ORIGEN (INCEPTION)
El imaginario racionalista del doctor Nolan
El mundo de los sueños puede ser un entorno tremendamente extraño y difícil de comprender, donde la percepción del tiempo se altera. Quizá por eso llamó la atención de Christopher Nolan, que ha construido gran parte de su filmografía en torno a la búsqueda de complejidad narrativa que surge de la manipulación temporal. El caso más paradigmático de esto es Origen (Inception, 2010).
Tras la estela de autores de literatura de ciencia ficción como Philip K. Dick o William Gibson -creador del término ciberespacio en la novela Neuromante– que imaginaron la problemática de los mundos virtuales, el cine dio a luz títulos tan relevantes como Dark City (1998), Matrix (1999), eXistenZ (1999), Días extraños (1995) o Nivel 13 (1999), donde el acceso a otras realidades también se vincula con un estado cercano al de la ensoñación. Nolan subía la apuesta con Origen donde construyó un mise en abyme en torno a un laberinto de diferentes niveles sobre la base especulativa de poder extraer e introducir ideas dentro del subconsciente.
Nolan –que ha intentado abanderarse como el gran heredero de Stanley Kubrick– es un racionalista frío, y por eso en su condición de demiurgo huye de propuestas barrocas y opta por la sobriedad en la creación de los mundos oníricos. A pesar de esto es difícil ver Origen y no pensar en imágenes de Paprika, detective de los sueños (2006). De la película de Satoshi Kon, que resulta una celebración dionisíaca llena de ideas de montaje e imágenes delirantes del mundo de los sueños más cercana a Alicia en el país de las maravillas, el británico se queda sobre todo con las icónicas imágenes de los ingrávidos pasillos alargados, casi cercanos a los de El resplandor (1980).
Su entendimiento de los sueños es el de un inmunólogo paranoico y aunque en su sofisticado imaginario proto-gótico las imposibilidades físicas hacen referencia a las escaleras de Escher e incluso a René Magritte, generalmente dominan las construcciones con formas rectilíneas que revelan a un arquitecto cartesiano y metódico que desea tener control en todo momento de su percepción de la realidad, como subraya con la idea de los pequeños objetos que llama tótems.
Por otro lado, en un intento de estudiar cómo mantener vivos los recuerdos de un ser querido perdido, para la trama de Origen Nolan parte de un dilema cercano al que sufre el protagonista de Solaris (1972) como eje central de la historia. A partir de ahí hace que aparezcan más constantes de su filmografía como son la búsqueda de protección de la familia que luego desarrollaría en Interstellar (2014) y la pugna entre el caos y el orden del que parece hacerse agente en la trilogía del Caballero oscuro (2005-2012).
Como se puede comprobar en estas tres películas, Nolan se muestra más bien parco en estilo a la hora de utilizar varias cámaras para rodar escenas de acción, si bien en el dinámico clímax final con montaje en paralelo de Origen, se puede intuir la herencia de D.W. Griffith.
Otro punto que parece clave a la hora de poner su sello de puesta en escena de Origen es la dirección de fotografía, donde Nolan impone una paleta de colores gélidos con mayor presencia del gris oscuro, el azul y el negro, que combinados con la tormentosa banda sonora de Hans Zimmer sirven para crear una atmósfera con reminiscencias expresionistas.
Finalmente resulta curioso preguntarse hasta qué punto la capacidad de Nolan de convertirse en rey midas del cine comercial no se trata de un logro digno del grupo protagonista, donde destaca el personaje de Leonardo Dicaprio: un nuevo ejemplo de hombre trajeado con problemas complejos, que en esta ocasión lleva un look muy parecido al del propio Nolan. En definitiva, una mezcla entre un elegante ilusionista y un ladrón de ideas con aura bondiana, capaz de suscitar en el subconsciente del espectador la idea arraigada de ser el gran director de toda una generación, dispuesta a renegar del carácter lúdico del cine en pro del elitismo asociado a la trascendencia y la seriedad.
No obstante, es posible que lo más grandioso de Origen sea su desconcertante final, que, a diferencia de muchos títulos de su filmografía, donde quizá peca de sobrexplicación, sirve para que Nolan se atreva a hacer un corte de plano dejando una arrebatadora imagen ambigua, destinada a permanecer en la memoria por mucho tiempo.
Origen (Inception, EEUU-Reino Unido, 2010)
Dirección: Christopher Nolan / Guion: Christopher Nolan / Producción: Christopher Nolan (para Warner Bros., Legendary Pictures y Syncopy Production) / Fotografía: Wally Pfister / Música: Hans Zimmer / Montaje: Lee Smith / Diseño de producción: Guy Hendrix Dyas / Reparto: Leonardo DiCaprio, Joseph Gordon-Levitt, Ellen Page, Ken Watanabe, Marion Cotillard, Tom Hardy, Cillian Murphy, Tom Berenger, Michael Caine, Dileep Rao, Lukas Haas, Pete Postlethwaite, Talulah Riley, Miranda Nolan
Qué buen artículo!!
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