PERFECT DAYS
La soledad como escondite
Empecemos por el final. Hirayama (Koji Yakusho) se monta en su furgoneta, como ha venido haciendo toda la película, y se dirige a trabajar. Elige una cinta de cassette: suena Feeling Good, de Nina Simone. Al rato, comienza a cantar, mirando a la cámara. Sus ojos están llenos de lágrimas pero en su rostro hay una sonrisa. He’s not feeling good. Sus (supuestos) días perfectos parecen haberse acabado.
I
Lo primero que muestra Perfect Days (Wim Wenders, 2023) es la rutina del personaje protagonista: se despierta con la escoba de su vecina raspando el suelo, se levanta, cuida sus plantas… Al salir de casa mira hacia arriba (un gesto que se repetirá bastante durante el film, punto clave de su jornada), conecta su mirada con el cielo: una forma de predecir, según el estado de este, cómo será el día. Se marcha a trabajar: es un dedicado limpiador de baños públicos de Tokio. A la hora de la comida suele ir a un templo. Cuando acaba de comer, saca una cámara de fotos compacta, la apunta al cielo, fotografía un árbol. Luego vuelve a casa, va a cenar, hace la colada… Lee un poco, y duerme.
La forma que tiene de mostrar Wenders su día varía con el contenido del mismo. Su despertar es muy sensorial, apoyándose más en la calidad del sonido de la escoba y de los elementos naturales de antes del amanecer. Conforme el día avanza, y Hirayama se concentra en su trabajo, el punto de vista se vuelve más distante, con un montaje seco. Wenders muestra su quehacer, pero no lo romantiza; eso lo deja para los momentos contemplativos, de conexión con la ciudad, con lo natural.
II
Hirayama está cómodo con su soledad. Es una persona callada cuyas interacciones con otras personas son cordiales pero se reducen al mínimo. Prefiere la contemplación a la relación. Sin embargo, esta soledad buscada comienza a quebrarse cuando el otro le reclama y Hirayama ha de responder. Estas situaciones, al comienzo de la película, son más cómicas, con personajes más cercanos al arquetipo; al asomarse al interior de estos, ese arquetipo se quiebra. Todo se vuelve más intenso y Hirayama se abre. A través de esas grietas se cuela el prójimo en su soledad, la cuestiona. La rutina monacal se ve perlada con momentos de conexión: desde la alegría de un anónimo tres en raya por correspondencia en un trozo de papel, el silencio cómplice por la conexión mediante la música, hasta la invasión de su sobrina, que rompe casi del todo su aislamiento. Y, al final, la vida imponiendo su lado más cruel. La vida sacando a Hirayama de su escondite solitario.
III
Perfect days se construye mediante tensiones: la naturaleza inserta en la ciudad, la soledad opuesta al prójimo, la cultura occidental dentro de oriente… Muchas de estas tensiones son imposibles de eludir para Hirayama, y cristalizan en los momentos formales más interesantes de la película: los sueños y el epílogo. Los sueños son la parte más sensorial de la película, realizados en su mayor parte por Donata Wenders. Son fragmentos de lo que ha ido ocurriendo durante el día de Hirayama: retazos en blanco y negro engarzados de forma rápida, con una preeminencia de las texturas sonoras, y de las calidades de los materiales. El espectador presencia las inquietudes más profundas del protagonista, aquellas que son difíciles de acceder por su mutismo.
Y el epílogo, citado al comienzo del texto, transforma el (aparente) naturalismo de la película en una (evidente) teatralidad. Wenders rinde su cámara al rostro de Yakusho, le pide que exagere lo que en todo el metraje había sido sutileza, miradas, gestos. Hirayama pretende retomar la rutina en la que se refugiaba, pero es imposible volver atrás. Perfect days parece contradecir su propia propuesta: la ficción del día perfecto construida desde el alejamiento del mundo pierde vigencia cuando nos apela el otro.
Perfect Days (Japón, 2023)
Dirección: Wim Wenders / Guion: Takuma Takasaki, Wim Wenders / Producción: Coproducción Japón-Alemania: Master Mind Limited, Wim Wenders Productions / Fotografía: Franz Lustig / Montaje: Toni Froschhammer / Reparto: Koji Yakusho, Tokio Emoto, Arisa Nakano, Aoi Yamada, Yumi Asô
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