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EL GLORIOSO CAOS DE LA VIDA

El glamuroso caos de Shannon Murphy

El melodrama tiene que producir ante todo emociones, más que acciones. Sin embargo, la emoción es una suerte de acción, es una acción en el interior de una persona”. Esta frase, que pertenece al considerado maestro del melodrama, Douglas Sirk, ilustra en gran medida uno de los grandes problemas de El glorioso caos de la vida, a saber, el exceso de acción dramática a la par que la ausencia de emociones internas de sus personajes.

EL GLORIOSO CAOS DE LA VIDA

El glorioso caos de la vida ?cuyo título original es mucho más sutil y acorde al filme, Babyteeth? es la primera película de la australiana Shannon Murphy, realizadora procedente de la televisión que ha participado en series como Killing Eve (Phoebe Waller-Bridge, 2018). No obstante, la idea de la película proviene de la guionista Rita Kalnejais, quien originalmente había escrito la obra para ser representada en el teatro de Sidney. Ésta se centra en la vida de Milla (Eliza Scanlen), una joven de familia acomodada que se enamora de Moses (Toby Wallace), un joven bastante más mayor y desaliñado que ella pero que se convertirá en su punto de apoyo para afrontar el cáncer junto a sus padres (Ben Mendelsohn y Ellie Davis)

El principal escollo que se encuentra desde el principio en El glorioso caos de la vida es ese pretendido tono de ambigüedad que no hace más que disfrazar una puesta en escena confusa. Los intertítulos que van separando la película en distintos episodios ?recurso que la hermana con una película con la que guarda grandes similitudes, Yo, Él y Raquel (Alfonso Gómez Rejón, 2015)? pueden parecer en un primer momento pistas que ayudan a ir comprendiendo lo que sucede, pero terminan por ser piezas que sobran en un desordenado puzzle. 

Murphy quiere mostrar una inconexión de sus personajes con el entorno, pero termina por formar la desunión de todos estos, que brillan más (especialmente Ben Mendelsohn) por separado. No sólo no terminan de evolucionar conforme avanza el filme, sino más bien lo opuesto, desde los padres desesperados por “hacer feliz” a su enferma hija antes que de comprender qué necesita realmente al joven macarra que oculta sus problemas con sus padres. De nuevo, si los personajes de la obra original Kalnejais no eran meros clichés la directora se esfuerza en probar lo contrario.

Hasta aquí todo podrían ser defectos propios de una ópera prima y de falta de entendimiento con el texto sobre el que se trabaja, pero Murphy comete un error mucho más peligroso: embellecer e idealizar problemas como la drogadicción, el sexo con menores y, sobre todo, el cáncer. Es en este último aspecto en el que la película se desmarca completamente de Yo, Él y Raquel, una película con personajes más honestos y mucho más sincera en su mensaje de asumir la situación aun con toda su crudeza. El dispositivo estético y el ecléctico uso de la música en ambas es el mismo, pero en el caso australiano todo supone un exceso por difuminar el glamuroso caos de Shannon Murphy.


El glorioso caos de la vida (Babyteeth, Australia, 2019)

Dirección: Shannon Murphy / Guion: Rita Kalnejais / Producción: Whitefalk Films, Create NSW / Fotografía: Andrew Commis / Diseño de producción: Sherree Philips / Montaje: Steve Evans / Música: Amanda Brown / Reparto: Eliza Scanlen, Toby Wallace, Ben Mendelsohn, Essie Davis.

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