KIKI, EL AMOR SE HACE
Un orgasmo microclimático
Como en sus trabajos anteriores, Carmina o revienta y Carmina y amén, en su tercera película, Kiki, Paco León muestra su talento para crear y modelar personajes de barrio: normales en apariencia pero de una gran profundidad emocional. Son luchadores que enfrentan los problemas que se les echan encima, y cuyos acontecimientos les harán desenvolverse en una jungla llena de inseguridades, dudas y secretos casi inconfesables con los que tendrán que lidiar rompiendo todo tipo de tabúes. Así es como presenta el sexo Kiki, el amor se hace, con dos personas, locas la una por la otra, a las que no les importa parecer animales en celo sobre la cama.
Basado en la comedia australiana The Little Death (Josh Lawson, 2014), el largometraje de Paco León nos cuenta cinco historias de diferentes parejas madrileñas, donde el sexo y el amor (expresado de diferentes maneras) son los protagonistas. Como en la comedia australiana, pero sin su afán moralizante, se tratan distintos tipos de filias sexuales, también llamadas parafilias. Pero, ¿qué es exactamente eso de la “parafilia”? La RAE define la palabra como “desviación sexual”. Aun así, aunque el término pueda parecer cargado de prejuicios y valores negativos, Paco León consigue –siempre a través del humor- que se normalicen términos como la dacrifilia (parafilia en la que uno se excita con las lágrimas o el llanto) o la elifilia (obsesión sexual por los tejidos) porque, como afirma Paco León, “el enamoramiento es algo que se construye y que hay que currárselo, algo que tienes que trabajar. El amor se hace con saliva. Follando.”
Este nuevo punto de vista (más local que y universal), hacen de Madrid la ciudad perfecta para que sus protagonistas destapen sus miedos y placeres ocultos. En boca del director “Madrid es una ciudad que, aunque parece moderna, presenta una dicotomía donde las personas tienen miedo a expresar sus parafilias y que provocan inseguridades en nuestras relaciones”. Paradójico y moralizador, el mensaje que hace llegar es claro: en el excitante mundo del placer los límites se los pone uno mismo.
Pero el mensaje va más allá del quiénes, el cuándo y el dónde. Una de las cosas más interesantes de Kiki, el amor se hace es el cómo, llevado a cabo por sus directores artísticos (Montse Sanz y Vicent Díaz) y el director de fotografía (Kiko de la Rica). Con grandes películas a sus espaldas, el trabajo para la identificación de personajes de ambos departamentos es un placer estético innegable. Tienen claro que el film es realista, natural y que derrocha frescura y, por eso, cada una de sus historias tiene su propio microclima que oscila entre distintos ambientes tropicales y tonos pastel que dotan a la película de una gran personalidad, haciendo de ella un auténtico orgasmo visual.
Sin perder la identidad, en Kiki, el amor se hace, Paco León lleva el desarrollo de sus personajes a otro nivel, donde hay “humanidad en un ambiente sórdido”, donde las emociones interpersonales y la incertidumbre generada por lo desconocido estalla en la pantalla en una comedia tan natural como salvaje.
Kiki, el amor se hace (España, 2016)
Dirección: Paco León / Guion: Paco León, Fernando Pérez (Historia original: Josh Lawson) / Producción: Álvaro Augustin, Ghislain Barrois, Andrés Martín…/ Dirección artística: Montse Sanz y Vicent Díaz / Música: Alejandro Acosta, David Borras… / Montaje: Alberto de Toro/ Fotografía: Kiko de la Rica / Reparto: Paco León, Ana Katz, Belén Cuesta, Natalia de Molina, Álex García, Candela Peña, Luis Callejo, Luis Bermejo, Mari Paz Sayago, Alexandra Jiménez, David Mora, Maite Sandoval, Blanca Apilánez, Rea Gutiérrez, Yaël Belicha, Fernando Soto, Josele Román, Sergio Torrico
Patricia Marín, thanks so much for the post.Much thanks again. Really Cool.