TOP 2018

EL MEJOR CINE DE 2018 – TOPS INDIVIDUALES

¿Cuáles son las diez películas/series favoritas del año para nuestros críticos?

Consulta aquí el Top 20 del mejor cine del 2018 para Revista Mutaciones. (Nota: solo se han contado estrenos en España en 2018 y no pases en festivales con el objetivo de poder perseguir cierta unidad de muestra).

REDACCIÓN

Sherezade Atiénzar
  1. Call Me by Your Name, de Luca Guadagnino (Italia)
  2. Girl, de Lukas Dhont (Bélgica)
  3. Isla de perros, de Wes Anderson (EE.UU)
  4. Quién te cantará, de Carlos Vermut (España)
  5. Cold War, de Pawel Pawlikowski (Polonia)
  6. El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (EE.UU)
  7. Roma, de Alfonso Cuarón (México)
  8. Hereditary, de Ari Aster (EE.UU)
  9. Todos lo saben, de Asghar Farhadi (España)
  10. Clímax, de Gaspar Noé (Francia

 

Ricardo Barbé
  1. Cold War, de Pawel Pawlikowski (Polonia)
  2. Mandy, de Panos Cosmatos (EE. UU)
  3. Tres anuncios a las afueras, de Martin McDonagh (Reino Unido)
  4. The End of the F*** World, de Jonathan Entwistle y Lucy Tcherniak (Reino Unido)
  5. Good Time, de Ben Safdie y Joshua Safdie (EE. UU)
  6. Disobedience, de Sebastián Lelio (Reino Unido)
  7. El instante más oscuro, de Joe Wright (Reino Unido)
  8. El reino, de Rodrigo Sorogoyen (España)
  9. Ha nacido una estrella, de Bradley Cooper (EE. UU)
  10. Al otro lado del viento, de Orson Welles (Francia)

Un año muy disfrutable como cinéfilo, con un buen nivel medio en la calidad de las películas, y con dos obras de sensaciones opuestas que me han encandilado, como son Cold War y Mandy. Esa sensación de salir del cine absorto con lo que acabas de ver es una de las cosas por las que todas las semanas pago una entrada y que se vio satisfecha con las dos películas que encabezan mi lista. En una lista muy británica, he incluido la miniserie The End of the F*** World, donde se cumple la premisa de que unos muy buenos personajes suelen significar una notabilísima serie. Otras obras a destacar, con posiblemente menor impacto entre el gran público, son Good Time y Disobedience; películas muy sinceras, hábilmente dirigidas y con unas interpretaciones estelares de actores como Robert Pattinson, Rachel Weisz o Rachel McAdams. Y acabo la lista con una reliquia, una obra que comenzó a gestarse hace más de 40 años y que tiene el gran mérito de haber sabido captar parte de la mirada de Welles, lo cual ya es mucho.

Mandy, de Panos Cosmatos (EE. UU)
Rafael S. Casademont
  1. El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (EE. UU)
  2. Cold War, de Pawel Pawlikowski (Polonia)
  3. Un asunto de familia, de Hirozaku Koreeda (Japón)
  4. Burning, de Lee Chang-dong (Corea del Sur)
  5. Climax, de Gaspar Noé (Francia)
  6. El reverendo, de Paul Schrader (EE. UU)
  7. Lazzaro Feliz, de Alicia Rohrwacher (Italia)
  8. Isla de perros, de Wes Anderson (EE. UU)
  9. Viaje al cuarto de una madre, de Celia Rico (España)
  10. Misión: imposible – Fallout, de Christopher McQuarrie (EE. UU)

La mayoría de películas que he elegido entre mis diez han sido unas habituales de las listas a mejores del año por lo que no sería muy útil volver a justificarlas. Si quiero decir que la inclusión de las tres últimas viene dada de una intención de incluir en el listado una película de animación, una película española y un blockbuster/película comercial. Si hubiese llegado un poco antes el estreno de Spider-man: Un nuevo universo (Bob Persichetti, Peter Ramsey, Rodney Rothman) hubiera podido ahorrar espacio ya que la inventiva y vistosidad de su animación me conquista más que Isla de Perros y la demostración al mundo de que el mejor cine de acción, e incluso el mejor cine de superhéroes, sigue estando fuera de los macrouniversos de Marvel y DC (por ahora) queda aún más patente que con las increíbles set-pieces del tándem Cruise-McQuarrie.

Se han quedado fuera por poco, y muy probablemente hubiesen entrado en el listado si lo hubiese hecho otro día (así son estas cosas) películas como La última bandera (Richard Linklater), Roma (Alfonso Cuarón), Entre dos aguas (Isaki Lacuesta) y En tránsito (Christian Petzold). Cómo no, también hay títulos que se me han escapado y, de haberlos visto, probablemente estarían aquí. Tal es el caso de Amante por un día (Philippe Garrel) y El león duerme esta noche (Nobuhiro Suwa) entre, como es inevitable, muchas otras. Cómo no, muchas de las películas que mas me han gustado las he visto en festivales y no tendrán distribución comercial. Me permitiré solo nombrar cuatro que, de entrar, irían directas a los primeros puestos: Baronesa (Juliana Antunes), The Night I Swam (Damien Manivel, Kohei Igarashi), Let the Summer Never Come Again (Alexandre Koberidze ) y las tres partes de La flor (Mariano Llinás).

 

Fran Chico
  1. La forma del agua, de Guillermo Del Toro (EE. UU)
  2. Tres anuncios en las afueras, de Martin McDonagh, (EE. UU)
  3. Atlanta 2.ª temporada, de Donald Glover (EE. UU)
  4. Tiempo después, de José Luis Cuerda (España)
  5. Hereditary, de Ari Aster (EE. UU)
  6. Yo, Tonya, de Craig Gillespie (EE. UU)
  7. Spider-Man: Un nuevo universo, de Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman (EE. UU)
  8. Isla de perros, de Wes Anderson (EE. UU)
  9. Suspiria, de Luca Guadagnino (Italia)
  10. En las estrellas, de Zoe Berriatua (España)

Las ventanas de distribución de nuestro país hacen que varias películas “del año pasado” se cuelen en el top, a pesar de que hayan pasado más de 15 meses desde que pudiéramos disfrutarlas en los festivales de San Sebastián y Sitges. La forma del agua y Tres anuncios en las afueras protagonizaron la temporada de premios, y (sin que sirva de precedente) no podría estar más de acuerdo. Yo, Tonya también sobrevive desde principios de año, una película que va mucho más allá de la tremenda interpretación de sus actrices.

Las series también tienen su hueco. Es incomprensible es que la segunda temporada de Atlanta no esté recibiendo nominaciones y alabanzas a mansalva, siendo superior a una primera temporada que sí que llamó la atención de una crítica que, por lo que parece, ahora se ha olvidado de ella.

Completando el top tenemos dos grandes propuestas de terror, una desde el drama (Hereditary) y otra desde la estética (Suspiria); dos películas de animación espectaculares, cada una perfecta para su público (Spider-Man: Un nuevo universo e Isla de perros); y dos cintas españolas de gran imaginación y originalidad, En las estrellas y Tiempo después, siendo esta última un milagro cómico (esperamos que no sea el último) del autoproclamado mejor director de la historia de Albacete.

