JESSE V. JOHNSON, LA TRIPLE AMENAZA
Jesse V. Johnson y el all star de las artes marciales
El director, guionista y stunt coordinator Jesse V. Johnson se ha ganado con los años un nombre como uno de los mejores directores de cine de acción directo a DVD-ahora-VOD. Nacido en Winchester (Inglaterra) en 1971, Johnson era un soldado entrenando para entrar en el Cuerpo de Marines Reales cuando descubrió el trabajo de especialista de cine. Iniciado en el full contact kung-fu (híbrido entre arte marcial chino y el boxeo similar al kick boxing), encontró en el cine el medio idóneo donde desarrollar un talento que puede comprobarse incluso en un encargo como Triple amenaza (Triple Threat, 2019).
Johnson se estrenó como especialista en Desafío total (1990), iniciando una exitosa carrera que en paralelo a la dirección ha acumulado trabajos de éxito como los de Starship Troopers (1997), Terminator 3: la rebelión de las máquinas (2003) o The Amazing Spider-Man (2012). A los pocos años Jonson ya era coordinador de especialistas, realizó una asistencia en Los ángeles de Charlie (2000) y comenzó a asumir la responsabilidad total en Beowulf (2007) y en producciones puramente genéricas como Dinero sangriento (2012) o Feral (2017). La acción de Jesse V. Johnson combina las armas de fuego y el combate cuerpo a cuerpo. Para lo primero sigue el estilo realista y militarizado de las últimas décadas, más cerca a Rambo (1982) y a Kathryn Bigelow que a Michael Bay; mientras que para el combate cuerpo a cuerpo combina la brutalidad física del kick boxing con la estilización de las artes marciales orientales. Amén de un humor y autoconciencia que, en lugar de marcar superioridad hacia el género de serie B, asume su condición con descaro y sin ínfulas.
Con el nuevo siglo Jesse V. Johnson también comenzó a escribir y dirigir sus propios films. De esas que si en Filmaffinity superan el 5 es porque algo porque están haciendo mal. Pura acción. Todo hostias. Testosterona y adrenalina. Pero con una poderosa habilidad para filmar los golpes y armonizar el contacto directo con la gimnasia. Un cine de especialistas que comenzó a ser reconocido en el circuito a partir de El último centinela (mejor película de Ciencia Ficción en el Action On Film Festival, 2007) y de Charlie Valentine (mejor película AOF, 2009) sin dejar de realizar exploitation infames directos a video como Agente alien (2007). Hoy en día, para entender este cine es más importante el mercado en Asia que en Occidente.
El Jesse V. Johnson que ahora conocemos comienza a partir de su colaboración con Scott Adkins en Perro salvaje (2017). Indiscutible estrella del cine de acción de serie B, con su acento de Birmingham Adkins es una bestia del kick boxing (2º Dan), cinturón negro de taekwondo desde los 19 años (ahora 4º Dan) y especialista en judo (2º Dan), wushu (3er Dan) y jiujitsu (1º Dan). Además los posee conocimientos de gimnasia acrobática necesarios poder realizar sus movimientos sin cuerdas.
Johnson y Adkins se han asentado en un tipo de producciones británicas sencillas, que ahondan en el humor descreído y la violencia, escritas a cuatro manos entre el director y un nuevo colaborador también de Birmingham: el guionista Stu Small. Resultado de la química entre los tres es Avengement (2019), la mejor película de Johnson hasta la fecha. Avengement es divertida, brutal, física y gamberra, con verdadero sabor local. Barriobajera a lo british como un Guy Ritchie con sentido del cuerpo y de la acción.
Lamentablemente, por más que sólo unos meses separaran el estreno de Avengement del de Triple amenaza, no tiene nada que ver la una con la otra. Y es que, concebida como un all-star de las artes marciales contemporáneas, Triple amenaza es prisionera de su propia producción. Coproducida entre Tailandia, China y Estados Unidos, el título de Triple amenaza hace referencia a lo único que en ella importa: el asiático trío de especialistas que se enfrenta a Scott Adkins y sus secuaces. Proveniente de Tailandia, Tony Jaa (Ong Bak: El guerrero Mua Thai, 2003 y sus secuelas; Fast & Furious 7, 2015); desde Indonesia, el maestro del silat -elusivo arte marcial indonesio donde la técnica prima sobre la condición física-, Iko Uwais (The Raid 1 y 2, 2011 y 2014); y por parte de China, el especialista de wushu con cara de buenazo y de Keanu Reeves, Tiger Hu Chen (stunt en la saga Matrix, 1999 y 2003, y en Tigre y dragón, 2000). Otro nombre: el trofeo de esta lucha, la actriz a ambos lados del Pacífico y modelo china, Celina Jade (El hombre de los puños de hierro, 2012; la serie Arrow, 2012-actualidad). La amenaza completa.
