MADRE!
Madre, principio y fin
A Darren Aronofsky, al parecer, solo le hicieron falta cinco días para vomitar el guion de Madre!. La película es un impulso violento contenido en el estómago, y se nota. El director neoyorkino ejecuta una obra vertiginosa, ágil, nerviosa, excesiva, fugaz e indomable. Para muchos será un viaje indigesto y para otros una experiencia inigualable; algo así como una travesía en barco un día de tormenta. La premisa inicial es simple: una pareja habita una casa en medio de la nada. No hay caminos ni carreteras que conecten el edénico hogar con la sociedad. Ella (Jennifer Lawrence) reconstruye una casa de sus cenizas y se encarga del menaje. Él (Javier Bardem) es un poeta en fase de creación. Ella es una alegoría del planeta tierra, madre naturaleza. Él una metáfora de dios. No obstante, la tranquilidad de la pareja se ve alterada con la llegada de desconocidos que perturban el paraíso y abren las puertas al infierno. Madre! es una exclamación, un síntoma de las preocupaciones y las pasiones cinematográficas del director, y también, su ego; su cosmogonía.
El personaje interpretado por Jennifer Lawrence propone la paleta de colores que el director va a emplear mientras prueba de qué color pintar una de las estancias de la casa. Tonos telúricos y ocres emparentados con la tierra. De esa gama cromática no se aparta Aronofsky, en clara consonancia con su personaje-mundo, y también, como corrección consciente de lo barroco de una puesta en escena agresiva y desbocada. De menos a más, la cámara en mano agita el pulso de un metraje al que no le queda más opción que dar vueltas sobre su propio eje, su propio mundo, la casa. Si hiciéramos el imaginario ejercicio de desplegar el material montado sobre una tabla o un tríptico, estaríamos ante un extraño cruce entre El carro de heno y El jardín de las delicias de El Bosco. Sátiras alucinadas plagadas de personajes alegóricos, oníricos y surrealistas qué llevan en sus relatos, como en Madre!, el principio y el fin, el Alfa y el Omega, la cara y la cruz de un mundo que se desmorona.
Aronofsky expone una visión negativa de la humanidad, una arcada ecológica que centra el drama en el rostro de sus protagonistas. Sobre todo en el de ella, una Jennifer Lawrence que es centro y margen de la película, un personaje totémico invadido, colonizado y desplazado. Boquiabierto, el espectador queda atrapado en el río de imágenes, en el reguero de cuerpos, en la cualidad desbordante del sonido. La obra del director es un riesgo cinematográfico que ha sembrado la polémica: un objeto que abuchear para los iconoclastas o un púlpito que adorar para los que endiosan figuras. Con el sabor de una broma infinita, la película se presenta como un imposible, como visitar Roma en un día, una alegoría desenfrenada que hay que visitar aunque no te den los ojos.
Enrique Pérez Acosta
Madre! (Mother!, EEUU, 2017)
Dirección: Darren Aronofsky / Guión: Darren Aronofsky / Producción: Scott Franklin, Ari Handel, Mark Heyman, Jeff G. Waxman y Josh Stern para Protozoa Pictures / Música: Jóhann Jóhannsson / Montaje: Andrew Wesiblum / Fotografía: Matthiew Libatique / Diseño de producción: Philip Messina / Reparto: Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Michelle Pfeiffer, Ed Harris, Brian Gleeson, Domhall Gleeson
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