LA PEOR PERSONA DEL MUNDO
Correr no es de cobardes
El plano con el que abre La peor persona del mundo (Joachim Trier, 2021) muestra a una mujer joven de perfil sobre el lienzo de la ciudad que se asoma detrás de ella. La misma ciudad que aparece en la secuencia inicial de Oslo, 31 de agosto (Trier, 2011), donde la capital noruega es retratada a través de un montaje de planos acompañados de voces en off que narran recuerdos personales, otorgándole distintos significados a los lugares mostrados. “No recuerdo Oslo como tal, es la gente lo que recuerdo”, dice una de estas voces. Y tal vez en esa frase se pueda ver contenida la esencia de esa parte de la obra de Trier conocida como “la trilogía de Oslo”: el retrato de una ciudad a través de las personas que la habitan.
Sus películas siguen a personajes jóvenes en ese vínculo con la ciudad, deambulando por las calles como flâneurs -no es casual que todos, de una forma u otra, sean artistas-, y resignificando constantemente cada rincón a partir de sus propias experiencias. La de dos escritores emergentes buscando el éxito, la de un drogadicto luchando por reencontrar las ganas de vivir, o la de una mujer que se acerca a los treinta sin saber aún de qué va la vida.
En La peor persona del mundo, Renate Reinsve (ganadora del Premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes del año pasado) encarna a Julie, una joven que pasa los años saltando de una carrera a otra, de una afición a otra, de una relación a otra, sin completar nada jamás (como ella misma lo expresa, frustrada, en algún punto). Con una voz en off femenina que transmite lo que Julie está viviendo y sintiendo en diferentes momentos de su vida -reflejados a su vez en la estructura narrativa del film: doce capítulos, un prólogo y un epílogo-, Trier se aleja del tono más oscuro de la anterior entrada de su “trilogía” e incursiona en el terreno de la comedia romántica para deconstruir sus códigos desde dentro.
La peor persona del mundo toma la forma de coming of age adulto para insuflar un nuevo aire a este género en medio de la creciente ‘euforia’ por historias de adolescentes afligidos, acercándose más a propuestas como Frances Ha (Noah Baumbach, 2012), Las vidas de Grace (Destin Daniel Cretton, 2013) o incluso la más reciente Licorice Pizza (Paul Thomas Anderson, 2021). Todas películas con mujeres en el centro. Mujeres a las que acompañamos mientras transitan la veintena e intentan descifrar (spoiler: no lo hacen) lo que significa ser adultas antes de llegar a la siguiente década.
Pero, incluso, más allá de lo discursivo, estas películas comparten evidentes similitudes. La más notoria de ellas es el hecho de que todas incluyen al menos una escena en la que sus protagonistas aparecen corriendo. En el film de Trier, este momento se ve condensado en una de las secuencias más significativas -y tal vez la más poética de todas-: a punto de terminar su relación actual, el tiempo se detiene como por arte de magia y Julie corre por todo Oslo en busca del siguiente capítulo de su vida. En ese momento, cuando todas las personas a su alrededor se tornan inmóviles, Julie despierta y emprende la carrera hacia su libertad. Como Frances, Grace o Alana (entre muchas otras), Julie deja de ser un sujeto pasivo -observado, el espacio tradicionalmente reservado a las mujeres- y toma las riendas de su propia vida en un impulso cargado de adrenalina e imaginación. Porque sabe que al cruzar la línea de meta no encontrará el final de la carrera sino el inicio de una nueva vuelta. Una más entre tantas que le esperan.
Éste es el gran acierto de La peor persona del mundo: un film que aborda, desde un tono profundamente humano, la inagotable experiencia de crecer, de amar, de sufrir, y el peso que todo esto supone especialmente para una mujer. Así, el director noruego demuestra, una vez más, la capacidad que tiene para hablar un lenguaje universal desde un lugar concreto. Porque todas somos Julie, y por eso la acompañamos sintiendo sus experiencias como propias, como parte de una generación que sabe que aún queda mucho para poder guardar las zapatillas de correr.
La peor persona del mundo (Verdens verste menneske, Noruega, 2021)
Dirección: Joachim Trier / Guion: Joachim Trier, Eskil Vogt / Producción: Coproducción Noruega-Francia-Dinamarca; Oslo Pictures, Snowglobe Films, arte France Cinéma / Fotografía: Kasper Tuxen / Montaje: Olivier Bugge Coutté / Música: Ola Fløttum / Reparto: Renate Reinsve, Anders Danielsen Lie, Herbert Nordrum
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