ENTREVISTA MINA MILEVA/ VESELA KAZAKOVA (PEQUEÑOS MILAGROS EN PECKHAM STREET)
«Las personas que votaron por el Brexit no eran conscientes de las consecuencias».
Hace ocho años, las cineastas y productoras búlgaras Mina Mileva y Vesela Kazakova tiraron una bomba en su entorno cinematográfico local con su primer documental conjunto, Uncle Tony, Three Fools and The Secret Service. La obra cuenta la historia del profesor de animación de Mina Antoni Trayanov quien, por razones políticas, pasó toda su vida bajo la sombra del animador búlgaro más celebrado, Donyo Donev. Desde entonces, cada película suya da forma a algún tipo de provocación: La bestia sigue viva ofrece un retrato crítico del antiguo poder comunista que sigue latiendo en Bulgaria, mientras que su primer largometraje de estilo docuficción, Pequeños milagros en Peckham Street (en los cines de España desde el 6 de agosto), discute de manera abrupta, atrevida y políticamente incorrecta acerca de temas como la gentrificación, la xenofobia, el Brexit y el funcionamiento del estado como una máquina de chantaje.
Mientras tanto, Mina, inicialmente formada como pintora y animadora y con una carrera respetable en Inglaterra, y Vesela, actriz popular con una presencia importante en el cine búlgaro de los años 2000, acaban de introducir su última película, Women Do Cry, en la sección Un Certain Regard, del Festival de Cannes y pronto estarán en España de nuevo como co-productoras de Vasil, el debut en el largometraje de la catalana Avelina Prat y cuyo protagonista es un emigrante búlgaro en España. Las atrapamos entre las presentaciones de esos dos nuevos proyectos y justo antes de que presidan el jurado del Giornate degli Autori en el Festival Internacional de Cine de Venecia para charlar un poco sobre las ideas detrás de Pequeños milagros, el papel personal de Mina en las historias contadas y la brecha aún existente entre los discursos políticos de Europa Oriental y Occidental.
La película trata problemas sociales importantes que actualmente están en juego en todos los países europeos desarrollados. Me refiero а la gentrificación, pero más bien al problema del llamado «estado profundo» que castiga inmerecidamente a los que trabajan y toman la responsabilidad por su vida. ¿Por qué decidisteis debatir acerca de este tema?
Mina: El caso de Inglaterra es especial, porqué la clase media-baja allí está realmente castigada. Las clases trabajadoras están bastante favorecidas por el sistema de bienestar social existente que proporciona atención estatal a través de los beneficios sociales. Las clases altas no pagan impuestos y no están afectadas, porque están relacionadas con los grandes negocios, son famosos por sus paraísos fiscales. La clase media-alta también es relativamente intocable. Los que quedan son las clases medias-bajas, gente educada pero con ingresos justos para llegar al final del mes. Es decir, todos nosotros, que somos los que tenemos que pagar la cuenta.
La gentrificación en Inglaterra también tiene su aspecto particular. Existen dos tipos de propiedad de vivienda-retención libre (free hold) y retención por arrendamiento (lease hold). Los personajes de la película son propietarios arrendatarios, lo que significa que solamente el aire entre las paredes del piso es suyo, exceptuando el suelo y las paredes mismas. Los propietarios libres son dueños de la tierra bajo sus casas, pero eso sale muy caro. Cuando los obreros municipales vinieron a mi piso para cambiar las ventanas -como en ese episodio de Pequeños milagros- y yo les pregunté por la razón del porqué me quitaron la secadora de ropa de la ventana, la respuesta fue: “Señora, usted es dueña del espacio entre las paredes de su propiedad. Pero las paredes, en realidad, son propiedad del ayuntamiento”. Por eso Irina dice que está encerrada como una gata en la pared (de ahí el título original de la película, Cat In the Wall).
Estos problemas son realmente preocupantes, porque nos afectan directamente y desestabilizan las sociedades en las que ocurren.
¿Quiénes son los personajes de la película? ¿Una muestra representativa de los europeos del este de Londres o son más bien una excepción?
Mina: Son más bien una excepción, ya que la trama se basa en mi experiencia personal. Como propietaria de una vivienda en Londres, yo realmente recibí ésta factura de 26.000 libras esterlinas por la renovación del edificio. La película está rodada en mi propio piso.
Vesela: Cuando hablamos de una muestra representativa, nos damos cuenta de que el término “emigrantes” es multifacético. En la película, más bien consideramos un caso especial de personas que tienen educación universitaria y ganas de conseguir algo en su vida. Para ellos, la única realización posible está allí, porque no tienen la oportunidad de regresar a Bulgaria; tampoco son bien recibidos y se sienten extranjeros en su propio país. Por eso, pase lo que pase, están mejor afuera.