La forma del agua, de Guillermo del Toro (EE. UU)
Damián del Corral
  1. El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (EE. UU)
  2. El reverendo, de Paul Schrader (EE. UU)
  3. Roma, de Alfonso Cuarón (México)
  4. Cold War, de Pawel Pawlikowski (Polonia)
  5. Zama, de Lucrecia Martel (Argentina)
  6. The Florida Project, de Sean Baker (EE. UU)
  7. Western, de Valeska Grisebach (Alemania)
  8. Caras y lugares, de Agnès Varda y JR (Francia)
  9. Sin amor, de Andrey Svyaginstev (Rusia)
  10. Girl, de Lukas Dhont (Bélgica)

Dejando a un lado los dos primeros largometrajes que lideran esta lista, las ocho películas restantes que la conforman tienen algo en común; en todas ellas los espacios en los que la trama tiene acción cobran una importancia casi a la par que la que poseen sus protagonistas. Sin embargo, y como debe ser desde el punto de vista crítico y analítico, lo interesante no está en detectar que la mayoría de los films más destacados de esta temporada tengan que ver con que la plural cantidad de personajes de sus historias se vean afectados por el entorno, sino cómo sus directores trabajan esos espacios y el tratamiento que proponen para exponerlos.

Resulta prodigiosa la forma en que Alfonso Cuarón trata la México de 1970 en Roma, capturada en un formato panorámico en la máxima frontalidad de la pantalla y siendo capaz de siempre colocar la mirada del espectador en el punto central de la acción, a pesar de ese amplio paisaje que nunca pierde presencia. Bajo otros métodos casi contrarios, se podría encontrar la también maravillosamente filmada en blanco y negro Cold War, dirigida por Pawel Pawlikowski, que opta por la utilización del formato cuadrado (1,33:1) y esos peculiares planos con aire por encima de los personajes, de igual manera que en la aclamada Ida (2014), sugiriendo que el entorno que les rodea siempre está por encima de ellos, dictando su destino.

Por otra parte, y retomando las dos películas que se encuentran en el tope de la lista, se hace notable que también podemos descubrir una similitud en la forma en la que sus autores concibieron estas obras. Si bien podríamos hablar acerca de cómo el entorno igualmente cobra gran importancia en una película como El reverendo (con el tema del terrorismo ecológico como gran detonante de la trama), lo más destacable de esta obra es en realidad que se puede definir como el derivado de muchas otras grandes películas que convergen en una sola para dar otra especie de significado, haciéndose mucho más profunda y generando una lectura más rica desde la imagen y el sonido que en lo discursivo. Una absoluta obra del posmodernismo, realizada por un cineasta con gran recorrido. Del mismo modo, Paul Thomas Anderson crea una obra que quizás carece de trascendencia o necesidad histórica como la película de Schrader, pero sin duda cobra una mayor importancia a través de los mismos métodos de realizar un largometraje que hable con voz propia potenciada por los ecos de las obras que le suceden. El hilo invisible es de esas películas que se incrustan en la retina del espectador gracias a la belleza de sus imágenes, pero también por su forma de vanagloriar grandes obras del pasado, haciéndose un lugar entre las más grandes del presente.

 

Martín Escolar-Sanz
  1. The Rider, de Chloé Zhao (Estados Unidos)
  2. Roma, de Alfonso Cuarón (México)
  3. The Florida Project, de Sean Baker (Estados Unidos)
  4. Caras y lugares, de Agnès Varda y Jean René (Francia)
  5. Un asunto de familia, de Hirokazu Koreeda (Japón)
  6. Amante por un día, de Philippe Garrel (Francia)
  7. Call Me by Your Name, de Luca Guadagnino (Italia)
  8. Invitación de boda, de Annemarie Jacir (Palestina)
  9. Lean on Pete, de Andrew Haigh (Reino Unido)
  10. Tres caras, de Jafar Panahi (Irán)

Teniendo en cuenta la peliaguda empresa que supone elegir, cada año, esos diez trabajos cinematográficos a los que endosar la pesada, controvertida y taxativa etiqueta de “los mejores”, uno no puede sino agradecer, en cierto modo, que obras tan absolutamente sobresalientes como A Ghost Story o Largo viaje hacia la noche no hayan sido estrenadas en España este año (la primera se estrenó a pocas semanas de finalizar 2017 y la segunda aún tendrá que esperar unos meses para ver la luz en nuestro país). Lo anterior puede resultar contradictorio, pero es que el nivel cinematográfico de este 2018 ha sido tal que me dolería en lo más profundo tener que dejar fuera cualquiera de las diez películas elegidas para el top final, como me ha sucedido con la interesantisima Un día más con vida, con el inapelable acierto de un (¡por fin!) Marvel reinventado que supone Spider-Man: Un nuevo universo, y con el dignisimo baluarte del cine de género de este año: Hereditary, la cual ha vuelto a demostrar que el terror puede alcanzar unas cotas de narrativa cinematográfica incuestionables (aunque muchos se empeñan en seguir negándolo…). Con todo, es una pena que la desgarradora Blindsone y la hipnotizantemente inmersiva An Elephant Sitting Still no hayan podido siquiera lidiar por un puesto en la lista por carecer de distribuidora que las haga llegar a nuestras pantallas. Pero, como el año cinematográfico se basta y se sobra aun dejando de lado los supuestos y los ojalás, estos son, desde mi punto de vista, los diez mejores films estrenados en España a lo largo de 2018.

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Tres caras, de Jafar Panahi (Irán)
Alberto Hernando
  1. El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (EE. UU)
  2. Lazzaro feliz, de Alice Rohrwacher (Italia)
  3. Tres anuncios en las afueras, de Martin McDonagh (Reino Unido)
  4. Girl, de Lukas Dhon (Bélgica)
  5. El reverendo, de Paul Schrader (EE. UU)
  6. Isla de perros, de Wes Anderson (EE. UU)
  7. Un asunto de familia, de Hirokazu Koreeda (Japón)
  8. Zama, de Lucrecia Martel (Argentina)
  9. Quién te cantará, de Carlos Vermut (España)
  10. Amante por un día, de Philippe Garrel (Francia)

2018 ha sido un año espléndido. Qué mejor prueba de ello que todas las películas, más que buenas, que no he seleccionado. Antes que por El hilo invisible o Lazzaro feliz puede que este año deba ser recordado por Roma, la grandísima última película de Alfonso Cuarón; por Cold War, por Call Me by Your Name y por, también en blanco y negro, Leto (estreno nacional en 2019). ¿Está surgiendo un nuevo tipo de cine académico?

Como he intentado explicar en otra parte, se tratan de películas que reequilibran elementos del “cine de autor” y “de espectáculo” para «conquistar al que quiere “más” y al que quiere “menos”». A menudo las celebramos por cómo evitan vicios comunes a sus temáticas y géneros. Roma parte de la memoria personal sin caer en la nostalgia o la melancolía, escenifica los sentimientos sin caer en el sentimentalismo y realiza una denuncia sin caer en el esquematismo simplista y maniqueo, celebra la crítica de Caiman: cuadernos de cine. También son películas que imponen cierta distancia (el blanco y negro, la ausencia de música, el formato cuadrado…) para que el espectador pueda recrearse en las emociones, las historias y las dramaturgias de siempre desde la atalaya del Arte. A Call Me by Your Name, a Cold War y a Roma les puede su afán de significarse como Arte (en mayúsculas) aunque para ello deban falsificar la experiencia, como el neorrealismo de diseño de producción de Cuarón.

