1º CICLO DE CINE BOLIVIANO: LO MÁS BONITO Y MIS MEJORES AÑOS
1º Ciclo de Cine Boliviano (Columbus, Ohio) (II)
La organización estudiantil Abya Yala de la Universidad Estatal de Ohio, en conjunto con la plataforma de cine BoliviaCine, el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Estatal de Ohio y otros co-organizadores invitan a la proyección de cinco películas bolivianas, todos los jueves desde el 12 de agosto hasta el 09 de septiembre. Las proyecciones de los filmes se darán lugar en el centro de cine independiente Gateway Film Center, en la ciudad de Columbus. Sin embargo, cada jueves, a partir de las 19:00 horas (01:00 de la madrugada de España) hasta el viernes a las 23:00 (05:00 de la mañana de España), el filme de la semana estará disponible para el público internacional en la plataforma BoliviaCine. El 1er Ciclo de Cine Boliviano tiene como objetivo conformar una muestra de cine contemporáneo que abra vías y otorgue alcance a talentos de esta cinematografía.
La segunda película del ciclo es Lo más bonito y mis mejores años (Martín Boulocq, 2005), que se proyectará este jueves 19 y podrá visualizarse online bajo los términos descritos anteriormente.
Lo más bonito y mis mejores años (Martín Boulocq, 2005), a grandes rasgos, cuenta la historia de dos desencantados y antagónicos jóvenes bolivianos, Berto y Víctor, su día a día y sus expectativas de futuro. Ambos personajes, de comportamiento errático por distintos motivos, mantienen una curiosa amistad la cual, a priori, parecería imposible debido a sus incompatibles formas de ser. Por un lado, Berto, serio, taciturno e introvertido, que pretende vender su coche para viajar a España. Por otro, Víctor, quien le acompañará en busca de compradores, este hablador, arrogante y explosivo, con ínfulas artísticas.
Si con San Antonio (Álvaro Olmos, 2011) podía vislumbrarse un gesto intencional a la hora de captar la ambivalencia de lugares e individuos, en la película de Martín Boulocq, directamente, hay una desconexión inicial en sus formas, que invitan a pensar que estamos ante un filme documental y no de ficción. Sin embargo, nos encontramos con una cinta ficcional que opta por abrazar esta confusión formal entre hecho y artificio, lo cual nos invita a repensar la historia de estos jóvenes y enmarcarla en una realidad cotidiana, creíble.
Aunque pueda parecer que seguimos a sus personajes muy de cerca, muchas de las escenas grabadas en interiores – como la casa de Berto – adoptan una posición casi voyeurística, navegando una fina línea entre el respeto y la invasión de la intimidad de sus propios personajes. Precisamente, en esa línea, se mantiene cierto misterio en relación con el contexto personal de estos individuos, como con Berto, de quien tan solo podemos intuir que está pasando por una muy mala racha.
Lo más bonito y mis mejores años, por momentos, debido a la centralidad y protagonismo de un objeto como el coche de Berto, nos ofrece pinceladas de road movie, pero más en la línea de trabajos independientes y pesimistas como Stranger Than Paradise (Jim Jarmusch, 1984), donde la noción de viaje, más que linear, es circular y errática. De este modo, la cinta de Boulocq indaga en los sentimientos de pertenencia, el deseo y la incapacidad de huir, una sensación de inevitabilidad que asola a los personajes, atrapados entre la nostalgia hacia relaciones, lugares y objetos pasados, y la incertidumbre de su porvenir.
Lo más bonito y mis mejores años (Bolivia, 2005)
Dirección: Martín Boulocq / Guion: Martín Boulocq / Producción: Eli Becker, Rodrigo Bellot, Chris Hanley, Ryan Johnson / Fotografía: Martín Boulocq / Música: Diego Boulocq, Rich Ragsdale / Montaje: Guillermina Zabala / Reparto: Juan Pablo Millán, Roberto Guilhon, Alejandra Lanza, Alicia Saavedra, Daniel Ortiz, Rodrigo Lizarraga, Patricia Prada Botelho.