Stephen King

LA TORRE OSCURA

Universo Stephen King

La saga literaria de La Torre Oscura partió de un concepto muy simple: un poema titulado Childe Roland a la Torre Oscura llegó, de Robert Browning. Stephen King convirtió este poema en una obra compleja que se ha desarrollado a través de varios medios (novelas, cómics, videojuegos, cine y próximamente una serie de televisión). 5000 páginas divididas en 7 volúmenes (aunque luego King escribió un octavo a modo de bonus track). Un viaje épico con múltiples niveles de lectura.

Para entender el magnetismo de La Torre Oscura hay que conocer el concepto de “el viaje del héroe” del antropólogo Joseph Campbell, que lo utilizó para definir el modelo básico de muchos relatos épicos. Según Campbell, los héroes de muchos mitos de tiempos y regiones diferentes comparten las mismas estructuras y desarrollos fundamentales, tal y como indica en su libro El héroe de las mil caras. Lo importante de La Torre Oscura no es lo que se cuenta, sino cómo se cuenta. Esta saga literaria tiene una focalización narrativa muy clara y concreta: un protagonista, unos cuantos secundarios, villanos de todo tipo… pero solo un punto de vista. Te puede gustar o no el pistolero, pero le acabarás acompañando y viajarás junto a él. Y, sobre todo, tenemos un objetivo claro: llegar a La Torre Oscura. En el “viaje del héroe” de Stephen King nos encontraremos con un cóctel que va desde la imaginación de Tolkien hasta las referencias culturales de la sociedad americana actual pasando por el western, utilizado de la misma manera que en Europa mitificamos la Edad Media como una época más sencilla, donde todavía había espacio para la fantasía. Stephen King siempre ha tirado de lugares comunes para componer su obra, y lo hizo casi una década antes de que se les ocurriera a los estudios cinematográficos.  El propio autor reconoce abiertamente que concibió La Torre Oscura como una mezcla entre las novelas de El señor de los anillos y El bueno, el feo y el malo (Sergio Leone, 1966), entre otras referencias. Y lo que se van a encontrar los nuevos espectadores es pura serie B y mezcla de géneros: western, ciencia ficción, fantasía, brujería, conspiraciones, tiroteos épicos…

En los 8 volúmenes que componen la saga se pueden observar dos partes bien diferenciadas: una primera trilogía que es una montaña rusa, de una simplicidad fascinante, en la que atisbas por el ojo de la cerradura un mundo lleno de posibilidades pero el narrador consigue convencerte de que lo importante es llegar del punto A al punto B. De estas tres novelas, la adaptación cinematográfica de La Torre Oscura dirigida por Nikolaj Arcel aprovecha su principal punto fuerte: el espíritu aventurero. La segunda parte, que va desde el cuarto al séptimo libro, está caracterizada por un tono más maduro, complejo, profundo y filosófico. Y, por supuesto, La Torre Oscura es la saga perfecta para sumergirnos en el atractivo y terrorífico universo de Stephen King, con guiños a un sinfín de elementos de su obra, y la película lo extiende a las adaptaciones cinematográficas.

Los defensores del postureo (que tuvieron pereza para leer la saga, pero ahora sí que sí) y los cascarrabias propios de una generación anclada en una época pasada seguramente no aprueben esta adaptación de La Torre Oscura por alejarse demasiado de la novela. Pero hay que tener cuidado con lo que se desea. Porque reconozcámoslo: la adaptación de El señor de los anillos (Peter Jackson, 2001) es mortalmente aburrida. Es una adaptación casi literal que no beneficia nada a la obra que adapta. El cine y la literatura son medios diferentes. Por eso se agradece que, en vez de contar exactamente la misma historia, la película de La Torre Oscura sea un complemento a la saga literaria, resuelva un par de dudas existenciales que teníamos los lectores más fanáticos y ayude a introducir en el “universo King” a los espectadores neófitos (esto se consigue, en parte, gracias a los juegos narrativos con los que Stephen King experimentó a partir del sexto libro).