Tal vez sean, es probable, películas pensadas con el ojo atento en el mercado, pero no hay nada que lamentar: ojalá fuesen así todas las películas pensadas para el consumo mayoritario, pues son la salud del cine. Incluso, saltando a otros géneros y a otra polémica relacionada, si Suspiria es una operación muy consciente de intelectualizar el giallo para expandir su público fuera de los amantes del género, muestra una saludable inquietud. Y todas estas películas producen un panorama interesante desde el que trabajan otras, las mejores, como creo que hace Hereditary, un film excelente.

Lo que resta, estos 10 títulos que he seleccionado (el orden no importa), son aquellas películas en que he encontrado alguna verdad o belleza o una sensibilidad distinta. Ojalá haber podido incluir An Elephant Sitting Still, pero no tuvo distribución comercial; u otras que no han cabido: Caras y lugares, Night is Short Walk on Girl, La fábrica de nada, Infiltrado en el KKKlan, 120 pulsaciones por minuto, Entre dos aguas… Ha sido un gran año.

Pablo López
  1. The Rider, de Chloé Zhao (EE. UU)
  2. 120 pulsaciones por minuto, de Robin Campillo (Francia)
  3. Hereditary, de Ari Aster (EE. UU)
  4. La balada de Buster Scruggs, de Joel y Ethan Coen (EE. UU)
  5. El taller de escritura, de Laurent Cantet (Francia)
  6. La última bandera, de Richard Linklater (EE. UU)
  7. Los hambrientos, de Robin Aubert (Canadá)
  8. Night is Short, Walk on Girl, de Masaaki Yuasa (Japón)
  9. Roma, de Alfonso Cuarón (México)
  10. Tres anuncios a las afueras, de Martin McDonagh (EE. UU)

Lo primero que me viene a la cabeza viendo esta lista es que el 2018 ha sido un año bastante notable, de los mejores que recuerdo recientemente, plagado de sorpresas y con multitud de películas de corte muy diferente. Me entusiasma particularmente que una película tan serena y cercana como The Rider pueda compartir espacio con la locura refrescante de Night is Short, Walk on Girl o la complejidad combativa de 120 pulsaciones por minuto o El taller de escritura.

Lo segundo, lo mucho que echo en falta cuatro películas que habrían entrado en los primeros puestos pero que no pueden estar por que aún no se han estrenado en España: Genese, de Phillipe Lesage; Diane, de Kent Jones; The Return, de Malene Choi; y la inabarcable y fascinante A Land Imagined, de Siew Hua Yeo, que probablemente jamás vea la luz en nuestras pantallas. Esperemos que me equivoque y las cuatro aparezcan por España en algún momento, aunque sea en plataformas VOD.

Más cosas. Como es habitual en los últimos años (aunque la cosecha de este año me parece particularmente floja), el blockbuster de Hollywood brilla por su ausencia, algo a lo que me parece que nos estamos acostumbrando de forma muy preocupante. Solo algunas excepciones notables como Ready Player One (Steven Spielberg), El rey proscrito (David Mackenzie), Misión Imposible: Fallout (Christopher McQuarrie) (o incluso las simpáticas Upgrade, de Leigh Wannell, y Han Solo: Una historia de Star Wars, de Ron Howard) han conseguido escapar del yermo carente de imaginación, riesgo y emoción en el que se encuentra el cine más popular. El gran éxito del año, Vengadores: Infinity War, es un ejemplo excelente: una película que no tiene nada de malo, pero tampoco nada particularmente bueno, una película que se puede describir perfectamente contando solo su argumento.

Y, por último, llama también la atención, tras el impacto de Twin Peaks y Mindhunter el año pasado, la falta de series en el top de este. Por un lado, reconozco no haber visto mucho: cada vez me cuesta más no pensar al adentrarme en una serie que en el tiempo que voy a dedicarle podría verme un buen montón de películas. Pero, aun así, mi sensación es que no ha habido nada particularmente relevante. Desde luego, todo aquello que sí he visto lo he olvidado a gran velocidad. En cualquier caso, teniendo en cuenta lo fecundo del año, sería una pena quedarse con sus carencias, porque creo que 2018 es un año digno de recordar.

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La última bandera, de Richard Linklater (EE. UU)
Ander Macazaga
  1. Roma, de Alfonso Cuarón (México)
  2. El león duerme esta noche, de Nobuhiro Suwa (Francia)
  3. Cold War, de Pawel Pawlikowski (Polonia)
  4. Lazzaro feliz, de Alice Rohrwacher (Italia)
  5. Caras y lugares, de Agnès Varda (Francia)
  6. Call Me by Your Name, de Luca Guadagnino (Italia)
  7. Dogman, de Matteo Garrone (Italia)
  8. La noche de 12 años, de Álvaro Brechner (Uruguay)
  9. Dantza, de Telmo Esnal (España)
  10. En mi propia piel, de Alessio Cremonini (Italia) 

Concluye un año intenso. Un año que todo cinéfilo recordará puesto que ha sido clave en el transcurso de la polémica inagotable y la guerra abierta entre el Festival de Cannes y las plataformas VOD. Recordemos que el certamen francés oficializó el veto a Netflix y a su prometedora oferta -llena de producciones llamadas a triunfar- que se paseó victoriosa por el Lido. Tanto Al otro lado del viento -la esperada reconstrucción de la obra inacabada de Orson Welles- como La balada de Buster Scruggs  (Joel y Ethan Coen) -reconocida con el premio al mejor guion- son, sin duda, trabajos que aparecerán en muchísimas listas y, sin embargo, he optado por prescindir de ellos, concentrando toda la experiencia veneciana en el gran acontecimiento del 2018: Roma, de Alfonso Cuarón. Es la primera vez que un film producido por una plataforma streaming se alza con el gran premio de uno de los festivales más importantes del planeta. Y yo tampoco iba a ser menos en encumbrarla puesto que, sin duda, ha sido para mí también,  la mejor película del año.

Construyo este top a la espera de poder visualizar, por fin, la Palma de Oro que el jurado otorgó a Un asunto de familia (Hirokazu Koreeda) en Cannes, y que, en caso de buscarle un hueco en mi elección, rompería la hegemonía europea –puesto que el íntimo homenaje que le rinde el japonés Nobuhiro Suwa a Jean-Pierre Léaud en El león duerme esta noche es prácticamente francesa- que domina la lista, ligeramente liberada por la emotiva La noche de 12 años, de Álvaro Brechner. Ni Burning (Lee Chang-dong), ni El hilo invisible (Paul Thomas Anderson), ni Zama (Lucrecia Martel), ni incluso El reverendo (Paul Schrader) han conseguido saciarme. Sí, en cambio, la desgarradora Dogman, la sensorial y estimulante oda vasca a la danza visualizada en Dantza, o la tierna y juguetona Caras y lugares.

No sería justo dejar sin mencionar que Cold War y Lazzaro feliz, se quedarán grabadas en la memoria de los espectadores –como ya lo hizo Call Me by Your Name a principios de año-, pero sintiéndolo mucho por la ausencia de Suspiria  (Luca Guadagnino), me gustaría concluir y cerrar mi Top 2018 citando una vez más a Netflix, que al financiar la brutal crónica realizada por Alessio Cremonini en En mi propia piel, ha conseguido que el escandaloso caso del romano Stefano Cucci –muerto tras recibir una paliza en manos de la policía- sea reabierto y replanteado en la capital italiana.

