HOGAR
El lugar de la identidad
Hogar, de Álex y David Pastor, muestra una clara relación de apego entre el espacio donde vivimos y sus ocupantes. En una de sus primeras escenas un matrimonio acostumbrado a vivir holgadamente en un piso de alto standing y que ahora atraviesa una crisis económica discute sobre su futuro lejos de allí:
“-Este alquiler es una sangría, ¿hasta cuanto vamos a poder continuar así?
-Es nuestra casa.
-Son cuatro paredes, nada más.”
La defensa de esas cuatro paredes y las miradas de Javier en estas escenas denotan su intención de hacer lo que haga falta por no abandonar “su casa”, que es el lugar y símbolo de un estatus que no quiere perder.
¿Una casa son solo cuatro paredes? Veamos. El ser humano siempre ha buscado su lugar en el mundo, más acentuadamente desde que dejamos de ser nómadas para entendernos y relacionarnos como sociedad dentro de una comunidad y sobrevivir mejor. Pasamos de la cueva a la casa cuando pusimos “un tejado” encima de dos palos. Desde entonces la casa ?y por extensión la ciudad? se ha convertido en nuestro símbolo de identidad, lo que nos define en el mundo frente a nosotros mismos y frente a los demás.
El teórico de la arquitectura Pallasmaa dice que “nuestro domicilio es el refugio del cuerpo, la memoria y la identidad” y que “el tirador de la puerta es el apretón de manos del edificio”. Javier, el protagonista de El Hogar, da un apretón de manos a su casa todos los días. Se siente parte de ese piso de lujo en la parte alta de Barcelona. Hace suyas las imponentes vistas desde los amplios ventanales, la amplitud de las estancias, el mobiliario de calidad… Todo eso define su carácter, su forma de estar y de ser. Lo íntimo, lo doméstico y lo privado consiste en saber dónde están los cubiertos, tus objetos y el álbum de fotografía. Desprenderse de todo eso puede ser algo traumático y “transformador”, de eso trata El Hogar.
Siempre ha habido clases
Hogar tiene una similitud, aunque opuesta conceptualmente, con la película Parásitos (Bong Joon-ho, 2019) en la que se muestran diferentes clases sociales a través del espacio doméstico. El cambio de situaciones espaciales de la familia protagonista en Parásitos -desde ese baño ruinoso con el inodoro en alto (para que el agua pueda desembocar a la altura del alcantarillado desde un semisótano), a esa enorme casa rodeada de verde y llena de calidad sensorial- nos lleva a reflexionar sobre la marca social que la casa produce en las personas.
La palabra “habitar” viene del latín habitare, frecuentativo de habere (tener). Habitamos pues tenemos; y no es extraño que en esta sociedad según lo que tenemos, somos. El ser sustituido por el tener, la esencia sustituida por lo accesorio. Javier no va a querer renunciar a la posesión de su casa. Su locura será desmedida siguiendo el “tanto tienes, tanto eres”.
¿Dónde más está nuestra identidad?
La mayoría de las posesiones que salen en Hogar parecen inherentes a la casa y estatus que Javier quiere conservar: un gran televisor, una cocina fastuosa, sofás infinitos, vestimenta sofisticada, etc. Sin embargo, en la narración también se nota la ausencia de otros elementos que definen el status social y nuestra identidad hoy en día: el teléfono móvil, el coche, nuestra vida digital, las redes sociales… El teléfono inteligente que todos llevamos tiene más cosas de nosotros de las que puede haber ya físicamente en cualquier hogar. ¿Qué haríamos por nuestro móvil? ¿nuestro ego digital es más importante que el salón de nuestras casas? En lo que respecta al Hogar, Javier muestra un afán insaciable, despreciando cualquier consideración moral, por conservar su status social que ve representado en ese piso de lujo. Su identidad se ve amenazada ante el cambio inminente de casa y de barrio que su economía familiar necesita.
Sin duda, El Hogar es un perfecto thriller donde entender los refugios de nuestra identidad y donde pararnos a reflexionar sobre ella misma. Habiten y constrúyanse por encima de cualquier estigma asociado a una vivienda. Tu hogar eres tú y quienes lo habitan. Nada más.
Hogar (España, 2020)
Dirección: Àlex y David Pastor / Guion: Àlex y David Pastor / Producción: Nostromo Pictures y Netflix España / Música: Lucas Vidal / Fotografía: Pau Castejón / Montaje: Martí Roca / Reparto: Javier Gutiérrez, Mario Casas, Bruna Cusí, Ruth Díaz, David Ramírez, David Selvas, David Verdaguer, Vicky Luengo, Ernesto Collado, Mireia Rey, Aleida Torrent, Josep Maria Alejandre, Raúl Ferrer
Reparto: Javier Gutierrez ( Javier Munoz ) Mario Casas ( Tomas ) Bruna Cusi ( Lara ) Ruth Diaz ( Marga ) David Ramirez ( Damian ) Ano: 2020 Duracion: 103 min Pais: Espana Director: Alex Pastor y David Pastor Guion: Alex Pastor y David Pastor Fotografia: Pau Castejon Musica: Lucas Vidal Genero: Thriller Distribuidora: Netflix
Si hubiera recordado el anterior bodrio de estos directores: Los Últimos Días, no me hubiera sentado a perder tiempo viendo esta basura; manejan el guión como les sale del ….., la historia del jardinero no tiene pies ni cabeza, todo rebuscado y forzado; esa es la fórmula que conocen, han leído el libro Cómo Escribir un Guión y hala, ya somos guionistas.
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