Stephen King es escritor, sí, pero dentro de él hay un pequeño cineasta porque plantea sus historias como obras cinematográficas. Si analizamos el estilo de King podemos darnos cuenta que su método de escritura se parece a un guión. Eso explicaría en parte su hiperactividad literaria. Un guión de cine puede ser narrativamente igual de complicado que un libro, pero normalmente es más fácil de escribir. En esta ocasión, al trasladar la historia del papel a la pantalla hay diferencias considerables pero, aunque parece que el punto de vista de la historia ha cambiado en la película, en realidad tiene el mismo enfoque que en la novela. Los lectores hemos seguido siempre al pistolero, desde la primera página, pero nunca hemos podido acceder a sus pensamientos y nos limitábamos a acompañarle en su viaje. El coprotagonista de la historia, Jake (interpretado por Tom Taylor) ha sido elegido en la película para ser el interlocutor de esos pensamientos y ayudar a los nuevos espectadores. Y seguramente sea el más adecuado para hacerlo, ya que en las novelas aportaba la humanidad que le faltaba al pistolero. Idris Elba, que ya es un nombre consolidado en el cine de acción y aventuras, interpreta al pistolero en un papel que le viene como anillo al dedo. Aunque no se parezca físicamente a su personaje en la novela, capta su esencia de héroe trágico. La relación del pistolero con el chico funciona tanto en los momentos dramáticos como en los cómicos. Os recordará en los momentos más divertidos a El último gran héroe (1993) de John McTiernan y en los más dramáticos a Camino a la perdición (2002) de Sam Mendes. Y ya que nos ponemos con los referentes cinematográficos, en su loca mezcla de géneros me volví a sentir como cuando de crío alucinaba con películas como El Señor de las bestias 2: La puerta del tiempo (Sylvio Tabet, 1991).

Las réplicas lapidarias hacia Matthew McConaughey hacen que el hombre de negro mole bastante más que en las novelas, donde no era tan cool, pareciendo una versión joven de Christopher Walken. Si veis la película en versión doblada en castellano, comprobareis que el doblador habitual de McConaughey, Sergio Zamora, se lo pasa en grande saboreando cada frase y maldad que ejecuta el hombre de negro.

A pesar de que se han trasladado muchas cosas del espíritu de las primeras novelas, no se ha jugado con una de las mejores bazas de la saga: las cuestiones de la naturaleza de La Torre Oscura, cuando justamente en los libros uno de los aspectos más interesantes de la historia era averiguar sus enigmas mientras los personajes vivían las más increíbles aventuras. Esta carencia se le puede achacar al excesivo miedo por parte de los productores a que el espectador que desconozca la obra de King se coma el coco lo más mínimo y poder llegar al máximo público posible. Si Nolan le hubiera echado mano a este material…

La Torre Oscura de Arcel también se ha fijado en los cómics ambientados en el universo de Stephen King. ¿Para qué vas repetir lo mismo en un medio diferente cuando puedes aportar un relato complementario? En los cómics por un lado se desarrollan motivaciones y personajes de las novelas que se quedaron un poco en el tintero, y por otro se ilustran los momentos más impactantes que son mencionados por encima en los libros. Además, se escribieron arcos argumentales inéditos. Y por fin a nivel gráfico se hace justicia. Las ilustraciones originales de los libros dejaban bastante que desear hasta que Marvel se encargó de adaptar la saga a las viñetas. Tanto a nivel argumental como gráfico se consiguió el milagro gracias a una plantilla de grandes maestros entre los que destacan: Robin Furth, colaboradora habitual de Stephen King como asistente de investigación durante varios años. También es la autora de la enciclopedia de La Torre Oscura; Peter David, uno de los escritores más importantes de Marvel y DC, responsable de algunas de las sagas más aclamadas de El increíble Hulk, Lobezno, Supergirl y Aquaman. Además de tener experiencia con novelas de universos expandidos como el de Star Trek; Y finalmente Jae Lee, sin duda mi favorito entre todos los dibujantes que han colaborado en estos cómics. Con 20 años de experiencia, siempre ha destacado por su estilo oscuro.