Patricia Marín
  1. Yo, Tonya, de Craig Gillespie (EE. UU)
  2. Tres anuncios a las afueras, de Martin McDonagh (UK)
  3. Good Time, de Benny y Josh Safdie (EE. UU)
  4. Call Me by Your Name, de Luca Guadagnino (Italia)
  5. En la playa de Chesil, de Dominic Cooke (UK)
  6. Bohemian Rhapsody, de Brian Singer (UK)
  7. La balada de Buster Scruggs, de Joel y Ethan Coen (EE. UU)
  8. Isla de perros, de Wes Anderson (EE. UU)
  9. Hereditary, de Ari Aster (EE. UU)
  10. Lady Bird, de Greta Gerwig (EE. UU)

Es una pena que muchas se han quedado en el cajón de “ya tendré tiempo para ver” (o quizás sea una suerte y me ahorre comerme la cabeza más de la cuenta). Mi top quizás sea extraño, puede que fácil, pero todas y cada una de esas películas se han quedado en mi mesita de noche como un libro al que recurrir de vez en cuando y del que siempre hay algo que aprender. La agresividad y fuerza de Yo, Tonya acabó por conectar con mi parte más visceral e impulsiva, ¿por qué no darle el número uno cuando veo tanto de mí en ella? Algo más idealizado pero parecido me ocurre con Tres anuncios a las afueras o con la frenética Good Time. El número cuatro y cinco comparten la delicadeza y naturalidad de sus directores, una mirada sincera y empática entre sus personajes y que, de algún modo me hicieron sentir responsable de todo lo que les ocurriese. No lo niego, me lo he pasado como una puta enana con Bohemian Rhapsody, los hermanos Coen y Anderson (Wes, no el otro). Hereditary me hipnotizó y Lady Bird me recordó demasiado a las tonterías que una puede llegar a hacer cuando es demasiado joven para entender las cosas.

Sí, este es mi top, más bien una lista de recomendación. No es perfecto pero que cada uno se lo tome como le dé la gana.

Good Time, de Benny y Josh Safdie (EE. UU)
Manuel Rodríguez
  1. Isla de perros, Wes Anderson (EE. UU)
  2. El hilo invisible, Paul Thomas Anderson (EE. UU)
  3. Call Me by Your Name, Luca Guadagnino (Italia)
  4. Cold War, Pawel Pawlikowski (Polonia)
  5. Fariña, Carlos Sedes y Jorge Torregrossa (España)
  6. El reverendo, Paul Schrader (EE. UU)
  7. Quién te cantará, Carlos Vermut  (España)
  8. Hereditary, Ari Aster (EE. UU)
  9. Ready Player One, Steven Spielberg (EE. UU)
  10. Heridas abiertas, Marc Noxon y Jean-Marc Vallée (EE. UU)

Desde el mes de febrero, el mes en el que vi El hilo invisible no tuve duda alguna en ser consciente de cuál sería mi película del año. Cualquier estreno de PTA se torna en  acontecimiento. Saber con un 99% de probabilidad de que la cinta te va a fascinar incluso antes de verla, unos pocos privilegiados lo consiguen. O los elegidos más bien. Sus imágenes magnéticas al son del director americano, sus interpretaciones, por una muy digna debutante y el, posiblemente, mejor actor de la historia y hasta una música casi celestial lo tiñen todo de pulcra perfección.

Sin embargo, lo bonito del cine, además de verlo, es su capacidad de nunca dejar de sorprender y en el mes de abril, otro maestro de también alta probabilidad de acierto cinematográfico estrenó filme: Wes Anderson, y su película era Isla de perros. Y esto caballeros, es lo grandioso, tener la certeza de que no habrá mejor película que X, y que solamente dos meses después, una cinta de animación (de las mejores en años) te la arrebate.

Estas dos películas bien se merecían acaparar la mitad de esta pequeña opinión. El resto es tan dispar como subjetivo. Me han gustado muchas películas, he odiado otras tantas (Perfectos desconocidos se merece la creación de los Razzies españoles y ganarlos todos durante años). Desde el melocotón de Call Me by Your Name, de Luca Guadagnino pasando por  la mejor película europea en años, Cold War, de Pawel Pawlikowski; hasta el comercio puro y duro de la imagen y del entretenimiento, que con Steven Spielberg al mando, rara vez saldrá mal: Ready Player One (con decir El resplandor merece la pena entrar en el top). El resto de cintas, por unos atributos o por otros se distinguen unas de otras para ocupar sus lugares. La fotografía y banda sonora de una (Quién te cantará, de Carlos Vermut), la puesta en escena y guión de otra (El reverendo y la vuelta de Paul Schrader) y la sorpresa del año para muchos, servidor incluido: Hereditary, de Ari Aster. El mundo del cine y los estrenos es inabarcable, y soy consciente de que aquí podría añadir, modificar e incluir muchos de los títulos que están o no están, pero no he podido ver todo y la gran oportunidad de incluir series me ha salvado el tipo. Y ellas son, la mejor serie española del año: Fariña, y la aportación de la nunca decepcionante HBO, Heridas abiertas T1.

Ready Player One, Steven Spielberg (EE. UU)
Carlos Rodríguez Martínez 
  1. El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (EE. UU)
  2. Climax, de Gaspar Noé (Francia)
  3. Burning, de Lee Chang-Dong (Corea del Sur)
  4. Isla de perros, de Wes Anderson (EE. UU)
  5. Hereditary, de Ari Aster (EE. UU)
  6. Purasangre, de Cory Finley (EE. UU)
  7. Deadpool 2, de David Leitch (EE. UU)
  8. The Rider, de Chloé Zhao (EE. UU)
  9. Un lugar tranquilo, de John Krasinski (EE. UU)
  10. Suspiria, de Luca Guadagnino (Italia)

Estrenada a primeros de año, El hilo invisible hizo de su perfeccionismo la mejor baza para posicionarse por encima de toda producción cinematográfica. Su puesta en escena al medido servicio de su personaje es una pura lección histórica de cine, recogiendo las mejores esencias de Alfred Hitchcock y Stanley Kubrick. Un perfeccionismo puro irremediablemente necesario en Isla de perros, donde cada pequeño gesto de cada personaje condensa todo un estilo autoral que define de principio a fin a su director Wes Anderson. Perfeccionismo que tornamos en pura libertad para hablar de Climax, representación expresionista de la Francia de nuestros días y de su incierto futuro. Como inciertos son los personajes del cuento de Murakami que Lee Chang-Dong adaptó en Burning, un thriller a fuego muy lento sobre el fracaso vital. El año 2018 ha sido sin duda el del empoderamiento y justicia feminista, Suspiria y Purasangre, el de producciones independientes sobre el destino, Hereditary, y el destino truncado, The Rider y el de la consagración de un joven director como John Krasinski, que en Un lugar tranquilo enmudece a sus personajes para que sea el diseño de sonido el que haga avanzar la narrativa de un relato postapocalíptico. Completa la guinda del top del año el blockbuster más deslenguado, que supera a su antecesor y abre fronteras a la factoría Marvel para absolutamente todo; Deadpool 2.

