LAST AND FIRST MEN
Memento Mori
Jóhan Jóhansson falleció el 9 de febrero de 2018 en Berlín, dejando tras de sí un legado como compositor breve pero notorio. Reconocido en la industria por su trabajo con el cineasta canadiense Denis Villeneuve (Prisioneros, Sicario, La llegada), es triste pensar que quizás se haya ido uno de los compositores – y cineastas– más prometedores del cine actual. Last and First Men, la primera y última película dirigida por Jóhansson, es, ante todo, una baliza para generaciones venideras. Una visión, quizás incluso ensayo, con el que el director islandés hace de Nostradamus para predecir qué será de la civilización humana dentro de dos mil millones de años.
Basada en la novela homónima de uno de los padres de la ciencia ficción inglesa, Olaf Stapledon, Last and First Men es una pieza de cine experimental narrada por Tilda Swinton, voz omnisciente que describe el nuevo renacer y apocalipsis de la civilización humana del futuro (post-humana). Una nueva sociedad que ha dejado atrás la individualidad y ha evolucionado hasta el punto de ser una mente colmena, capaces, además, de hacer del presente y del pasado un todo. La atmósfera que consigue Jóhansson es la simbiosis de la ominosa y casi funeraria banda sonora y la grabación de esos obeliscos y grisáceos monumentos, únicos protagonistas de la película ante la ausencia absoluta de todo ser humano. La mayor inspiración de Jóhansson para su ópera primera se aprecia en la obra del fotógrafo belga Jan Kempenaers “Spomenik: El fin de la historia”, que reúne veintiséis fotografías de una serie de estructuras propias del brutalismo yugoslavo, recogidas durante su peregrinación artística en los Balcanes. Difíciles de describir, se ajustan al ojo humano únicamente por sus formas geométricas marcadas y agresivas. Sin duda se trata de unas anomalías arquitectónicas. Formas alienígenas abandonadas en una planicie dominada por la naturaleza, como si de unos ruinosos vestigios se trataran. Son monumentos mandados a construir por el antiguo mariscal y presidente de Yugoslavia, Josip Tito, para conmemorar batallas que se libraron en el país durante la Segunda Guerra Mundial. Jóhansson, en definitiva, utiliza el pasado para hablar del futuro, del miedo a la muerte y su consecuente inevitabilidad.
La ópera primera del director y compositor islandés habla por sí misma. Quizás sería inadecuado reducirla al concepto de película de ciencia ficción, pues Jóhan Jóhansson presenta aquí, como ensayo audiovisual semi-documental, su propio testamento final, un último mensaje a la humanidad, a modo de baliza evangélica grabada en 16 mm. Una obra que quizás habría funcionado mejor como cortometraje, pues su discurso se presenta algo estirado con su aun reducida duración de una hora y diez minutos. Además, resulta difícil saber si habría conseguido el mismo impacto sin la muerte de su director, sin esa, como narra Tilda Swinton “lealtad a las fuerzas de la vida en oposición a la muerte”.
Last and First Men (Islandia, 2019)
Dirección: Jóhan Jóhansson/ Guion: Jóhann Jóhannsson y José Enrique Macián/ Producción: Thor Sigurjonsson (para Zik Zak Filmworks)/ Fotografía: Sturla Brandth Grøvlen/ Música: Jóhann Jóhannsson y Yair Elazar Glotman/ Reparto: Tilda Swinton
Es una crítica muy bien desarrollada
Una crítica muy bien desarrollada