SAN SEBASTIÁN 2019 – NEW DIRECTORS
La sección de nuevos realizadores del Festival de San Sebastián está formada por primeros o segundos largometrajes de sus directores. Acercarse a la obra de un director novel es impredecible. Sin juicios ni prejuicios, como el recién nacido que observa el mundo, bucear dentro de las obras proyectadas en New Directors es un trabajo estimulante y sorprendente.
Realizadores de diversas partes del mundo con diferentes estilos cinematográficos convierten a esta sección en heterogénea, sin embargo, existen ciertas características que tienden a repetirse. Desde el punto de vista de los actores, en gran parte de las obras los protagonistas son jóvenes o adolescentes. Por otro lado, el primer amor, las incertidumbres de la adolescencia, la traición de la amistad, los problemas dentro de la familia, el idealismo y optimismo juvenil o el dogma y la fe son temas recurrentes.
Adolescencia, familia y amor
Ambientada en un pueblo del sur de Cataluña y con diálogos tanto en castellano como en catalán, La inocencia (Lucía Alemany, 2019, España) narra la historia de Lis, una adolescente que descubre el primer amor. La libertad del periodo vacacional y las expectativas sobre su futuro se truncan cuando Lis queda embarazada, teniéndose que enfrentar al machismo de un padre que controla con violencia verbal a hija y a esposa, y a la consternación religiosa de una madre más preocupada por el qué dirán que por la salud de Lis. Un tema recurrente, pero tratado con frescura, y la imponente actuación de Carmen Arrufat encumbran a La inocencia como una de las películas más interesantes de todo el festival.
Si en La inocencia, Lis se enfrenta a su familia y su entorno al quedar embarazada, en Las buenas intenciones (Ana García Blaya, 2019, Argentina), Amanda tiene que elegir dónde quiere vivir cuando su madre y su padrastro deciden mudarse a Paraguay. Las opciones para Amanda implican cambiar de país y distanciarse más de mil kilómetros de Buenos Aires o quedarse junto a su padre, un inmaduro vendedor de discos que parece no comprender la responsabilidad de la paternidad. García Blaya lanza su mirada a la inocencia e ilusión de la infancia y sostiene la trama insertando en la película grabaciones con videocámara de los propios actores y grabaciones de archivo familiar, un recurso interesante que desdibuja los límites de la ficción familiar. Además, la película se erige en una oda a la música argentina de los 90, a ese insolente rock argentino del momento que marcaría a toda una generación.
Al igual que el personaje de Estrella en El Sur (Víctor Erice, 1983), Gus, protagonista adolescente en Le milieu de l’horizon (Beyond the Horizon) (Delphine Lehericey, 2019, Suiza), sospecha que su madre guarda un secreto. Un secreto que pronto desvela y que funciona como impulso para reflexionar sobre el primer amor en la adolescencia, el amor en la juventud, o incluso el amor en la adultez entre personas del mismo género. Incertidumbres que devuelven certezas a Gus y que revelan una película poderosa sobre el crecimiento personal, el optimismo adolescente y la libertad amorosa.
Otras dudas son las que golpean el fantástico mundo que inventa Rayna, una mitómana que miente y fabula siempre que sea necesario. Sister (Svetla Tsotsorkova, 2019, Bulgaria) comienza con un plano fijo de las caras sorprendidas de los compradores que se acercan al pequeño puesto junto a una carretera donde Rayna vende figuras de arcilla. La persuasión de la joven radica en generar lástima en el comprador al explicarle el origen de su desgracia, su orfandad o sus desencuentros amorosos. Sin embargo, Rayna vive junto a su hermana Kamelia y su madre soltera, y siente celos de la relación que Kamelia comienza a establecer con Miro. Una historia que entremezcla el pasado familiar, la construcción del primer amor, el amor entre hermanos, el perdón y la responsabilidad, y que se alzó con una mención especial de la sección.
En Scattered Night (Sol Kim, Jihyoung Lee, 2019, Corea del Sur) entran en juego las preocupaciones de dos hermanos Sumin y Jinho ante la separación de sus progenitores, el futuro hogar, la relación con sus padres y la relación entre ambos. Otras preocupaciones, de índole más traumática (si pueden existir preocupaciones más traumáticas ante la destrucción de la estabilidad familiar para unos niños), son las que alteran a Charlotte en The Giant (David Raboy, 2019, EEUU), con una estructura temporal fragmentada en la que se enredan recuerdos y paranoias, la película sumerge al espectador en una historia perturbadora en la adolescencia de Charlotte.
