LA NUBE
Retrato de una obsesión
Nunca había habido tantas langostas como entonces, ni las habría después. Porque cubrieron la faz de toda la tierra, y la tierra se oscureció; y se comieron toda planta de la tierra y todo el fruto de los árboles que el granizo había dejado. Así que nada verde quedó en árbol o planta del campo por toda la tierra […]
Éxodo 10:15
La nube (2020), primer largometraje de Just Philippot, ha sido premiada con el sello de la Semana de la Crítica del Festival de Cannes y, tras su paso por Sitges (donde se hizo con el Premio especial del jurado y el de mejor actriz), llega este viernes 9 de abril a salas españolas, de la mano de Capricci Cine. El director francés vuelve con una historia de catástrofes, tras su anterior trabajo, Acid (2018). Un cortometraje en el que los protagonistas se ven obligados a escapar de una lluvia de ácido y luchar por su supervivencia en lo que se ha convertido en un mundo postapocalíptico.
Philippot nos cuenta la historia de Virginie (Suliane Brahim), una madre que, tras la muerte de su marido, decide emprender un negocio de cría de saltamontes, que vende convertidos en harina o directamente para ser cocinados y consumidos. Estos saltamontes se presentan a lo largo del filme como la encarnación de la obsesión de la protagonista, que lucha por lograr la productividad de sus invernaderos, llegando hasta las últimas consecuencias para conseguirlo. Esta obsesión encuentra su cenit en la relación de simbiosis que mantiene la familia (Virginie en particular) con los insectos.
Precisamente, esa lucha es el motor del filme. La búsqueda del éxito arranca como una forma de no sentirse una perdedora, ya que es un trabajo al que se vio forzada a recurrir por necesidad, y al que se suma la presión de tener que sacar adelante a una familia ella sola lidiando con una hija adolescente, Laura, que además es motivo de burla en el instituto por culpa de la profesión de su madre.
Para mostrar los conflictos familiares, La nube se articula alrededor de varias metáforas. Al igual que en Take Shelter (Jeff Nichols, 2011), la plaga/catástrofe funciona como la representación externa (palpable, visible) de un problema interno. De la misma forma, la cabra de la familia aparece como un símbolo y recuerdo del pasado, un tiempo feliz en el que el padre seguía vivo y eran ganaderos, de modo que los saltamontes son el presente, un momento lleno de problemas e incertidumbre y que por eso se presenta como una plaga que acabará con todo.
La evolución de los problemas de la familia y la obsesión de Virginie provocan que el relato bascule entre el drama, lo social (la representación de la dimensión rural francesa y la lucha por la productividad dentro de un sistema que fomenta la competitividad) y la fantasía y el terror de la última parte del metraje. Just Philippot parte de lo externo (los saltamontes) para analizar lo concreto (la familia y sus problemas) y durante este recorrido logra crear imágenes realmente potentes y macabras que conforman una historia de dimensiones bíblicas.
La nube (La nuée, Francia, 2020)
Dirección: Just Philippot / Guion: Jérôme Genevray, Franck Victor / Producción: arte France Cinéma, Capricci Films, The Jokers Films / Fotografía: Romain Carcanade / Música: Vincent Cahay / Montaje: Pierre Deschamps