexual y de identidad muy poderoso. Y dicha metamorfosis queda reflejada en el uso de la música atonal de Schoenberg, aderezada con tonos techno-futuristas para subrayar las revelaciones que va teniendo Pierrot. Estos fragmentos, teñidos de luces de discoteca y bailarines exóticos, son pequeños sellos de identidad de LaBruce como cineasta, un buscador explícito de polémicas y debates existencialistas. En películas anteriores mostró esta valía, como en Gerontophilia (2013), cinta que precede a Pierrot Lunaire, que habla sobre los límites en el amor entre jóvenes y ancianos. En otros títulos como No Skin Off My Ass (1991) o The Rapsberry Reich (2004), se traducen, al lenguaje del cine convencional, temas como el sadomasoquismo, el travestismo, incluyendo en el plano miembros de subculturas como los skinheads y haciendo evidente que el sexo no entiende de etiquetas, condiciones sociales o físicas.
La propuesta definitiva de LaBruce con Pierrot Lunaire es crear un discurso agresivo sobre la libertad de amar y de ser. Y queda manifiesto en escenas como la masturbación –momento icónico en el que Pierrot descubre más que nunca su deseo de ser hombre–, el mismo inyectándose esteroides o el intento de violación hacia su persona por los bailarines del club de striptease. Mensajes cargados de imágenes difusas y frenéticas, impidiendo respirar al espectador mientras el discurso del protagonista suena por encima de la música cada vez más asonante y expresionista. La flagrante influencia pornográfica del director ayuda a hacer evidente la parte más sexual de la cinta, donde se enfoca más al elenco de bailarines que al propio Pierrot, si bien esto podía haber requerido de un proceso de mayor introspección del protagonista, con escenas más reflexivas, como la de Pierrot pelando la manzana, una metáfora sobre la desnudez emocional que nos ayuda a entender desde el principio su decisión del cambio. La verdadera valentía puesta en práctica, tanto en la obra de Schönberg como en la versión de LaBruce, es haber transformado una visión bucólica del personaje en una reinterpretación más violenta y mejor adaptada a la actualidad fluctuante, mediante tintes de irreverencia y deseo.
Pierrot Lunaire (Canadá, Alemania, 2014)
Dirección: Bruce LaBruce / Guion: Bruce LaBruce (Poemas: Albert Giraud) / Producción: Tomas Liska y Anna Mülter (para Die Lamb,Hebbel-Theater Berlin y Jürgen Brüning Filmproduktion) / Música: Arnold Schönberg / Fotografía: Tomas Liska e Ismail Necmi (B&W) / Montaje: Jörn Hartmann y Tomas Liska / Diseño de producción: Dawn Sutcliffe / Dirección artística: Item Idem / Reparto: Susanne Sachße, Paulina Bachmann, Boris Lisowski, Krishna Kumar Krishnan, Luizo Vega, Mehdi Berkouki.