MADAME WEB
Una telaraña muy enredada en el multiverso Spider-man
Hace unos años, Sony Pictures empezó ampliar un universo alejado del UCM (Universo cinematográfico de Marvel) para utilizar personajes secundarios de las películas de Spider-Man que comenzó con Venom (Ruben Fleischer, 2018), seguida de Venom: Habrá matanza (Andy Serkis, 2021) y Morbius (Daniel Espinosa, 2022). Madame Web es la más reciente entrega de la franquicia que busca continuar con el legado del superhéroe arácnido de la compañía. Protagonizada por Dakota Johnson, la cinta narra los orígenes de Cassie Webb, quien reside en una ciudad de Nueva York en 2003 y debe intentar salvar a tres jóvenes de un peligroso villano genérico.
Cassie tiene visiones de su futuro: fuegos artificiales, explosiones y premoniciones que recuerdan al montaje de las películas de Destino Final (2000-2011) y Feliz día de tu muerte (Christopher Landon, 2017), que usaron los mismos recursos como el flashback, jump-cuts y flashforward. Del fallido guion proviene un mar de secuencias incoherentes y editadas a velocidad de un Tiktok en donde la información es revelada de manera rápida, de un corte a otro: estamos en diversas perspectivas de un mismo espacio en distintos tiempos haciendo que la puesta en escena no suceda de manera fluida. El montaje a veces está a su favor cuando suceden las premoniciones que tiene Cassie Web, pero en otras escenas que conllevan más acción (como su clímax) lo que vemos en sus abruptos y acelerados planos es bastante confuso. La cámara se convierte en un monstruo tormentoso visualmente, con zooms que van hacia el close-up más dramático para dar a entender el peligro que enfrentan los personajes. Un lenguaje visual bastante amateur, proveniente de estas películas de encargo, cuando los productores contratan a directores sin carácter ni personalidad que se limitan a ejecutar lo que diga el estudio.
Madame Web es una telaraña caótica, pérdida en sí misma, donde nunca sabe hacia dónde ir porque su guion está tan atorado en una mezcla de géneros (desde el drama hasta la comedia) que solo entorpecen el desarrollo de la cinta. Las escenas pueden ser interrumpidas por algún chiste o alguna referencia hacia Spider-Man, metidas con calzador, sin la delicadeza con la que trabaja una araña haciendo su telaraña.
¿Entonces, dónde está lo bueno de Madame Web? Sin duda la cero importancia que le da Dakota Johnson a su personaje es un factor bastante fuerte en la película. Consciente y/o inconscientemente, Johnson se divierte con un humor sarcástico, burlón y hasta auto-paródico con los diálogos y acciones que toma Cassie Webb, la protagonista. La película se sostiene en el carisma del reparto, por ejemplo; hay una escena en donde las actrices principales bailan a karaoke Toxic de Britney Spears antes de ser atacadas por el villano genérico, lo cual tiene su propio encanto porque ilustra la química de las actrices. Desafortunadamente estos genuinos momentos entre los actores son opacados por una terrible ola de CGI y un guión tan catastrófico que jamás explica las motivaciones de sus personajes. Por ejemplo, el villano: Ezekiel (interpretado por un juguetón Tahar Rahim) busca matar a las heroínas solo porque lo atormenta una premonición en donde unas chicas con trajes arácnidos lo van a matar algún día. ¿Por qué harán esto?. Las mismas protagonistas admiten no tener ningún conocimiento del villano y durante el desarrollo de la cinta nos quedamos sin respuestas. La premonición de Ezekiel se queda en una demostración de los trajes de las heroínas (solo los vemos en esta secuencia) que usarán en el futuro, porque jamás profundizan en sus motivos iniciales.
Cuando Madame Web pone en dinámica a su grupo principal de actrices, la comedia se eleva y puede llegar a divertir mucho a la audiencia. Por ejemplo, hay una secuencia filmada dentro de una estación de metro en donde las ideas de Madame Web funcionan al máximo, por el carisma de los actores y la propia dirección. Ese sentir que estamos viendo una película de Destino Final es por lo que la cinta de S.J Clarkson logra tener algo de personalidad entre las anteriores cintas de la franquicia de Sony Pictures. De alguna forma, la historia de origen de Cassie Webb nos recuerda a las películas de superhéroes que veíamos a principios de los 2000s como Catwoman (Pitof, 2004), Ghost-Rider (Mark Steven Johnson, 2007), Elektra (Rob Bowman, 2005), Daredevil (Mark Steven Johnson, 2003), que al final de todo, dentro de su propio caos, tenían un encanto.
Al final, la telaraña de Madame Web está construida por todos los clichés y estereotipos que hemos visto sin parar dentro del género de superhéroes desde sus inicios del siglo XXI. Lo bueno es que “el futuro aún no está escrito”, como dice uno de sus personajes, y quizás tengamos una esperanza dentro de este fallido multiverso de Spider-Man.
Madame Web (EE.UU., 2024)
Dirección: S. J. Clarkson / Guión: Matt Sazama, Burk Sharpless, Claire Parker, S. J. Clarkson/ Producción: Lorenzo di Bonaventura / Música: Johan Söderqvist / Fotografía: Mauro Fiore / Montaje: Leigh Folsom Boyd / Reparto: Dakota Johnson, junto a Sydney Sweeney, Celeste O’Connor, Isabela Merced, Tahar Rahim, Mike Epps, Emma Roberts, y Adam Scott