La siguiente pregunta surge de manera natural: ¿por qué no piensan en regresar? A lo largo de la película observamos unos personajes encerrados en un mundo de vicisitudes interminables. Personajes que no tienen relaciones íntimas, hacen constantes intentos de «establecerse» y, al parecer, no consiguen tener una vida plena y satisfactoria. En algún momento, Irina deja su trabajo de camarera porque no ha «alimentado» su alma durante mucho tiempo, pero está claro que esta no puede ser una solución a largo plazo.
Mina: Es una buena pregunta y con la película tenemos la ambición de provocar a mucha gente que pueda plantearse si no ha llegado la hora de volver y luchar por nuestros países. Ha tenido algún efecto beneficioso, al menos en los espectadores búlgaros: algunos dicen que pensaban ir a Inglaterra, pero que ahora lo están dudando. Aunque sobre el mismo acto de volver, es más fácil decirlo que hacerlo. Volver a nuestro país también conlleva una serie de vicisitudes y, en comparación, la factura en Bulgaria puede salir más alta. Por ejemplo, cuando voy a casa, tengo que pasar al menos tres semanas haciendo colas por municipios, bancos, mostradores. En Inglaterra es más fácil, pero solo superficialmente. Y también es cierto que en nuestro país existen ventajas, como por ejemplo que la vida es más tranquila. Por eso la película lanza la difícil pregunta de cuál es la mejor solución. Mi sueño es que la masa de emigrantes vuelva y normalice nuestro país en los próximos 20 años.
Vesela: También comentamos indirectamente el fenómeno de los búlgaros educados que salen del país, algo relacionado con nuestra incapacidad para lidiar con el pasado reciente. Es un tema presente en todas nuestras películas. Esto crea una atmósfera venenosa que obliga a estas personas a buscar otras oportunidades.
Mina: La mafia búlgara fue creada, a finales de los años 70 y principios de los 80, por el régimen comunista y actualmente está fuera de control. Hoy en día todavía existe un vínculo muy directo entre el régimen y el estado.
Vesela: Las personas que dirigen los negocios en Bulgaria están conectadas con el gobierno anterior, y es muy triste que no se permita la entrada a nuevas personas, como si las filiaciones políticas siguieran influyendo, aunque “oficialmente” ya no existen. Por esta razón, al final de la película, nuestra heroína Irina sigue discutiendo tan ferozmente con la izquierda local inglesa, o cuando le rompen las ventanas, dice: «Así lo hacían con nuestras casas», refiriéndose a los comunistas en Bulgaria.
Mina: Irina tiene una historia familiar traumática en la que sufrieron su madre y su abuela.
Vesela: En Europa, todavía no podemos igualar las diferencias entre el éste y el oeste. No nos conocemos, todavía hay cosas inaceptables para el otro. Bulgaria y su historia reciente permanecen desconocidas para los países occidentales. Nos interesan mucho estos temas y nos gustaría mantener un debate.
¿Cómo encontrasteis a la actriz principal y hasta qué punto os introdujisteis en su vida personal para lograr la autenticidad de la película?
Mina: Irina fue la sorpresa del reparto y quizás el mayor logro de la película, algo que se destacó en las críticas de la prensa española. En Bulgaria no se percibió como tal, quizás debido a diferencias en las escuelas y gustos estéticos. Pero Irina abrazó el proyecto, dedicándole todo su corazón y alma, ya que coincidía en cierta medida con su camino emigrante. No teníamos que entrar en su vida, sino que ella entró en la nuestra con su excepcional talento actoral. Demostró una enorme inteligencia emocional y una enorme capacidad para entender el contexto, entrar en el espacio y transformarlo. De hecho, es una actriz muy talentosa que no tuvo la oportunidad de trabajar mucho y estamos muy contentos de que la película le haya dado la oportunidad de actuar, lo que tuvo un efecto en el territorio búlgaro: fue invitada a participar en una serie de televisión y ojalá otros colegas trabajen con ella.
Vesela: Su profesionalidad es invisible, pero tiene la expresión sonora y musical de una verdadera profesional. Su melodía en la manera de pronunciar las líneas de diálogo es la más precisa posible. Si hubiéramos tomado a una actriz que viviera solo en Bulgaria, no hubiera cuadrado en el proyecto de la manera en la que lo hizo Irina. Con su sentido del humor y el ritmo a golpe de rap de su discurso, lo hizo de manera brillante. Yo como actriz, por ejemplo, no habría podido hacerlo. Ella era la más adecuada en este caso.
Mina: Hay que recordar también que Angel Genoy, el actor que interpreta el papel del hermano de Irina, introdujo una disciplina del habla muy estricta. Todo el equipo quería recuperar el antiguo discurso sonoro búlgaro de las películas clásicas, con su ritmo característico -ni monótono, ni ruidoso, ni inexpresivo- y con las pausas definidas. Así hablan los grandes actores búlgaros, al igual que algunos actores de la escuela inglesa.