 

Felipe Rodríguez Torres (sin orden)
  • Los archivos del Pentágono, de Steven Spielberg (EE. UU)
  • The Florida Project, de Sean Baker (EE. UU)
  • El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (EE. UU)
  • Vengadores Infinity War, de Anthony y Joe Russo (EE. UU)
  • Hereditary, de Ari Aster (EE. UU)
  • Quién te cantará, de Carlos Vermut (España)
  • Roma, de Alfonso Cuarón (México)
  • Las distancias, de Elena Trapé (España)
  • Cold War, de Pawel Pawlikowski (Polonia)
  • Suspiria, de Luca Guadagnino (Italia)

2018 ha sido un estupendo año cinematográfico, tanto que hay películas que lamentablemente he tenido que dejar fuera. Es el caso de por ejemplo Call Me by Your Name de Luca Guadagnino, que aunque pueda parecerme un título más redondo que su peculiar y personal revisitación de la Suspiria de Argento, cierto es también que esta última ha dejado un poso mayor tras su visionado y será una cinta que revisitaré más a menudo en los próximos años. Entre los diez títulos seleccionados se encuentran cintas de muy diferente pelaje, desde unos Los archivos del Pentágono, tan actual y necesaria, como heredera del cine político de los años 70 y donde Spielberg entrega una lúcida pequeña gran película, hasta un gran artefacto de la industria hollywodiense como puede ser Vengadores Infinity War, cumbre del cine de gran espectáculo al que más allá de su excesiva duración, poco más puede exigírsele a un entretenimiento palomitero y pop como esta definitiva aproximación al universo Marvel. También hay que destacar la gran revelación del terror intelectualizado de este 2018 como es Hereditary, donde el género de casas encantadas se torna en un crudo análisis de las complicadas relaciones familiares, o The Florida Project, donde el cine social se transforma en un cuento de hadas ácido donde el sueño americano enseña su peor pero también más emotiva cara. Sin olvidar el relato de tintes góticos preciso y vaciado como puede ser El hilo invisible de un pletórico Paul Thomas Anderson. Destacar también dos trabajos donde la forma y el fondo se fusionan, para entregar dos obras tan precisas, íntimas y contenidas, como monumentales: Cold War y Roma. Dos obras mayores donde el juego formalista y la distancia entre el realizador y su obra, acaban ofreciendo dos películas donde la subjetividad del espectador rellena aquello sugerido por los fotogramas del filme. Y para terminar, dos cintas españolas espléndidas, muy diferentes entre ellas y que lamentablemente el público patrio les ha dado la espalda: Las distancias y Quién te cantará. El primero, ópera prima parca, claustrofóbica y desoladora acerca de la decadencia de las amistades de la juventud y la segunda, un ejercicio de estilo ambiguo y abierto a múltiples interpretaciones, donde los fantasmas de la memoria y la disolución de la identidad, dan como resultado uno de los enigmas más fascinantes del 2018 y que confirman a Carlos Vermut como uno de los autores españoles más interesantes del panorama actual.

 

Enrique Pérez Acosta
  1. El hilo invisible, Paul Thomas Anderson (EE.UU)
  2. Roma, Alfonso Cuarón (México)
  3. Western, Valeska Grisebach (Alemania)
  4. El reverendo, Paul Schrader (EE.UU)
  5. Infiltrado en el kkklan, Spike Lee (EE.UU)
  6. Zama, Lucrecia Martel (Argentina)
  7. Caras y lugares, Agnès Vardá y Jean René (Francia)
  8. Isla de perros, Wes Anderson (EE.UU)
  9. Amante por un día, Philippe Garrel (Francia)
  10. Hereditary, Ari Aster (EE.UU) 

Y volvemos a los caprichos del top 10, a los azares del porqué una película sí y otra no. Y esta lista no es sino un antojo, una especie de bocado a un buen año audiovisual. Y a pesar de intentar aplicar algún aleatorio rigor, valga la paradoja, el orden de esta lista de películas podría variar según por donde me diera el viento. Es por ello que en este juego prefiero nombrar aquellas otras películas que me han marcado de una forma u otra pero que no han podido colarse entre el 1 y el 10 del top: Cold War, de Pawel Pawlikowski; Burning, de Lee Chang-dong, The Florida Project, de Sean Baker, El león duerme esta noche, de Nobuhiro Suwa, Un asunto de familia, de Hirokazu Koreeda, La balada de Buster Scruggs, de Joel y Ethan Coen; Lady Bird, de Greta Gerwig, Lucky, de John Carroll Lynch; o Thelma, de Joachim Trier. 

Con todo, no puedo sino agradecer que la mirada y la sesera se hayan visto plenamente reconfortadas al sentarse frente a una pantalla para habitar tan variopintos mundos.

Infiltrados en el KKKlan - Revista Mutaciones
Infiltrado en el kkklan, Spike Lee (EE.UU)
Álvaro Pérez
  1. Roma, de Alfonso Cuarón (México)
  2. Zama, de Lucrecia Martel (Argentina)
  3. El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (Estados Unidos)
  4. Isla de perros, de Wes Anderson (Estados Unidos)
  5. Girl, de Lukas Dhont (Bélgica)
  6. Cold War¸ de Pawell Pawlikowksi (Polonia)
  7. Arde Madrid, de Paco León (España)
  8. Ready Player One, de Steven Spielberg (Estados Unidos)
  9. Mary y la flor de la bruja, de Hiromasa Yonebayashi (Japón)
  10. El hombre que mató a Don Quijote, de Terry Gillian (Reino Unido)

Un año de cine es un bonito baile de máscaras. Una linda fiesta donde poder coquetear con la epidermis del celuloide y empaparse de cientos de miradas. He aquí las parejas de baile que he escogido, mi pequeña crónica de la historia del cine. Arrogante e insincero sería decirles que están son las mejores películas del presente año. Son las que me han perturbado, aquellas que me dejaron helado e intranquilo tras salir del cine, o con tal fantasía sobre los hombros que no cupiera en mis casillas. Estás son las películas que me han hecho sentirme vivo, tesoros para la filmoteca de mi vida.

 

Javier Valera
  1. Call Me by Your Name, de Luca Guadagnino (Italia)
  2. Cold War, de Pawel Pawlikowski (Polonia)
  3. Las distancias, de Elena Trapé (España)
  4. Roma, de Alfonso Cuarón (México)
  5. Entre dos aguas, de Isaki Lacuesta (España)
  6. Viaje al cuarto de una madre, de Celia Rico (España)
  7. Clímax, de Gaspar Noé (Francia)
  8. Girl, de Lukas Dhont (Bélgica)
  9. Malos tiempos en el Royale, de Drew Goddard (Estados Unidos)
  10. Ha nacido una estrella, de Bradley Cooper (Estados Unidos)

