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LA CHICA QUE SALTABA A TRAVÉS DEL TIEMPO (I)

El tiempo no espera a nadie

La chica que saltaba a través del tiempo (Mamoru Hosoda, 2006)

Para Makoto la suerte siempre está de su parte, hasta ahora. Hoy todo le sale torcido. Llega tarde a clase, suspende un examen, provoca un incendio, los frenos rotos de su bicicleta hacen que un tren esté a punto de arrollarla y, para colmo, descubre que puede viajar en el tiempo. La chica que saltaba a través del tiempo (2006) es la primera película dirigida por Mamoru Hosoda, autor japonés que ya llevaba años trabajando en diferentes episodios y películas de la saga Digimon. En su ópera prima adapta libremente la novela escrita en 1967 por Yasutaka Tsutsui, autor de otras obras de ciencia-ficción como Paprika (1996), cuya adaptación llegó de la mano de Sahtoshi Kon ese mismo 2006. Hosoda se embarca así en algunos temas recurrentes en el resto de su filmografía como son la influencia de las figuras familiares y el viaje a la madurez, otro viaje en el tiempo.

La protagonista de La chica que saltaba a través del tiempo no quiere crecer ni hacerle frente a la vida. Cuando le cuenta a su tía sobre su nuevo poder temporal esta le revela que ella también podía hacerlo a su edad y le dice: “Es algo que les sucede a muchas chicas de tu edad”. Esta es una frase que, si bien hace referencia al extraño poder de la protagonista, podría estar hablando de todas las transformaciones vitales que está sufriendo. Pero Makoto niega el cambio, niega sus errores, evita tomar decisiones que alteren su vida. Y con su nueva habilidad para alterar los sucesos del pasado, arregla según le conviene aquello que le molesta con fines puramente egoístas y sin tener en cuenta el mal que pueda ocasionar a otros con sus escaramuzas temporales. Makoto no sabe que no puede escapar al tiempo, que lleva marcada en la piel una cuenta atrás que no nota hasta que ya es demasiado tarde.

La chica que saltaba a través del tiempo (Mamoru Hosoda, 2006)

Los protagonistas de todas las obras de Hosoda atraviesan un umbral a otro mundo, a veces literalmente, representando así el paso a otra etapa vital. Viven fábulas sobre el crecimiento donde se repiten algunos temas relacionados con la familia como padres ausentes, familiares desparecidos o la llegada de nuevos hermanos. Mezclando realidad y fantasía, y fundiendo animación tradicional con la digital, el cine de Hosoda cuenta historias de personajes intentando encontrar su sitio en el mundo. Adolescentes que escapan a otra realidad, una virtual como el protagonista de Summer Wars (2009); jóvenes diferentes e inadaptados como los hermanos de Los niños lobo (2012); pequeños abandonados que visitan el reino de los monstruos como en El niño y la Bestia (2015); o príncipes destronados que reciben lecciones de un familiar del futuro, como sucede en Mirai, mi hermana pequeña (2018). Este es su último film hasta la fecha, y en él vuelve a hacer uso de los viajes temporales, por lo que enlaza con La chica que saltaba a través del tiempo y cierra su filmografía como un círculo perfecto.


La chica que saltaba a través del tiempo (Toki o Kakeru Shôjo, Japón, 2006)

Dirección:  Mamoru Hosoda / Guion: Satoko Okudera. Novela: Yasutaka Tsutsui/ Producción: Madhouse/ Fotografía: Yoshihiro Tomita / Música: Kiyoshi Yoshida / Montaje: Shigeru Nishiyama/ Reparto: Riisa Naka (voz), Takuya Ishida(voz), Mitshutaka Itakura (voz), Sachie Hara (voz), Mitsuki Tanimura(voz)

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