Gran parte de la película está basada también en el juego online titulado Discordia que en 2009 estuvo disponible en la página web oficial de Stephen King. Es una continuación de la historia original de las novelas supervisada por Robin Furth. No podíamos jugar con el pistolero ni con los personajes principales, sino que el jugador se convertía en protagonista de la historia y, por supuesto, visitaba los lugares más emblemáticos de la saga. Se añadieron elementos nuevos que no aparecían en las novelas, y el juego se basaba en una mezcla entre tiroteos y la resolución de puzzles enigmáticos.

El futuro de las adaptaciones cinematográficas de La Torre Oscura parece pasar por la televisión. La novela elegida ha sido La Torre Oscura IV: Mago y Cristal, que contiene todos los elementos que han llevado al éxito series como Westworld o Juego de tronos. Mago y Cristal no solo es un Flashback, precuela o historia de orígenes. Sería simplificar mucho ya que se nos presentan un mundo nuevo en el que francamente nos gustaría vivir.  Os encontraréis aventuras, drama,conspiraciones, giros de guión, risas y romance. Seguramente la serie calmará a los que han reclamado que la saga se adapte a una pantalla palabra por palabra. Por mi parte me atrevo a teorizar que si la serie tiene éxito en sus primeras temporadas, quizá se animen los productores a incluir material del octavo libro (La Torre Oscura VIII: El viento por la cerradura), que expande la mitología de la saga. En él, Stephen King establece ciertas pautas a modo de legado, para que otras personas continúen con su universo cuando él ya no esté.

***Bonus track: La Torre Oscura y Nicolas Cage

La teoría de “los seis grados de separación de Kevin Bacon” es para aficionados, porque a Nicolas Cage lo podemos relacionar con cualquier cosa con un solo grado. Nicolas Cage influyó en la adaptación cinematográfica hasta niveles que no podemos ni imaginar, y lo vamos a demostrar:

La película dirigida por Nikolaj Arcel tiene bastantes similitudes argumentarles con Ghost Rider 2: espíritu de venganza (Mark Neveldine y Brian Taylor, 2012), protagonizada por Nicolas Cage. Una guerra entre el bien y el mal y un niño con un potencial increíble que es la clave de todo para destruir el equilibrio. Si cae en malas manos, será el fin de todo. Tenemos a un hombre de negro, que en el caso de Ghost Rider 2 sería el diablo. Pero también tenemos al último monje guerrero perteneciente a una orden que debe proteger al niño, interpretado por… ¡tachán! Idris Elba. Nuestro pistolero de La Torre Oscura. En Ghost Rider 2 Elba ya apuntaba maneras como héroe de acción y aventuras, interpretando a su personaje secundario como un guerrero crepuscular aficionado a la bebida, las motos y a los chistes malos convirtiéndose en un auténtico roba escenas. Y qué mejor mentor que Nicolas Cage. Pero las conexiones entre las dos películas no son solo a nivel de guion. La estética de Ghost Rider 2 y La Torre Oscura son sorprendentemente similares. Si le echáis un vistazo a las fotos que hemos elegido de Ghost Rider 2, algunos fotogramas podrían ser escenas eliminadas de La Torre Oscura, sobre todo por el atuendo de Elba y la ambientación de escenarios.

Angelo Khemlani

La Torre Oscura (The Dark Tower, 2017, Estados Unidos)

Dirección: Nikolaj Arcel / Guion: Akiva Goldsman, Jeff Pinkner, Anders Thomas Jensen y Nikolaj Arcel, basado en la novela de Stephen King / Producción: Akiva Goldsman, Ron Howard, Erica Huggins / Música: Junkie XL / Montaje: Alan Edward Bell y Dan Zimmerman / Fotografía: Rasmus Videbaek / Diseño de producción: Christopher Glass y Oliver Scholl / Reparto: Idris Elba, Matthew McConaughey, Tom Taylor, Katheryn Winnick, Abbey Lee, Jackie Earle Haley, Fran Kranz, Claudia Kim, Michael Barbieri, José Zúñiga

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