D’A Film Festival 2020

HABITACIÓN 212

De amar al pasado

Tras la elegía sobre el amor en tiempos de sida que estrenó Christophe Honoré en 2018, Amar deprisa, vivir despacio, el director francés une fuerzas con su musa Chiara Mastroianni por quinta vez en su carrera en Habitación 212 (2019), una nueva comedia romántica sobre el adulterio, la confianza y el querer vivir con los ojos cerrados al más puro estilo (Federico Fellini, 1963).

La habitación 212, de Christophe Honoré

Tras una fuerte discusión, María, el personaje de Chiara Mastroianni, es visitada por los recuerdos de todos los amantes con los que ha engañado a su marido a lo largo de veinticinco años de matrimonio, mientras que su marido (Benjamin Biolay) es atormentado por la nostalgia de su primer amor de juventud. El a veces melodramático estilo de Honoré se ve diluido en esta ocasión a favor de un ejercicio de estilo más atrevido, algo a lo que no está demasiado acostumbrado y se acaba notando en el resultado final. El francés baila entre un surrealismo a medio gas, y un formato más similar a lo teatral, llegando a desvelar que los apartamentos donde tiene lugar el desvergonzado juego de adulterios no son más que escenarios prefabricados. Donde más cómodamente se mueve Honoré sigue siendo en las picantes conversaciones entre amantes (o antiguos amantes), dando espacio y oxígeno de sobra a sus actores, y donde destaca obviamente Chiara Mastroianni, que en gran medida se echa la película a las espaldas con su interpretación.

Chambre 212, de Christophe Honoré

No es la primera vez que Honoré se pierde en su particular visión voyeurista y provocadora del amor. En ocasiones, a lo largo de su filmografía, esta película incluida, termina por ladrar demasiado y morder muy poco. No tiene problemas en tocar temas como el incesto o la pederastia en Habitación 212, pero siempre desde el chiste anecdótico. Eso deja entrever posiblemente el mayor problema de su nueva película: el tono. El melodrama está diluido, pero sigue ahí, y resulta extraño que Honoré quiera emocionar con todo el montaje de piano final y al mismo tiempo homenajear al camarote de los Hermanos Marx metiendo a los quince amantes de Mastroianni en la misma habitación. Pese a que la ejecución deje que desear en ocasiones, la idea de la que quiere hablar Honoré es interesante. Ese amor por los recuerdos más que por las personas. El francés, en su repaso por los amantes del personaje de Chiara Mastroianni, teje un interesante discurso sobre la nostalgia del amor, rememorando (con mucha menos elegancia) el harén de su padre, Marcelo Mastroianni, en .

Esa encrucijada entre el drama y la comedia, entre lo lineal y lo atemporal, supone la perdición del siempre autoconsciente Honoré. Pues termina por decantarse por ninguna. Esto impide que Habitación 212 sea poco más que una aventurilla entretenida y con ideas interesantes y poco cómodas para el género, pero con un producto final que se queda a medias tintas en su conjunto.


Habitación 212 (Chambre 212 (On a Magical Night), Francia, 2019)

Dirección: Christophe Honoré  / Guion: Christophe Honoré  / Producción: Serge Hayat, Philippe Martin y David Thion (para Les Films Pelléas) / Fotografía: Rémy Chevrin /  Montaje: Chantal Hymans / Diseño de producción: Stéphane Taillasson / Reparto: Chiara Mastroianni, Benjamin Biolay, Vincent Lacoste, Camille Cottin

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