Existencialismo
La imagen icónica que presenta el cartel de Disco (Jorunn Myklebust Syversen, 2019, Noruega) nos orienta acerca de la dirección a la que apunta su trama. Mirjam, una joven que triunfa en el mundo del baile y la canción, duda de las creencias religiosas impuestas por su familia. Preguntas internas que se convierten en viacrucis que atraviesan su cuerpo cuando baila, o que confrontan con la idílica relación familiar que sus padres quieren aparentar. Un camino lleno de espinas, de dolor, vómitos y, si fuera necesario, tierra en la boca. Disco apunta con certeza al mundo que quiere criticar, además de plantear preguntas acerca de la aceptación del dogma, la alienación dentro de una congregación, o el sacrificio y la vejación como alternativa a la pérdida de fe. La fe también es el motivo del documental Las letras de Jordi (Maider Fernández Iriarte, 2019, España). Con parálisis cerebral y tras mudarse a una residencia, Jordi no siente la existencia de Dios. Jordi se comunica mediante un abecedario de cartón. Una comunicación llena de silencios, pero también un silencio que auspicia la llamada y que carcome su fe. La redención puede hallarse en una visita al santuario de Fátima.
Igual que ocurría en Umberto D. (Vittorio De Sica, 1952), donde el protagonista encontraba cobijo y comprensión cuando abrazaba a su perro Flike, Meir, el protagonista de Africa (Oren Gerner, 2019, Israel), parece entender más a su perro que al mundo que le rodea. Su confrontación nace de la incomprensión de una juventud más entusiasta y alegre. Aunque la comparación del perro es la única que se puede establecer entre la película de Sica y la de Meir. Africa pretende ser un rayo de luz ante las dudas de la vejez, utilizando la cotidianeidad como vehículo propulsor, sin embargo, todo nudo dramático parece un esbozo bien intencionado que no termina de cerrar, un esbozo que parece más convencional que el artificio que desea Meir.
Amistad
La amistad circunda a varias de las películas de la sección: la compañía que encuentra Lis ante las dudas de su embarazo en La inocencia, o entorno a las relaciones que comparte el padre de Amanda en Las buenas intenciones. Sin embargo, en Lynn + Lucy (Fyzal Boulifa, 2019, Reino Unido) la amistad alcanza las cotas de mayor profundidad y precisión. La relación que une a Lynn y Lucy es lo suficientemente resistente como para poder soportar varias décadas y algunos episodios de acoso en su etapa escolar. No obstante, un trágico acontecimiento y la confesión de un menor, al igual que ocurría en La caza (Thomas Vinterberg, 2012), dinamita la relación entre ambas amigas. Lynn + Lucy traspasa los límites de la amistad, para reflexionar acerca de la madurez, la maternidad, la aceptación o la exclusión.
Varias temáticas
La libertad se convierte en el disparador de la trama de Noura’s Dream (Hinde Boujemaa, 2019, Túnez) y Nematoma (Ignas Jonynas, 2019, Lituania), aunque el resultado es completamente diferente. Mientras que la película tunecina pretende indagar sobre el incesto, la familia y la protección de los hijos, la película lituana presenta un melodrama que divaga entorno al thriller y la venganza. Noura trabaja en una lavandería y recibe la visita de su marido que acaba de salir de prisión. Pronto el marido ocupa la casa donde vive Noura junto a sus hijos, sin embargo, los planes futuros de Noura contemplan fugarse con su nueva pareja. Un arco dramático que relaciona lo legal y lo moral, y que posiciona a su protagonista como cuerpo sometido a los mandatos de ambas partes. En Nematoma, la trama es más enrevesada: una historia de retornos, salidas de prisión, y platós de televisión, para deslindar una persecución de venganza clásica. Ahora bien, buen merito merece Jonynas al confeccionar algunos planos que juegan con la ceguera de su protagonista de manera magistral. Otro thriller, que en este caso consiguió el premio del jurado, fue la película Algunas bestias (Jorge Riquelme Serrano, 2019, Chile. Repaso más detallado en cine chileno). Igual que realizara en su trabajo previo Camaleón (2016) a Riquelme Serrano le interesa el dispositivo que desencadena la tensión implícita en hechos singulares y que detonan las relaciones. La venganza de los que menos poseen, la violencia implícita en la sociedad, o el aislamiento de la vida moderna juegan un papel fundamental en la filmografía del chileno.
Para cerrar la sección, desde Japón llega Bonfire at dawn (Koichi Doi, 2019, Japón). A través de la mirada de un niño que descubre las exigencias de una rama del teatro tradicional japonés, se establece un discurso entre la tradición y la novedad, entre la adultez y la niñez. Sencilla mirada oriental, de formas, conversaciones y escenas.
“Serás mi novio, pero no mi dueño”, dice Lis en La inocencia, al sentirse presionada por él; y su eco emancipador retumba para liberar el yugo de la opresión. Destellos de creatividad y de libertad artística, como los resplandores de la luz del alba reflejada en un lago, brillan dentro de las películas de la sección. Un brillo que augura futuras perlas cinematográficas.
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