MARTIN EDEN
El mito del individualismo
Martin Eden es un héroe. Un veinteañero sin cultura que es acogido por una familia aristocrática después de librar a uno de sus hijos de una pelea. Con ellos descubre la poesía de Baudelaire y en ella encuentra un anhelo de belleza que le lleva a prescindir de su trabajo de marino para dedicarse a la literatura. Martin Eden es un héroe porque desliga su cometido (convertirse en escritor) de las condiciones materiales que le sustentan (pagar el alquiler de una habitación sin puertas en la casa de su hermana, poder alimentarse o vestirse). El deseo de Martin de convertirse en escritor para progresar de estrato social está alimentado por el estilo de vida de los aristócratas, por sus aires refinados y sus ínfulas culturas de las que se queda prendado. Martin Eden es un héroe que cambia su manera de vestir, su forma de ser y su profesión, un héroe que piensa en agradar a su nuevo entorno para alcanzar el amor de Elena Orsini, hija de la familia de aristócratas, aunque, desgraciadamente, es un héroe sin premio: sus cuentos y novelas no son aceptados por revistas y editoriales, y su nuevo entorno se burla de sus escritos.
Un hecho más marca los inicios literarios de Martin Eden: entre los escritores que comienza a leer se queda cautivado con las ideas de la obra de Herbert Spencer. En los ensayos del filósofo y naturalista británico, impulsor del darwinismo social, Martin encuentra las motivaciones ideológicas que sustentan su cambio radical: un individualismo forjado en la competición que provoca la selección natural de los más fuertes, así como un desprecio a cualquier tipo de organización política o social.
La película de Pietro Marcello, Martin Eden (2019), está basada en la novela homónima de Jack London (1908-1909), obra con elementos autobiográficos que el californiano publicó después de haberse consagrado en el mundo literario. Podríamos decir que, si London escribió Martin Eden para las generaciones futuras advirtiéndolas del peligro de un mundo individualista, Marcello lo hace para las generaciones contemporáneas, víctimas de la falacia del emprendedor. El héroe Martin Eden que retrata London a principio del siglo XX es el mismo héroe emprendedor de principios del siglo XXI.
Sin duda, trasladar el material de London a la Italia de principio del siglo XX para hallar similitudes espaciales y que a la par realice una reflexión contemporánea es una extrapolación arriesgada. Sin embargo, la destreza de Marcello le permite encontrar diversas soluciones para canalizar sus intenciones. Para conseguirlo mantiene una ambientación y contexto de época, asemejándose al material original de London, y recurre a una puesta en escena atiborrada de elementos: mezcla música electrónica minimalista con canciones tradicionales en las transiciones entre episodios de la vida de Martin, utiliza la voz en off para el narrado de cartas o rompe con la cuarta pared para partir el hilo narrativo de la historia. El resultado es un complejo androide con elementos atemporales, tan cautivadores como sorprendentes.
Martin Eden respeta el material original, lo que para los lectores de la novela o de las biografías de Jack London no supondrá ninguna sorpresa el desenlace de la película. Para los que no la conocen, solo decir que Martin termina triunfando en el mundo literario, sus cuentos son aceptados por las revistas, sus novelas comienzan a tener difusión y los aristócratas que le despreciaban terminan rendidos ante su talento. Su paupérrimo escritorio en una casa compartida con una familia se convierte en una mansión con todos los lujos. Sus antiguas vestimentas obreras ahora son trajes extravagantes acompañados de un bastón que no precisa. Y su antiguo carácter conciliador y simpático ahora es amargado e irascible, marcado con aires de grandeza. Martin es un héroe moderno hecho a sí mismo, pero también autodestruido. El mito del darwinismo social convertido en cenizas humanas.
Martin Eden (Italia, 2019)
Dirección: Pietro Marcello / Guion: Maurizio Braucci, Pietro Marcello (Novela: Jack London) / Reparto: Luca Marinelli, Carlo Cecchi, Jessica Cressy, Denise Sardisco, Vincenzo Nemolato, Carmen Pommella, Autilia Ranieri, Marco Leonardi, Savino Paparella / Producción: Viola Fügen, Beppe Caschetto, Thomas Ordonneau, Michael Weber / Fotografía: Alessandro Abate, Francesco Di Giacomo / Edición: Fabrizio Federico, Aline Hervé / Música: Marco Messina, Sacha Ricci
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