Esto de realizar un top con solo diez películas de todas las que se han estrenado durante este año se hace complicado y por lo tanto solo se puede realizar una lista caprichosa con los filmes que más nos han llamado la atención, pero solo hay algunos  títulos, no están todos. El año empezó con la aplaudida Call Me by Your Name (Luca Guadagnino), unas semanas antes se estrenó 120 pulsaciones por minuto (Robin Campillo, 2017) que se queda fuera de la lista por cuestión de números porque forma parte también de lo mejorcito del año. Mi lista está un tanto influenciada por mi paso por el Festival de San Sebastián donde destacaron, entre las demás películas, lo nuevo de Isaki Lacuesta, Entre dos aguas, en la que habla de la difícil situación que se vive en los ambientes marginales;  también destacar la belleza amarga y triste que refleja Pawlikowski en cada plano de su brillante Cold War. También fue destacable la sencillez de Celia Rico con Viaje al cuarto de una madre y la trepidante Malos tiempos en el Royale junto con la necesaria  -aunque sea un término que detesto- y bien resuelta Girl. En Roma, Cuarón realiza una película de mujeres, donde son ellas las únicas protagonistas de las historias, mujeres que no necesitan la figura del hombre para seguir adelante con sus vidas, y de la fugacidad de la vida universitaria habla Las distancias donde Elena Trapé expone la difícil situación de afrontar el desgaste de las amistades. Y para desgaste por el éxito el que refleja Bradley Cooper en su ópera prima, Ha nacido una estrella, que fue otra de las sorpresas de San Sebastián por su remake más que aceptable. De locuras y drogas habla Gaspar Noé en Clímax otra de las películas de mi año, Noé tiene la capacidad de perturbar con lo que muestra en pantalla en todo momento, y si perturba es porque algo habrá hecho bien.  Se me quedan muchas películas en el tintero, desde lo último de José Luis Cuerda, Tiempo después, hasta la sorprendente Dogman de Mateo Garrone, Tu hijo de Miguel Ángel Vivas, Lucky de John Carrol Lynch o las interesantes propuestas de Carlos Vermut con Quién te cantará o la de Arantxa Echevarría, Carmen y Lola. Pero esto es así, son diez y no caben todas, esperemos que el año que viene su supere el nivel de este año. Un buen año de cine.

COLABORADORES

Cristina Aparicio
  1. Caras y lugares, de Agnés Vardá (Francia)
  2. Un lugar tranquilo, de John Krasinski (EE.UU)
  3. El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (EE.UU)
  4. Roma, de Alfonso Cuarón (México)
  5. La forma del agua, de Guillermo del Toro (EE.UU)
  6. Apuntes para una película de atracos, de León Siminiani (España)
  7. Viaje al cuarto de una madre, de Celia Rico (España)
  8. Lucky, de John Carroll Lynch (EE.UU)
  9. El reverendo, de Paul Schrader (EE.UU)
  10. La novia del desierto, de Cecilia Atán y Valeria Pivato (Argentina)

En un año repleto de grandes títulos, los espacios se convierten en protagonistas absolutos de historias de conquistas, de dejarse deslumbrar por todo aquello que quepa dentro del cuadro ya sea a través de la humanización del espacio público (imprimiendo monumentales rostros en paredes como en Caras y lugares), desestabilizando un sistema de clases, económico y social (bajando al subsuelo de la ciudad a través de las alcantarillas como en Apuntes para una película de atracos), o redescubriendo al otro y a uno mismo desde la intimidad del hogar (Viaje al cuarto de una madre) o desde el asiento del copiloto (La novia del desierto). Deslumbrados por las formas, destaca la minuciosidad de los trabajos de directores tan dispares como Paul Thomas Anderson, Alfonso Cuarón, Paul Schrader, John Krasinski o Guillermo del Toro (o incluso Kogonada y Wes Anderson), que encuentran la manera de oxigenar unos relatos perfectamente milimetrados gracias, en parte, a las zonas de luz que desprenden sus historias. Hay una odisea que atraviesa muchos de estos títulos, una aventura capaz de traducirse en imágenes, que se nutre del cine y juega con sus propios parámetros para diseccionar algunos de los miedos del ser humano. Y es que no hay mayor temor que la conquista de uno mismo, algo que queda bien reflejado en Lucky, donde una mirada a cámara se convierte en la más valiosa y abrumadora  de las verdades.

 

Antonio M. Arenas
  1. El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (Estados Unidos)
  2. Al otro lado del viento, de Orson Welles (Francia)
  3. El león duerme esta noche, de Nobuhiro Suwa (Francia)
  4. Lazzaro feliz, de Alice Rohrwacher (Italia)
  5. En tránsito, de Christian Petzold (Alemania)
  6. La cámara de Claire, de Hong Sangsoo (Corea del Sur)
  7. Petra, de Jaime Rosales (España)
  8. Isla de perros, de Wes Anderson (Estados Unidos)
  9. Amante por un día, de Philippe Garrel (Francia)
  10. El reverendo, de Paul Schrader (Estados Unidos)
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En tránsito, de Christian Petzold (Alemania)
Sergio de Benito
  1. Amante por un día, de Philippe Garrel (Francia)
  2. El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (Estados Unidos)
  3. El reverendo, de Paul Schrader (Estados Unidos)
  4. Petra, de Jaime Rosales (España)
  5. Entre dos aguas, de Isaki Lacuesta (España)
  6. Thelma, de Joachim Trier (Noruega)
  7. Viaje al cuarto de una madre, de Celia Rico Clavellino  (España)
  8. 120 pulsaciones por minuto, de Robin Campillo (Francia)
  9. El león duerme esta noche, de Nobuhiro Suwa (Francia)
  10. Rodin, de Jacques Doillon (Francia) / Mudar la piel, de Ana Schulz y Cristóbal Fernández (España)

Si el valor de los listados anuales es en sí circunstancial y pasajero, limitarlos por necesidad a las películas estrenadas comercialmente los transforma en algo aún más anecdótico. Varias de las mejores obras vistas el pasado 2017 en festivales españoles figuran ahora en la presente relación, pero otras muchas de ellas ni siquiera llegarán a nuestras salas o plataformas. Por eso, uno de los principales valores de una lista tan fuertemente condicionada es atender y reconocer a quienes han hecho posible que algunos cines españoles hayan acogido títulos de Philippe Garrel o Nobuhiro Suwa, algo que rara vez había sucedido antes; y desear asimismo que las grandes películas que durante este 2018 han firmado Radu Jude, Federico Veiroj o incluso Hong Sang-soo –ahora de nuevo sin distribución después de un ciclo afortunado–, puedan correr la misma suerte y terminen siendo susceptibles de aparecer en el listado del próximo año.

En otro orden de cosas más global, quizá la gran noticia de la producción del año que acaba haya que situarla en el espléndido nivel del cine hecho en España, refrendado tanto por las grandes obras de cineastas punteros (Jaime Rosales, Isaki Lacuesta) como por un admirable nivel medio de las óperas primas y segundas películas, en cuya cosecha han destacado con impetuosa fuerza los nombres femeninos (Celia Rico Clavellino, Xiana do Teixeiro, Meritxell Colell, Elena Trapé, Carolina Astudillo). Atendiendo a la proyección de estas y otras cineastas, sólo cabe esperar que esta fantástica tendencia pueda mantenerse en el tiempo, e igualmente, aunque hoy por hoy suene a quimera, que la exhibición de muchas de ellas en el circuito pueda tener lugar de una forma más normalizada, acorde a su merecido reconocimiento crítico.

