LLAMAN A LA PUERTA

La dialéctica del apocalipsis

Llaman a la puerta - Revista Mutaciones

Para David Cronenberg, el cambio de siglo supuso el estacionamiento de su estudio de la nueva carne en favor de la búsqueda de una transformación psicológica de sus protagonistas. Si bien Spider (2002), Una historia de violencia (2005) y Promesas del este (2007) abandonaban esta filia, es la trilogía conformada por Un método peligroso (2011), Cosmopolis (2012) y Maps to the Stars (2014) la que constituye una rotura lateral con lo que hasta entonces se entendía por estilo Cronenberg. El fantastique más visceral dio paso a un cine que exigía una rasgadura formal para encontrar la mutación del ser humano. La primera década del siglo XXI ha sido un laboratorio para el canadiense. La segunda, hasta el momento, está siendo para M. Night Shyamalan.

Tras los hits de El sexto sentido (1999) y Señales (2002), la carrera del indio-estadounidense quedó marcada también por un vínculo al fantástico –y a los giros de guion–, junto con una construcción de la espiritualidad basada en la fe de sus personajes que lo ha perseguido hasta hoy en día. Tiempo (2021) inauguraba en la filmografía de Shyamalan una fase similar (en esencia) a la de Cronenberg. Una en la que su preocupación principal es descubrir los secretos de cada rincón del plano para llegar a donde el texto no puede. Encontrar los pliegues del séptimo arte para crecer como narrador.

En la adaptación de la novela de Paul Tremblay, La cabaña del fin del mundo (2018), cuatro extraños se cuelan en la casa de una familia para, según ellos, acabar con el apocalipsis. Lo que esta debe hacer es escoger a uno de sus miembros para ser sacrificado. Shyamalan plastifica su obra con una home invasion de terror y suspense en la que subyace una reflexión personal sobre la tragedia que es criar a una hija en un mundo que les odia. El cineasta elimina la violencia concreta, la perpetrada contra el individuo, con el fuera de campo para referenciar la abstracta, refiriéndose al destino del planeta. Él nunca ha sido alguien interesado en el gore, pero la decisión activa de eliminar la brutalidad visual de las ejecuciones es una declaración de intenciones que persigue y logra la evocación por omisión.

Llaman a la puerta - Revista Mutaciones

Un Shyamalan ya acostumbrado a lugares devorados por la oscuridad, lleva al límite la crueldad de su relato antes de hallar la luz. Con el primerísimo primer plano de un Dave Bautista inmenso –quién si no iba a amenazar la racionalidad como lo hace él–, la imagen desprende un terror inimaginable. Con la respuesta, en forma de pregunta, a modo de contra-plano cerradísimo de la familia protagonista, la imagen se desborda. Cae de ella un torrente de agua imparable: ¿Puede que el apocalipsis sea real? ¿He de perder a alguien para salvar el futuro? La dialéctica que se establece con esta dualidad puede confundirse por el conflicto entre realidad y ficción. Lo que podría llevar a pensar que el suspense es en vano, cuando verdaderamente es realidad e incredulidad ante la veracidad de un cataclismo de tal magnitud. La pista que nos deja Shyamalan para descifrarlo es la elección del plano holandés en esa batalla de encuadres cortos entre Bautista y Cui antes de lanzar el desafío.

El miedo que asola a esta pareja y a su hija pequeña es la incursión en el siempre habitual ecosistema familiar del director que más lo retrotrae a la inicial comparativa que se le hizo con Spielberg. La delicadeza con la que trata a cada miembro en el presente y la recomposición de la historia familiar a través de breves flashbacks justifican la no decisión que toman al final de la cinta. En cuanto a la resolución del dilema, uno se pregunta si con todo el trasfondo emocional insertado no hay un argumento para la elección tomada. ¿Es un error del guion o es que Shyamalan se emparenta más con la casualidad que la causalidad?

Llaman a la puerta (2023) es la confirmación de que el nuevo cine de Shyamalan no debe juzgarse por lo que hay en la superficie. Quizás es cierto que esta ha perdido gran parte de la ostentosidad que tenía al principio. Sin embargo, el fondo de sus películas ha aumentado. La precisión de su puesta en escena transpira una sinceridad en el retrato humanista que siempre, absolutamente siempre, incluso en la tragedia, abraza a sus personajes. Y mientras siga haciendo películas nos seguirá abrazando a todos.

Llaman a la puerta (Knock at the Cabin, EE.UU., 2023)

Dirección: M. Night Shyamalan / Guion: M. Night Shyamalan, Steve Desmond, Michael Sherman / Novela: Paul Tremblay / Producción: M. Night Shyamalan, Marc Bienstock, Ashwin Rajan / Fotografía: Jarin Blaschke, Lowell A. Meyer / Montaje: Noemi Preiswerk / Reparto: Dave Bautista, Jonathan Groff, Ben Aldridge, Kristen Cui, Rupert Grint, Nikki Amuka-Bird, Abby Quinn

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.