LOS MITCHELL CONTRA LAS MÁQUINAS
Consumo digital ¿Amigo o enemigo?
En medio de una generación en la que experimentamos la realidad a partir de las frías pantallas de cristal de los distintos dispositivos tecnológicos, la conexión WiFi parece haber sustituido a las conexiones humanas y familiares. Con este punto de partida, Los Mitchell contra las máquinas (Michael Rianda y Jeff Rowe, 2021) llega para recordarnos que, mientras cada generación tecnológica siempre será sustituida por una nueva, el cariño y el amor de nuestros seres queridos permanece a través del tiempo.
Netflix continúa creciendo para ofrecernos excitantes historias que se diferencian por una renovada originalidad. Sin embargo, en esta ocasión, cuenta con la inestimable aportación de los productores de la exitosa Spider-Man: Un nuevo universo (Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman, 2018). Si bien logran construir otra aventura vertiginosa y divertida, la faceta más señalada vuelve a ser el diseño de animación, constituyendo la principal arma que algunos estudios de animación están explotando para rivalizar con las gigantes obras de Disney y Pixar.
Con todo, la desvinculada familia de los Mitchell, más pendiente del móvil que de lo que ocurre en casa, deberán hacer frente a la revolución tecnológica que ha surgido en el seno de la corporación tecnológica más potente del mundo (inspirado en Apple) y por la rebeldía de una inteligencia artificial (que recuerda a nuestra querida Siri), la cual lidera un ejército de robots y cyborgs que quieren conquistar el mundo. De este modo, sus protagonistas estarán obligados a prescindir de la cotidianidad tecnológica y reconectar los desajustados lazos familiares para sobrevivir a esta rebeldía robótica.
La película hace uso de ingeniosos y abrumadores recursos animados. Como si de la paleta de colores de un inspirado pintor se tratara, la animación cuenta con una variedad de técnicas que enriquecen su potencial expresivo. De esta manera, aparece una atractiva yuxtaposición entre la animación digital 3D con el 2D, texturas de acuarelas e ilustraciones a mano, exprimiendo una ingeniosa hibridación de la mejor herramienta que identifica a este género. Cada recurso actúa con eficacia para adentrarnos en los múltiples matices que tejen la esencia de su narración, en la cual se integran desde los elementos animados más clásicos hasta detalles de la telefonía y redes sociales de la actualidad. En vez de abandonar las ideas y técnicas que funcionaron en el pasado, apuesta por la convivencia de las distintas generaciones plásticas de la animación, como un sutil guiño hacia el espectador, apelándole a valorar todo aquello que nos ha hecho disfrutar y más allá de las modas adscritas a una época pasajera.
La postura cómica, pero crítica, de la película llega para recordarnos la excesiva necesidad que mostramos por la vida digital. Sin embargo, no busca la denuncia de las grandes tecnologías ni desmerecer las ventajas que ofrecen, sino concienciar del riesgo del abuso y la dependencia; por lo que plantea una interesante reflexión acerca de cuánto de nosotros estamos dispuestos a ceder a las magnánimas corporaciones tecnológicas frente a la gente que nos rodea. Paradójicamente, se trata de una película de Sony Pictures Animation y distribuida por Netflix, es decir, uno de los medios de consumición streaming más potentes que existen.
Los Mitchell contras las máquinas (The Mitchells vs the Machines. Estados Unidos, 2021)
Dirección: Michael Rianda & Jeff Rowe / Guion: Michael Rianda & Jeff Rowe / Producción: Lord Miller, Sony Pictures Animation, Columbia Pictures. Distribuidora: Netflix / Música: Mark Mothersbaugh / Montaje: Greg Levitan / Diseño de producción: Lindsey Olivares / Reparto: Abbi Jacobson, Danny McBride, Maya Rudolph, Mike Rianda, Eric Andre & Olivia Colman.
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