LA PORTUGUESA
El tiempo de la espera
El Diccionario de la lengua española de la Real Academia define la palabra «melancolía» como:
- Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada.
- Med. Monomanía en que dominan las afecciones morales tristes.
Como explica Santos Zunzunegui en Bajo el signo de la melancolía (2017), para Walter Benjamin existen dos tipos de melancolía: la sublime y la común y perniciosa. Para diferenciar una imagen melancólica Benjamin propone distinguir entre «símbolo» y «alegoría». El primero presenta una ligazón indisoluble de forma y contenido. En el segundo, la ambigüedad y la multiplicidad de significados son rasgo fundamental.
El cine de la realizadora lusa Rita Azevedo Gomes es un cine del que emana lo alegórico, lo enigmático. Siempre en continua búsqueda de la belleza, desde el punto de vista más clásico de la definición, se inspira en los patrones estéticos y filosóficos de la antigüedad, para después colocarlos al servicio de la modernidad y las preocupaciones contemporáneas. De esta forma, crea experiencias de inmersión donde conviven la teatralidad de su puesta en escena y diálogos literarios, con un elaborado tratamiento pictórico de la imagen y movimientos de cámara pausados y armoniosos. Así lo pudimos ver en O Son da Terra a Tremer (1990), Frágil como o Mundo (2002) o en La venganza de una mujer (2011).
Arraigada en la tradición portuguesa del Cine Novo, Rita Azevedo, emerge de entre una oleada de cineastas portugueses (Miguel Gomes, Pedro Pinho, Pedro Costa, etc.) que han desarrollado formas de narrar alejadas de convencionalismo y dictados comerciales. Ahora presenta en España La portuguesa (2019), cinta con la que ha logrado proclamarse triunfadora del 19º Festival de Las Palmas. Se trata de la adaptación del relato corto Die Portugiesin, sacado del libro Tres mujeres del escritor austriaco Robert Musil. Un texto enigmático de difícil interpretación cuya historia se sitúa en pleno siglo XVI y narra la historia de una joven portuguesa, recién casada con el noble Herr von Ketten, que se traslada a su nuevo hogar, un antiguo castillo en el norte de Italia. En plena guerra contra el Obispo de Trento, su marido abandona la fortaleza mientras ella permanece confinada durante once largos años. La película, cargada de un fuerte contenido alegórico, se divide en dos partes; los años de guerra, donde “la portuguesa” aguarda la llegada de su marido en soledad, y el regreso de éste al castillo, donde la protagonista espera resolver sus anhelos y añoranzas.
El resultado es una película de sencillo argumento y compleja interpretación hermenéutica con una precisa utilización de los aspectos formales. Entre ellos cabe destacar, además de los ya mencionados, la utilización del tiempo fílmico mostrando varios niveles temporales dentro de un mismo plano, el depurado tratamiento de las elipsis y la ausencia de planos cortos.
La historia discurre durante la Edad Media; pero en su puesta en escena se vislumbran elementos anacrónicos. Es el caso del cameo de la cantante alemana Ingrid Caven, que transporta con su presencia e indumentaria el relato a nuestro tiempo. Un ejercicio que, consciente o inconscientemente por parte de la directora, pone de relieve la atemporalidad de los hechos y las emociones que estos producen en sus personajes. Por otro lado, en la película, que transcurre a lo largo de más de 11 años, no se evidencian ni enfatizan los cambios temporales ni las elipsis, lo que realza la idea del tiempo como una losa. La propia “portuguesa” en su confinamiento lo explica así: “Los días parecen semanas, las semanas meses y los meses estaciones.”
El cine de Azevedo se caracteriza además por amplios y largos planos de marcado carácter pictórico en escenas de gran teatralidad. Por ellos, salen y entran sus personajes mientras se mantiene la cámara a una distancia alejada de los protagonistas. De esta forma nos enfrentamos a la película como un espectador de teatro, desde la lejanía del patio de butacas. La fotografía de Acacio de Almeida (iluminador habitual de Azevedo) junto a referentes que van del gótico tardío (Van Eyk), al barroco (Veermer) o el romanticismo alemán (Friedrich), generan un aire misterioso e impenetrable.
En cuanto al discurso del film, es mediante la comunicación con su anterior largometraje de ficción, La venganza de una mujer, donde este se evidencia. Las dos cintas son adaptaciones de relatos literarios históricos en las que el motor narrativo de la trama corre a cargo de mujeres (aunque en el relato de Musil el protagonista es el noble, algo que Azevedo altera en su película). Dichas mujeres se casan con un noble por conveniencia viéndose obligadas a vivir confinadas en países y mundos extraños. Ambas son infelices y su soledad es infinita. La diferencia entre una y otra radica en que, en La venganza de una mujer, la heroína, como un mártir, se rebela contra el mundo con trágicas consecuencias. En La portuguesa, en cambio, la protagonista se resigna a cumplir su papel junto a su marido. Dos caras de la misma moneda que ponen en cuestión los mismos temas. ¿Cómo vive una mujer el papel que le impone la sociedad? ¿Debe resignarse o rebelarse? Para la cineasta los hombres y sus continuas luchas de poder quedan relegadas a un segundo plano, poniendo el foco en las mujeres, en sus sufrimientos y sus anhelos en continua búsqueda por entender sus mundos. Por entender, ella misma, la forma de estas mujeres de habitar sus mundos.
La portugesa (A Portuguesa, Portugal, 2018)
Dirección: Rita Azevedo Gomes / Guion: Rita Azevedo Gomes (novela: Robert Musil) / Producción: Rita Azevedo Gomes / Música: José Mário Branco / Fotografía: Acácio de Almeida / Montaje: Rita Azevedo Gomes, Patricia Saramago / Reparto: Clara Riedenstein, Marcello Urgeghe, Ingrid Caven, Rita Durão, Pierre Léon, João Vicente de Castro, Luna Picoli-Truffaut, Manuela de Freitas, Alexandre Alves Costa, Adelaide Teixeira, Maria Carré, Fernando Rodrigues, Guilherme Gomes, Mauro Soares, Leonardo Mouramateus, Dinis Gomes, Luís Lucas, Luís Vilaça, Akira Gomes da Costa, Guilherme Lopes Alves, João Dória, Patricia Saramago, Nuno Rodrigues, Daniela Pinheiro.