 

Gabriel Doménech
  1. Burning, de Lee Chang Dong (Corea del Sur) 
  2. El reverendo, de Paul Schrader (EE.UU) 
  3. El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (EE.UU) 
  4. Lazzaro feliz, de Alice Rohrwacher (Italia) 
  5. Cold War, de Pawel Pawlikowski (Polonia)
  6. Dogman, de Matteo Garrone (Italia) 
  7. ?, de Johann Lurff (Austria) 
  8. ¿Quién es América?, de Sacha Baron Cohen (EE.UU) 
  9. Nervous Translation, de Shireen Seno (Filipinas) 
  10. Zama, de Lucrecia Martel (Argentina) 

Ceñirse a los estrenos comerciales deja fuera de esta lista (un intento como cualquier otro de poner puertas al campo) algunas piedras de toque sin las cuales mi particular andadura anual no tendría sentido: Black Mother (Khalik Allah, 2018), Io sono Valentina Nappi (Monica Stambrini, 2017) o The Trial (Serguei Loznitsa, 2018), entre tantas otras. Por otra parte, no hace falta señalarlo, lo “mejor del año” no tiene por qué venir marcado por la actualidad. Probablemente lo más gratificante que haya tenido la suerte de ver sean la televisión o el cine que el pasado guarda para nosotros.

 

Igor Fernández
  1. Climax, de Gaspar Noé (Francia)
  2. El reino, de Rodrigo Sorogoyen (España)
  3. Lo que esconde Silver Lake, de David Robert Mitchell (EE. UU)
  4. El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (EE. UU y Reino Unido)
  5. Suspiria, de Luca Guadagnino (Italia y EE. UU)
  6. Hereditary, de Ari Aster (EE. UU)
  7. Roma, de Alfonso Cuarón (México y EE. UU)
  8. No te preocupes, no llegará lejos a pie, de Gus Van Sant (EE. UU)
  9. Mandy, de Panos Cosmatos (EE. UU)
  10. El Ángel, de Luis Ortega (Argentina)

Este año me he perdido estrenos de la talla de Lazzaro Feliz, Cold War o lo nuevo de Vermut. Por esa misma razón siento que algún que otro título de esta lista no deja de ser un simple añadido.

De todas las películas de la lista solo una me ha apasionado realmente. Al igual que hace cinco años Solo Dios perdona, de Nicolas Winding Refn (2013), alteró mi percepción sobre aquello que quería ver, sentir y contemplar en una pantalla. Este año la historia obsesiva parece repetirse con Climax. Después de verla cinco veces en el cine, soy incapaz de esperar a que salga en Blu-ray.

No será la obra maestra del argentino pero nunca hasta la fecha había podido apreciar una belleza semejante en una pantalla a la de estos cuerpos en movimiento. El primer plano secuencia es hipnótico y resulta más fascinante con cada nuevo visionado. Climax consigue transmitir pasión por la danza urbana y autodidacta a aquellos que siempre desertamos de ella.

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Lo que esconde Silver Lake, de David Robert Mitchell (EE. UU)
Iván Ginés
  1. Amante por un día, de Philippe Garrel (Francia)
  2. Madame Hyde, de Serge Bozon (Francia)
  3. El león duerme esta noche, de Nohubiro Suwa (Francia)
  4. La cámara de Claire, de Hong Sang-soo (Corea del Sur)
  5. Los fantasmas de Ismael, de Arnaud Desplechin (Francia)
  6. Ternura y la tercera persona, de Pablo Llorca (España)
  7. Viudas, de Steve McQueen (Reino Unido)
  8. Burning, de Lee Chang-Dong (Corea del Sur)
  9. Barbara, de Mathieu Amalric (Francia)
  10. Western, de Valeska Grisebach (Alemania)

No hay otra forma de comenzar este comentario que lamentando la falta de distribución de tantas y tantas películas mejores que la gran mayoría de lo estrenado en España este año. Me entristece tener que completar mi listado con títulos que me parecen poco más que estimables, como es el caso de Burning, Barbara y Western, que han entrado en él del mismo modo que podrían haberlo hecho The Guilty, El aviso, Misión Imposible: Fallout, Las distancias, Suspiria, Un bello sol interior, Durante la tormenta, Petra, Todos lo saben o Thelma. En cuanto a la (s)elección realizada, considero que los filmes de Garrel, Bozon, Suwa y Hong son obras maestras, situándose un par de escalones por debajo lo último de Desplechin, y otros dos más las películas de Llorca y McQueen.

Hay que restarle valor a un top que ni siquiera se acerca a revelar el verdadero estado del cine a nivel internacional, puesto que las ausencias son igual o más grandes que las presencias. Ahora queda confiar en que tengamos suerte y 2019 sea un año más justo en lo que a la distribución cinematográfica se refiere, pudiendo juntarse dos o tres Hong Sang-soo (de momento solo hay uno con fecha de estreno pendiente), los nuevos Godard y Assayas y la estupenda Genèse de Philippe Lesage, además de alguna que otra sorpresa y de todo lo que aún está por verse.

 

Borja González Lorente
  1. 120 pulsaciones por minuto, de Robin Campillo (Francia)
  2. Petra, de Jaime Rosales (España)
  3. Burning, de Lee Chang-Dong (Corea del Sur)
  4. Sin amor (Loveless), de Andrey Zvyagintsev (Rusia)
  5. Heartstone, corazones de piedra, de Guðmundur Arnar Guðmundsson (Islandia)
  6. Custodia compartida, de Xavier Legrand (Francia)
  7. Las distancias, de Elena Trapé (España)
  8. The Florida Project, de Sean Baker (EE. UU)
  9. Roma, de Alfonso Cuarón (México)
  10. Un lugar tranquilo, de John Krasinski (EE. UU)

La clasificación de lo mejor del año puede llegar a ser tan injusta como volátil, el tiempo podría mutarla en otra completamente diferente en la que se incorporaran títulos que lamentablemente no pude ver o reconsiderara otros que me hubiese gustado incluir. Hoy, me quedé con estos.

El listado lo encabeza 120 pulsaciones por minuto. La película de Campillo ha sido capaz de atravesar la historia del colectivo de activistas que la protagonizan para situar la piel, los cuerpos sudorosos o las voces al servicio de la lucha. Otras obras han manejado el dolor y la angustia de sus protagonistas desde diferentes perspectivas: Petra, como un muro imposible de superar; Sin amor (loveless), como componente humana; Heartstone, corazones de piedra, como dualidad del cariño; o Roma, en el conflicto con el otro. Custodia compartida, Las distancias y Florida Project han modulado con diferentes intensidades diversas problemáticas sociales contemporáneas. Y por último, Burning y Un lugar tranquilo han manejado la tensión desde ángulos diferentes, si en la Coreana se gestaba en la sospecha, en la de Krasinski sería el silencio el que atemorizaba.

El tiempo determinará cómo de importante será el 2018. Prefiero no entrar en comparaciones con otros años, lo que sí que es cierto es que se siguen produciendo obras que sustentan nuestra admiración frente a una pantalla, que nos conmueven o que alimentan nuestra curiosidad cinematográfica para el próximo curso.