La película fue concebida, filmada y estrenada con una premonición del Brexit, y ahora el Brexit ya es una realidad. ¿Recibís comentarios diferentes ahora?
Mina: El guion de la película se escribió poco antes del referéndum, pero cuando sucedió, tuvimos que hacer una edición rápida y agregar el Brexit, algo que jugó un papel importante en las críticas de la película en España, etiquetándola como una película sobre el Brexit. Esto le dio más fuerza.
Vesela: Inglaterra ha cambiado desde el Brexit, aunque ya se estaba preparando para este cambio durante mucho tiempo. El Brexit es el resultado de una tendencia que refleja la película. Después, en la época Covid nos aislamos y regresamos a nuestros países. Lo que los europeos trajeron a Inglaterra todavía se sentirá como una falta. No solo búlgaros y rumanos, sino en general las naciones europeas: toda la City se mudó a Alemania, hubo cambios drásticos en los negocios, incluso en la industria del cine. Gran Bretaña estaba bien en Europa en términos de negocios, pero las personas que votaron por el Brexit no eran conscientes de las consecuencias.
Próximamente se estrenará el debut de la directora catalana Avelina Prat Vasil, una película hispano-búlgara coproducida por vuestra productora Activist38, y cuyo personaje central es un emigrante búlgaro en España. ¿Cómo está el proyecto y cuál es la diferencia entre la realidad de los búlgaros en Gran Bretaña y en España?
Mina: Nos atrajo mucho el proyecto de Avelina Prat por el hecho de que ella no quería entrar en el cliché típico sobre los emigrantes. Esto coincide con la idea original de Pequeños milagros en Peckham Street donde los personajes no son drogadictos, ni tampoco roban coches como marca el estereotipo. Incluso llamó la atención del canal ARTE y nos entregó un pequeño premio por sacar la imagen del emigrante fuera de los estereotipos. De la misma manera, Avelina quiso presentar a Vasil como un excéntrico, un buen hombre poético y algo particular que está intentando instalarse en España. La provocábamos diciéndole que los emigrantes todavía roban coches, que no son santos. Además, el héroe juega al ajedrez y al bridge y es miembro de un club de señoras mayores. Le sugerimos que él tuviera que acostarse con una señora, para así poder ahorrarse algunos de sus gastos; imaginamos este tipo de comportamiento. Ella se negó a sucumbir a la provocación.
Vesela: De hecho, cuando entramos en el proyecto, el guion ya estaba escrito y apenas podíamos cambiar algo.
Mina: Admiramos su firmeza y en general podemos decir que la película logra una atmósfera de buen humor, pero al mismo tiempo es arte profundo con unas presencias actorales excepcionales: el popular actor búlgaro Ivan Burnev se asocia con Karra Elejalde y Susi Sánchez. Respecto a la realidad de los búlgaros en Inglaterra y España, no podría comentarla de manera sólida, porque la historia es personal para Avelinat, es algo que le sucedió a su padre y es muy cercano a ella. Creo que cada historia de emigrante es un caso especial, aunque hay sucesos y acontecimientos por los que han pasado todos los emigrantes.
Acabáis de participar en el Festival de Cine de Cannes con vuestro segundo largometraje, Women Do Cry. ¿Cuándo la podemos esperar en España?
Mina: Estamos tan satisfechos con nuestro trabajo con Surtsey Films que esperamos que puedan obtenerla de nuestro agente de MK2, una distribuidora fuerte en la escena europea con su propio plan para la venta y difusión de la película. Esperamos que hagan lo mejor para España y que Surtsey Films vuelva a estar detrás, porque logramos construir una relación cercana con ellos y creemos que están haciendo su trabajo con corazón.
Vesela: Me gustaría añadir también que en el territorio español recibimos el gran regalo de conocer la reacción auténtica del público fuera de la burbuja festivalera. Dos años después del estreno en Locarno nos dimos cuenta de que el tema es aún más relevante y que la película se está convirtiendo en un clásico de su tiempo, un documento importante con vida continúa. Ayer pude verla con el público español y descubrí que el contexto local le aporta un significado aún más profundo. Me imagino muy bien volver con nuestra próxima película aquí. Igual acabaremos emigrando en España (se ríen).
Pequeños milagros en Peckham Street (2019)
Dirección: Mina Mileva y Vesela Kazakova/ Guion: Mina Mileva y Vesela Kazakova / Producción: Mina Mileva y Vesela Kazakova / Fotografía: Dimitar Kostov / Montaje: Donka Ivanova / Música : Andy Cowton