PARA CHIARA
La distancia como elección
Caminar por una cuerda requiere un equilibrio admirable, implica saber moverse en el límite. La elección del cineasta Jonas Carpignano de retratar la vida en Gioia-Tauro (ciudad calabresa en el sur de Italia) a través del límite entre el documental y la ficción es una decisión equilibrista. Y lo hace sociológicamente acertado, ¿quién tiene el poder de hablar de quién? La realidad urbano-marginal es vulnerable al hostigamiento policial y al estigma cultural y se vuelve una sociedad más compleja de retratar por su diversidad étnica. Caminar en el límite entre el documental y la ficción es una cuestión de moral, parafraseando a Jean-Luc Godard. Carpignano vivió, estudió y filmó a las personas reales. Los personajes, que no son actores profesionales, viven Gioia-Tauro y son miembros reales de la misma familia. Ocurre en el mismo sentido de lo que pronuncia la cineasta Lucrecia Martel: «Pensar sobre el mundo es legítimo para cualquier habitante de este planeta. Siempre y cuando no quiera el habitante hablar como si conociera los padecimientos del otro desde el cuerpo. Lo que no es legítimo es que se oculte la distancia que hay entre los sujetos de la acción y el narrador”.
Para Chiara (A Chiara, 2021) completa la trilogía que creó el autor ítalo-estadounidense Jonas Carpignano, luego de Mediterránea (2015) y A Ciambra (2017). Migrantes africanos, comunidad gitana e italianos conviven en esta tríada a través de conexiones narrativas entre los protagonistas de cada film. La obra que cierra este ciclo se focaliza en la historia de una joven italiana, Chiara (Swamy Rotolo), segunda de las tres hijas de la familia Guerrasio. Transita el peso de ser “hija de” y encara con valentía los secretos de su padre, a través de un coming-of-age que desvela fallas sociales: la violenta supervivencia de miembros de las mafias narcotraficantes y el precario rol estatal a través de la policía y los programas de protección de niños, niñas y adolescentes. La convivencia que retrata Carpignano no deja de mostrar una objetiva complejidad a través de imágenes y sonidos en simbólicos opuestos: la ternura de revolcarse en abrazos en el sofá vs. la crueldad de los tiros callejeros; la verdad a gritos vs. la imposibilidad de hablar; esconderse en agujeros-guarida vs. atravesar con coraje barrios ajenos.
Atravesar el crecimiento es un ejercicio incesante de imitar al sujeto modelo y desprenderse; consta de acompañar y dejar ir. Eso mismo hace la cámara de Jonas Carpignano. Ética pero no moralizante, la cámara escolta a la protagonista durante toda la película y lo hace desde una distancia tan cercana que permite mostrar el estado mental y emocional que ella va atravesando. Hasta un punto: como acompañar en los primeros pedaleos hasta soltar la bicicleta y observar el andar. En el último plano de A Ciambra y de Para Chiara la cámara deja de seguir a sus protagonistas, se queda fija y muestra cómo avanzan hacia la vida que les espera, permitiendo, al fin, la profundidad de campo. Es ética porque Carpignano propone un retrato de la convivencia en cuanto ejercicio de reflexión filosófica. Pero libera la distinción práctica de lo que está bien o mal a una construcción personal de identidad de sus personajes. En esta última película, el plano inicial y final están filmados con la misma cercanía a la protagonista, pero no es el director el que le dice lo que debe hacer, sino que es Chiara la que finalmente avanza dejando atrás la cámara.
No se puede prescindir de la sociedad en la que se nace, por lo menos a primeras. Los personajes parten de una identidad que les refleja aunque la miren desde el otro lado de la ventana. Las luces nocturnas en toda la trilogía de Carpignano empapan de color los rostros de los personajes, pero de un color que no pueden elegir. Son los reflejos azules de las sirenas policiales, los rosados intermitentes de las fiestas de cumpleaños juveniles y los naranjas de coches ardiendo. Tim Curtin fotografía con luz natural acercando una realidad más desafiante y demostrando que la noche verdadera es oscura.
Para Chiara (A Chiara, Italia, 2021)
Dirección: Jonas Carpignano / Guion: Jonas Carpignano / Fotografía: Tim Curtin / Música: Benh Zeitlin, Dan Romer / Reparto: Swamy Rotolo, Grecia Rotolo, Claudio Rotolo, Carmela Fumo, Antonio Rotolo, Salvatore Rotolo, Giorgia Rotolo, Giuseppina Palumbo, Silvana Palumbo, Concetta Grillo, Rosa Caccamo, Vincenzo Rotolo, Carmelo Rotolo, Antonina Fumo, Giacinto Fumo.