LOS PUNTOS CARDINALES
La memoria como aparición y ocultación
El festival de DocumentaMadrid, en su sesión del sábado, contó con un invitado de excepción: Isaki Lacuesta. Su trabajo Los puntos cardinales (2019), realizado para el presente festival y presentado en riguroso estreno, hizo de anfitrión para dos películas más: Rodeo (Mario Valero, 2019) y Actos de primavera (Adrián García Prado, 2019). El cineasta catalán no pudo acudir debido a otras obligaciones profesionales más perentorias, aunque regaló a los presentes en el acto un audio en el que se excusaba y presentaba su película.
En esta introducción, Isaki refería a dos cuestiones que conformaban el núcleo de su nuevo trabajo: por un lado hacía alusión a su viaje a Huelva a fin de registrar el ambiente de la fiesta de El Rocío. Recordaba también cómo la sociedad del pasado imaginaba el mundo en el 2020, incluyendo la tópica imagen futurista de coches voladores. El resultado presente es más bien una mezcolanza de elementos más ajustados a una previsión más humilde, aunque realista y práctica , y una conservación de elementos de la tradición. Concretamente, en esa Huelva festiva que filma existe esa idea de contemporaneidad y pasado.
En segundo lugar, Isaki Lacuesta explicaba la génesis de este nuevo y, como siempre, original relato. Mencionaba su exposición Yo soy lo prohibido -que obtuvo el Premio LOOP el pasado 2019. Este título, tomado del que da nombre al bolero del mexicano Roberto Cantoral, hace referencia a todas aquellas muestras audiovisuales que han sido censuradas durante la etapa de la democracia española. De todas ellas, Lacuesta parte para Los puntos cardinales de la primera película que censurada en España tras el final del franquismo. Esta película fue El Rocío, de Fernando Ruiz Vergara, realizada en 1980, censurada por Orden del Tribunal Supremo en 1984 y cuya censura continúa vigente a día de hoy -aún habiendo fallecido su autor en el año 2011-. Lacuesta introduce los audios de esta película a modo de banda sonora para su pieza, cuya forma visual se vale del sistema de pantalla partida. El espectador puede asistir de esta forma a tres discursos: por un lado, los que se muestran en doble proyección, presentando dos películas diferentes; por otro, el que ofrece la narrativa de las diferentes voces en off de la obra de Ruiz Vergara.
Como siempre, Lacuesta juega con el espectador, le plantea una especie de acertijo -en este caso triple- que debe interpretar a través de distintas fuentes. A pesar de su distinta fuente, estas tres voces audiovisuales no se repelen sino al contrario, dialogan entre sí, ofreciendo un espectáculo donde el público no puede ser inocente en el sentido más puro de la palabra, sino formado en la cultura presente y pasada de su propia historia, para poder hacer uso de su factor crítico. El contraste presentado entre las imágenes y sonidos animará en este sentido al ejercicio reflexivo, pudiendo establecer nexos y sentidos entre lo que ve y escucha. Como seña de identidad destacable, mencionar los pixelados que se ejercen sobre los rostros que las imágenes capturan aquí y allá, no sólo como una forma de cumplir con el derecho a la privacidad de los filmados sino -y aquí entra el doble discurso- como forma de reflejar esa “censura” a la que Lacuesta se refiere. Los puntos cardinales requiere, por tanto, de esa información previa que Lacuesta tuvo a bien explicar durante la presentación de la película, sirviendo a modo de memoria histórica y de recuperación audiovisual -uno de los puntos fuertes en la filmografía del creador gerundense-. Con ella, se ratifica como uno de los cineastas más poderosos del panorama español actual.
Los puntos cardinales (España, 2020)
Dirección: Isaki Lacuesta / Guion: Isaki Lacuesta / Producción: Ramón Campos / Fotografía: Juana Jiménez / Música: Raül Refree / Reparto: Documental