 

Mario Iglesias
  1. La fábrica de nada, de Pedro Pinho (Portugal)
  2. Marguerite Duras. París, 1944, de Emmanuel Finkiel (Francia)
  3. Petra, de Jaime Rosales (España)
  4. Amante por un día, de Philippe Garrel (Francia)
  5. Zama, de Lucrecia Martel (Argentina)
  6. La última bandera, de Richard Linklater (Estados Unidos)
  7. Burning, de Lee Chang-Dong (Corea del Sur)
  8. El reverendo, de Paul Schrader (Estados Unidos)
  9. Invitación de boda, de Annemarie Jacir (Palestina)
  10. Un sol interior, de Claire Denis (Francia)

La ausencia de obra maestra alguna en el panorama de los estrenos comerciales de 2018 no fue tan grave como la sensación de que no existe la suficiente coherencia estética que permita identificar cualquier forma de comunidad entre los cineastas más destacados de la temporada. Cada uno parece hacer la guerra por su cuenta, aunque ello no impide que podamos entresacar un evidente síntoma de época: el pesimismo. Para los cineastas, el mundo va a peor, pero a tenor de lo visto y a pesar de la mencionada carencia de una película sobresaliente que marque el paso, el cine no: la cosecha de 2018 ha sido notable; la capacidad de al menos dos decenas de largometrajes para cuestionar e interpelar al presente o a un pasado próximo y extraer de él las huellas de la miseria cotidiana han seguido dotando de sentido la ingrata, y por veces ruinosa, tarea de dar a luz una película. Si destaco La fábrica de nada, película no superior a las tres siguientes de la lista, es por ciertas singularidades (su duración, su valentía, su verdad, su veracidad) que hacen que su llegada a las salas sea la que más aplausos, en mi opinión, merece.

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Burning, de Lee Chang-Dong (Corea del Sur)
Yago Paris
  1. Devilman crybaby, de Masaaki Yuasa (Japón)
  2. Al otro lado del viento, de Orson Welles (Francia)
  3. El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (Estados Unidos)
  4. Isla de perros, de Wes Anderson (Estados Unidos)
  5. Mandy, de Panos Cosmatos (Estados Unidos)
  6. Lazzaro feliz, de Alice Rohrwacher (Italia)
  7. La forma del agua, de Guillermo del Toro (Estados Unidos)
  8. Lady Bird, de Greta Gerwig (Estados Unidos)
  9. Western, de Valeska Grisebach (Alemania)
  10. Un lugar tranquilo, de John Krasinski (Estados Unidos)

Por motivos de distribución, el destino ha conspirado para que mi largometraje favorito de 2018 no esté en la lista que he compartido con Revista Mutaciones. Estrenado en la última semana del año, en plena navidad, Lo que esconde Silver Lake se ha colado con disimulo en la cartelera española y, de paso, en mi mente, un lugar este último que dudo mucho que alguna vez abandone. El tercer filme de David Robert Mitchell explora los callejones del cine negro en un ejercicio metacinematográfico de múltiples capas, desde el puro posmodernismo hasta la reflexión filosófica sobre el mero acto de la creación artística. ¿Cabe la posibilidad de crear sin influencias de obras anteriores? ¿Cuál es el rol de la cultura en nuestra vida, en la sociedad del espectáculo, en la era de la fagocitación de imágenes? Con un tono que podría tildarse de heredero del ridículo sublime que, a juicio de Slavoj Žižek, caracteriza al cine de David Lynch, el director de It Follows despliega un complejo discurso sobre la metarreferencialidad que cuestiona, entre otros muchos aspectos, todo aquello que el autor estadounidense ha venido haciendo hasta ahora en su escueta pero apasionante filmografía.

 

Daniel Reigosa
  1. El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (EE. UU)
  2. Burning, de Lee Chang-dong (Corea del Sur)
  3. Lázaro feliz, de Alice Rorhwacher (Italia)
  4. Cold War, de Pawel Pawlikowski (Polonia)
  5. Good Time, de Ben Safdie y Joshua Safdie
  6. Call Me by Your Name, de Luca Guadagnino (Italia)
  7. The Florida Project, de Sean Baker (EE. UU)
  8. La última bandera, de Richard Linklater (EE. UU)
  9. Viaje al cuarto de una madre, de Celia Rico (España)
  10. Petra, de Jaime Rosales (España)

Extra: The Night I Swam, de Damien Manivel y Kogei Haragashi; Kuro, de Joji Koyama y Tujiro Noriko (ambas estrenadas en la plataforma Mubi) y An Elephant Sitting Still, del malogrado Hu Bo (todavía sin fecha de estreno)

En un año marcado en lo personal por el traslado de los visionados en la pantalla grande del cine al salón de mi casa (por razones de encierro domiciliario a causa de la oposición y por la compra de un proyector que me ha hecho más llevadero el cambio), se da la circunstancia de que de mi top del año siguen dominando las películas vistas en el cine (7 de las 10 primeras) con lo cual deduzco que mi breve selección de escapadas ha resultado muy acertada. Domina la lista Paul Thomas Anderson (como no podía ser de otra forma) con su mejor película hasta la fecha para el que escribe. Una retorcida y perversa historia de amor que muestra una comunión perfecta ente fondo y forma y cuenta, además, con una banda sonora que confirma a Jonny Greenwood como uno de los músicos más complejos en el panorama cinéfilo. En segundo lugar la película, también retorcida, del director que más he echado de menos en estos años (9 años desde la excelente Poesía), que cuenta con varias de las mejores escenas del año (ese baile al ritmo de Miles Davis, ese final hipnótico). Completa el top tres la película de Alice Rorhwacher, un canto amargo a la bondad como elemento atemporal. Cierran el top dos películas españolas, la formidable Viaje al cuarto de una madre y Petra, una obra magnífica sobre la humillación, el perdón y la redención. Sirva este texto también de reconocimiento a varias películas que no han entrado en el top por muy poco: El reverendo (Paul Schrader), Amante por un día (Philippe Garrel), Girl (Lukas Dhont), La última bandera, (Richard Linklater) o Zama (Lucrecia Martel).

 

Javier Rueda
  1. Burning, de Lee Chang-dong (Corea del Sur)
  2. El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (EE. UU)
  3. El león duerme esta noche, de Nobuhiro Suwa (Francia)
  4. Atlanta 2ª Temporada, de Donald Glover (EEUU)
  5. Western, de Valeska Grisebach (Alemania)
  6. Zama, deLucrecia Martel (Argentina)
  7. El reverendo, de Paul Schrader (EE. UU)
  8. La fábrica de nada, de Pedro Pinho (Portugal)
  9. La chica del tambor, de Park Chan-Wook (Reino Unido)
  10. Good Ttime, de Ben y Joshua Safdie (EE. UU)

En un año de altísima calidad en el audiovisual, las tres primeras películas reformulan con el mismo nivel de excelencia la pulsión de muerte sin ningún atisbo de misantropía. Matar en la ficción (Chan-dong), matar amando (Anderson) y la luminosa terapia del cine acerca de la muerte (Suwa). Se me colaron dos obras provenientes del audiovisual televisivo; la obra maestra de Glover a través de un glosario del terror de lo cotidiano y el delicioso tratamiento de Park Chan-wook del género de espías, por medio de la metáfora del teatro y sus máscaras. Nombres femeninos, como los de Valeska y Lucrecía, que filmaron naufragios masculinos cegados por las estructuras de poder. El soplo de aire fresco al cine social de La fábrica de nada y dos extremos de los márgenes del cine norteamericano. Schrader entregando su mejor película como director y los hermanos Safdie incendiando la pantalla con intensidad y clasicismo. Eso, un gran año de cine.

El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson (EE. UU)

Un comentario en «EL MEJOR CINE DE 2018 – TOPS INDIVIDUALES»

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