Todo huele a encargo en Triple amenaza. La historia, en la que no han participado ni Jesse V. Johnson ni Stu Small, no esconde que se trata de un vehículo con el que hilar escenas de combate. Un equipo de mercenarios capitaneado por Michael Jai White (maestro de karate en sus variaciones de mayor contacto) utiliza y traiciona a Iko Iwais y Tiger Hu Chen para rescatar a Scott Adkins de una prisión en la selva indonesia, matando a la novia de Tony Jaa entretanto. Con Scott Adkins libre y al mando, los mercenarios ejecutan un contrato para asesinar a la bella Celine Jade pero entre traiciones y asesinatos se han ganado tres enemigos ninja que protegerán a Jade y buscarán venganza.
El problema de este libreto no es su inverosimilitud o sus situaciones y roles arquetípicos, entre los que se agradece el empleo de los rasgos biográficos y las habilidades de sus estrellas para la caracterizar de los personajes, sino la incapacidad de crear la química necesaria en el trío protagonista o de balancear el protagonismo entre ellos. El peso protagónico de la película nunca recae en el equipo, sino que la carga dramática se traslada aleatoriamente de Tony Jaa a Tiger Hu Chen para recaer inesperadamente en Iko Uwais. En esta carrera de relevos lo importante es que todos los actores y personajes tengan su gran momento y un pasado dramático de folletín. Pero si Triple amenaza es un Los vengadores de las artes marciales, está más cerca de Civil War y de Endgame o Infinity War que del equilibrio de Joss Whedon.
Todo puede perdonarse en el género si al menos existen hermosas escenas de tiros y puñetazos. La intriga de Triple amenaza sirve de coartada para crear escenas de acción bélica donde los mercenarios de Adkins y Jai White siembran el caos por la ciudad de Maha Jaya (Sri Lanka); masacre a una comisaría central incluida. Son escenas de corte seco, en las que las balas de grueso calibre siembran el caos en los mercados, en las calles y en la comisaria, los extras mueren con facilidad y la puntería falla cuando los protagonistas se ponen a tiro. Además Johnson se las arregla siempre para que el tiroteo pase a distancias más cortas y puedan lucir los combates cuerpo a cuerpo, que van haciéndose mayor hueco en el metraje según se acerca el enfrentamiento final.
Es en los combates a patadas, puñetazos y más patadas donde puede brillar el talento de los actores especialistas. Johnson filma los combates sin abusar de los cortes, dejando que cada plano de pelea sea una sucesión de movimientos, a menudo espectaculares y siempre una lección de arte marcial. Ha opuesto a los estilos gráciles de las estrellas asiáticas las habilidades de contacto más brutales y callejeras de Adkins, de Jai White y de su equipo, haciendo de Triple amenaza una serie de Davids contra Goliats donde la técnica se enfrenta a la fuerza bruta, y los protagonistas sólo podrán vencer si se concentran en sus habilidades tras la adecuada pausa dramática ante una la derrota inminente. Se echa en falta, no obstante, una caracterización más profunda en los estilos de lucha del trío protagonista, una mayor variedad en las peleas y un mayor uso del espacio para que la película trascienda la serie de combates sobre un suelo llano y alguna pared oportuna que romper a golpes.
Como el producto de la globalización que es, en busca del público de películas de acción de Asia y de Estados Unidos, la historia de Triple amenaza podría transcurrir en cualquier lugar, quedando la ciudad de Maja Jaya sin definir. Sus escenas de acción podrían suceder en cualquier otra ubicación y los combates en un tatami, pero nada le puede quitar su entretenida hora y media de hostias.
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